En este caso se han dispuesto dos cunas iguales a los lados de una ventana central y se ha elegido un color verde pistacho muy llamativo para las paredes que llena de alegría el ambiente. Según los padres de los bebés han probado doce tonos distintos de verde hasta decidirse por el definitivo.
Se ha elegido el mobiliario en blanco, al igual que las lámparas, tanto las de papel del techo como las de pie, los adornos y el grupo de mariposas que parecen volar sobre las paredes de la habitación.
El plato fuerte de la habitación son las luces de LED del techo. Decoran la habitación como si fuera un cielo estrellado, lo cual seguramente llama mucho la atención de los bebés, a la vez que cumplen la función de luz de noche.
En una zona de la habitación se ha dispuesto un sillón con un taburete, también en blanco, para crear un espacio de descanso donde los papás pueden alimentar a los bebés o jugar con ellos.
Vía | Apartment Therapy