Algo que a los niños les encanta es observar cómo van creciendo tan rápidamente. Se sienten muy mayores al ver que ya son unas rayitas más altos.
Una buena idea para controlar el crecimiento de vuestros peques, que a la vez es muy decorativa, es colocar un papel pintado en la pared para medir cuánto ha crecido el niño.
Hay varios diseños de medidores pero este me ha gustado especialmente porque es alegre, colorido, sencillo y combina perfectamente con cualquier decoración sin restar protagonismo a otros elementos.
El medidor consiste en un rollo de 45 cm de ancho con una altura de 265 cm, que se puede recortar según la altura de la pared. Su precio es de 73,14 euros en Kidshome. Por cierto, una tienda infantil preciosa que os recomiendo visitar.
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