Si te dijeran que cambiando de barrio o de ciudad tus hijos van a obtener mejores resultados académicos y tendrán un futuro mejor, con mejores oportunidades profesionales y un salario más elevado, ¿lo harías? Creo que la respuesta es sí para cualquier familia, otra cuestión es que sea factible llevar a cabo esta mudanza en busca de un futuro mejor.
Un estudio publicado en Estados Unidos nos muestra una realidad que, estoy convencida de ello, se puede extrapolar a nuestro entorno y el de muchos países, a nuestras ciudades, a nuestros barrios. Lugares en los que hay unos colegios e institutos con más "prestigio" que otros, según el barrio en el que estén situados.
Colegios muy solicitados y otros a los que vas "porque te toca" o ni siquiera te planteas que pudieras cambiar. Colegios cuyos resultados académicos destacan frente a otros de resultados más bajos e incluso "mediocres". Por no hablar de temas de seguridad que se ve comprometida en algunos centros conflictivos en determinados entornos desfavorecidos.
Si pudieras escoger, ¿dónde llevarías a tus hijos? ¿No cambiarías tu barrio y tu colegio por otro con mejores expectativas? Pero, ¿cómo decidimos dónde vivir? ¿Siempre tenemos elección?
Son algunas de las preguntas que surgen al leer los datos del estudio. Porque, si bien es cierto que depende de dónde vivamos los centros escolares tendrán unas características determinadas y los resultados académicos están relacionados (sin olvidar el papel de la familia en ello, como veremos), también es cierto que la decisión de vivir en uno u otro lugar no siempre es posible.
Incluso es difícil cambiar de casa, de barrio de ciudad (o tomar esa decisión), y creo que la experiencia de nuestros lectores nos lo podrá confirmar, cuando no hay problemas económicos, sobre todo si estamos conformes con nuestro entorno.
Evidentemente, en los casos de barrios más desfavorecidos las familias en su mayoría no podrán ni plantearse un cambio de residencia. Pero hay quien sí lo hace (o lo hizo hace unas décadas) y los resultados se aprecian: los niños que se trasladaron en la década de los 70 a un "buen barrio" de distintas ciudades de Estados Unidos, ahora son adultos que tienen muchas más posibilidades de tener mejores ingresos que aquellos que se quedaron en su barrio.
El Proyecto de la Igualdad de Oportunidades
Par conocer cuáles son los mejores y los peores barrios para vivir de las grandes ciudades de Estados Unidos podemos consultar el artículo publicado en New York Times titulado "Los mejores y peores sitios para crecer: cómo se compara su área. Está basado en un gran estudio histórico elaborado por los economistas Raj Chetty y Emmanuel Saez, Equality of opportunity.
La pregunta que hay en la base de este Proyecto es: ¿Cómo podemos mejorar las oportunidades económicas para los niños de bajos ingresos? Con el fin de afrontar una igualdad de oportunidades que evidentemente los resultados demuestran que no existe.
En la fase actual del estudio a nivel nacional se centran en ver cómo las familias que se trasladaron de barrio mejoran (o no) su condición social. Los resultados, con datos de casi cinco millones de familias, señalan que con cada año de exposición a un medio ambiente mejor mejora las posibilidades de éxito de un niño.
Las diferencias son notables en muchas ciudades. Pongamos como ejemplo Nueva York. En esta ciudad, si un niño o niña de familia pobre creció en el barrio del Bronx, a la edad de 26 años ganará unos 3200 dólares menos que la media en un "sitio normal". En cambio, si pasó la infancia en el barrio de Bergen ganará unos 3700 dólares más.
Mi duda en este punto es: ¿las condiciones actuales de movilidad son las mismas que hace cuatro décadas? Es decir, ¿no existe una brecha social más grande que impide en mayor medida un cambio de lugar de residencia? ¿Podrían encontrarse en la actualidad un número tan elevado de familias que cambien de barrio? ¿Cuántas "familias pobres" viven en la actualidad en los barrios favorecidos?
Los orígenes y consecuencias de la desigualdad
Otra de las preguntas cruciales en este tema es: ¿por qué se producen estas desigualdades? ¿Qué hay de diferente en esos barrios, en esos colegios? Y la cuestión de fondo nos lleva a las desigualdades económicas de cada entorno.
Aunque la educación pretenda la universalidad e igualdad de oportunidades para todo el alumnado, está claro que los recursos no son los mismos para todos y de un extremo a otro de una gran ciudad podemos encontrar unos alumnos y unas familias con unas características socioeconómicas bien diferentes.
En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, en algunos barrios hay centros clasificados como centros CAES, esto es, "Centros de acción educativa singular", que en mi opinión es un eufemismo para no hablar del claro riesgo de exclusión social del alumnado y donde la labor docente es realmente difícil.
Por desgracia, la pobreza va asociada con un menor rendimiento escolar, ya antes de ir al colegio los niños suelen recibir menos estímulos, crecen en un peor ambiente, aprenden menos palabras y se desarrollan con un cerebro más pequeño...
En general, si existen problemas económicos en la familia, si se tiene que trabajar demasiado, no se dedica tanta atención a los niños y cuando llega la edad de ir al colegio no son padres implicados, hay mayores problemas de absentismo escolar, niños mal alimentados que no pueden rendir adecuadamente...
En fin, se da un cúmulo de circunstancias que explican esas desigualdades en los resultados académicos y en determinados entornos de las que no es fácil escapar. No le falta razón al profesor y economista Joseph Stiglitz cuando dice que "El acceso a una buena educación depende cada vez más de los ingresos, la educación y la riqueza de los padres de uno". Algo cierto tanto a nivel escolar como universitario, según los analistas.
En este sentido, creo que en los pueblos las diferencias se diluyen, si solo tenemos uno o dos colegios, si no hay barrios ricos y barrios pobres, en esas escuelas habrá estudiantes y familias de todo tipo y el nivel académico estará más equilibrado, habrá una especie de "compensación".
Volviendo al estudio de Estados Unidos, podríamos concluir que la "tierra de oportunidades" ya no lo es tanto. Mejor hablar de "barrios de oportunidades", porque existen una variación sustancial en cuanto a los ingresos de los niños que crecieron en uno u otro lugar, como hemos visto. Pero también hay "sociedades" en las que es difícil salir de la pobreza.
En este sentido, hay que señalar que el debilitamiento de la financiación pública en el ámbito educativo socava la igualdad de oportunidades, algo que, por desgracia, vemos día a día en por recortes en educación en España (y en sanidad...).
En definitiva, el estudio del Proyecto de Igualdad de Oportunidades nos muestra una realidad injusta en la que, en general, las familias más desfavorecidas están abocadas a moverse en un círculo vicioso que las llevará a un peor futuro y en la que los ricos o las clases medias lo tienen más fácil para salir adelante. Cualquiera cambiaría de barrio para darles a sus hijos un futuro mejor. Pero no todos pueden escoger.
Más información | New York Times, Equality of opportunity
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