Su nombre es Jess, tiene 21 años y estos días se está haciendo conocida por tener lo que se conoce como autonepiofilia, una parafilia que consiste en comportarse como si de una bebé se tratara, usando pañales, comiendo en biberón, durmiendo en una cuna, haciendo uso de chupetes y recibiendo atenciones como cualquier lactante.
Su nombre de YouTuber es Binkie Princess, y desde hace unos meses publica vídeos en los que muestra un poco cómo es su vida como bebé: hace una semana hizo un vídeo hablando de pañales y hace 5 días publicó uno mostrando cómo hacer un cambiador gigante para cuando necesita que le cambien el pañal.
También es muy activa en Instagram
En su cuenta de Instagram, @binkieabdl, comparte fotos de su cuna, de ella llevando pañales, de sus chupetes, peluches, etc., e incluso con su novio, que tiene dos años más que ella y que, al parecer, lleva a cabo el rol de padre, tal y como leemos en RadioAktiva.
Intentando superar su pasado
Las razones que pueden llevar a una persona a comportarse de este modo son diversas. Se dice que puede haber problemas de autoestima y se trate de sentir de nuevo el amor y los cuidados de alguien adulto; que puede deberse a un exceso de responsabilidades y que la persona necesite regresar en cierto modo a aquella época en la que se dedicaba, simplemente, a ser feliz, sin preocuparse de nada del mundo adulto; que puede ser porque la persona tuvo una infancia difícil, y de ese modo la revive para solucionar ciertos traumas que pueda arrastrar del pasado.
En este caso, Jess ha explicado que cuando era pequeña sufrió abusos sexuales, y que esta forma de vivir con su pareja, con quien lleva cuatro años saliendo, le está ayudando a superarlo.
Mientras no afecte a su vida diaria...
Se trata de un comportamiento que a la mayoría nos resulta extraño, pero que en realidad solo le incumbe a ella. Es decir, no perjudica a nadie como sí puede suceder con otras parafilias. Lo único en lo que suelen coincidir los expertos es en el peligro de que la persona cruce la línea y empiece a considerar que su vida real es esa, que su felicidad está únicamente cuando se comporta así.
Dicho de otro modo, si comportarse como un bebé acaba por ser limitante para la vida diaria, entonces la persona debería buscar ayuda profesional para que sea una afición, una terapia, pero no el modus vivendi, pues podría alejar a la persona aún más de la sociedad, de las amistades y de los familiares, empeorando el cuadro por el que la persona opta por comportarse como un bebé.
En cualquier caso, como decimos siempre, lo ideal sería que Jess no tuviera que recurrir a este comportamiento, porque eso querría decir que nadie habría abusado de ella. Por eso es tan importante que sigamos luchando contra los abusos infantiles, porque en muchos casos llegan a afectar de por vida.
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