Solo es un experimento, y en realidad nos pasaría a todos aquellos que estamos centrando la atención en el móvil, la tablet, el ordenador, un libro... algo concreto que hace que no levantemos la mirada o dialoguemos directamente con alguien, pero no deja de ser un vídeo llamativo y muy útil para reflexionar.
Los responsables del Dolmio Pepper Hacker, un pimentero de madera que en realidad es un inhibidor de señales WiFi, publicaron hace unos días un vídeo mostrando su experimento, para hacernos ver a los padres que los niños pueden estar tan enganchados a la tablet que les cambias el decorado, les cambias a la madre, al padre e incluso al hermano, y no se dan cuenta hasta que deja de funcionar internet.
Tenemos que recuperar los momentos en familia
Quizás nunca los hayáis perdido, pero primero la tele en el lugar donde se come y luego las tablets y móviles están consiguiendo robar a las familias tiempo juntas. Que sí, que están comiendo todos en la misma mesa, pero de nada sirve si cada uno está centrando su atención en otra cosa, si uno mira su móvil, otro mira la tele y el de más allá está con la tablet, por ejemplo.
Tenemos que recuperar los momentos en familia porque en realidad hay muy pocos. Es raro que durante el día coincidamos todos en el mismo momento y lugar, así que siempre que sea posible tenemos que intentar centrar nuestra atención en los demás. Explicarnos anécdotas, hablar de cosas importantes o de cosas que no lo son, explicar algún chiste, programar el día siguiente, contarnos cosas... en definitiva, hablar y relacionarnos con nuestros seres más queridos.
La tablet no es negativa a menos que impida hacer otras cosas
Como digo al principio, el experimento no es más que un toque de atención a los padres, un "cuidado, que desconectan demasiado del mundo real". La idea de los contenidos digitales, de hecho, es un poco esa, que desconecten para el ocio, pero también para el aprendizaje. Si los contenidos son adecuados, si ayudan a aprender, pueden ser positivos. Sin embargo, no pueden sustituir muchas de las actividades y juegos que los niños pueden hacer con el uso de su cuerpo y entonces se convierten en objetos peligrosos.
Ya se ha visto que los niños que pasan demasiado tiempo con los móviles y tablets podrían tener más problemas para desarrollarse emocional y socialmente que el resto, por una cuestión de lógica: cuanto más tiempo están delante de la pantalla, menos tiempo están jugando con otros niños, hablando y negociando con ellos, discutiendo, enfadándose, reconciliándose, y todas esas cosas que todos aprendimos de niños con nuestros amigos.
Por otro lado, se sabe también que el uso de pantallas antes de dormir puede afectar al sueño de los niños, con todo lo que eso supone: que duerman mal, que descansen peor, que luego por el día estén más cansados, más irritables, no quieran salir a jugar, prefieran quedarse en casa con la tablet, etc., y entren en un círculo vicioso peligroso.
Así que, como digo, el experimento es totalmente lógico, porque a todos nos pasaría, pero no deja de ser un toque de atención para que revisemos cuál es la situación en nuestras casas y veamos qué podemos hacer para evitar que se conviertan en adictos a las pantallas.
Vídeo | Dolmio
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