No sabemos a ciencia cierta porqué pasa, pero desde luego si les ha entrado agua o jabón en los ojitos en alguna ocasión es algo comprensible. He aqui algunos truquitos de madres que han pasado por eso y que han podido encontrar estrategias que han cambiado la situación.
Sobre todo, el mejor truco, que no es un truco, sino la mas sencilla de las lógicas: ponernos en su piel, inmaginar que eres pequeñito y que eso te asusta y te agobia. Cuando sientes lo que ellos sienten todos los nervios desaparecen y nos sentimos capaces de empatizar; entonces, simplemente, tratarlos como desearíamos que nos tratasen.
- Usar una taza para aclararles en pelo en vez del teléfono de la ducha. No salpica ni hace ruido.
- Conseguir una visera de baño. Son como las del tenis pero de goma, asi no les puede entrar agua en los ojitos.
- Decirle que lo vas a hacer, que vas a tener mucho cuidado, ponerle la mano en la frente sin perder nunca los nervios. Y explicarle que luego podrá seguir jugando un buen rato mas y que no lo repetirás.
- Si es pequeñito y no tiene mucho pelo, bañarlos sin lavarles el pelo, y hacerlo con una esponjita con mucho mimo en otro momento, mientras esté distraido comiendo, o viendo un cuento.
- Hacerlo mientras están sentados, jugando a la peluquería. Y siempre parando cuando les moleste.
- Dándole una manopla con un animalito para que se tapen ellos mismos los ojos.
- Compartiendo el baño para que se sientan mas acompañados. Y en ese momento, si das el pecho, decirle que mame mientras, que eso los tranquiliza mucho.
- Espaciar los lavados, aunque en verano, y si vais a la playa, termina siendo difícil.
- Jugar en la playa, la pisci y la bañera a que ellos os laven el pelo. Les encantará.
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