Los padres deberíamos ser más originales a la hora de esconder los regalos de Navidad, afirma una encuesta

Uno de los grandes quebraderos de cabeza de los padres cuando llegan estas fechas es dónde esconder los regalos de Navidad para que nuestros hijos no los encuentren.

Seguro que has dado miles de vueltas a este tema hasta encontrar un lugar aparentemente seguro, ¡pero no debes confiarte!, pues según una encuesta llevada a cabo por la empresa norteamericana de alquiler de almacenes, Neighbor, el 50% de los niños encuentra el escondite de sus regalos.

Te contamos, según esta encuesta, cuáles son los sitios más populares que los padres elegimos para esconder los regalos navideños y dónde los buscan nuestros hijos.

El escondite de regalos más popular entre los padres es el primer lugar donde miran los niños

Según la encuesta llevada a cabo en Estados Unidos entre 1.000 participantes, el 53% de las personas elige el armario del dormitorio para esconder los regalos de Navidad, tanto a sus hijos como a su pareja o familiares.

Le seguirían sitios como una habitación vacía (31,5%), el armario de los abrigos (26%), debajo de la cama (26%) o el maletero del coche (25%). En el extremo opuesto estarían los lugares menos populares a la hora de esconder regalos, como por ejemplo el garaje o el sótano (15%), en casa de otra persona (14%), en el cuarto de baño (9%) o en un almacén externo (8,5%).

Desafortunadamente, algunos de los escondites más populares son también los primeros lugares en los que la gente piensa cuando quiere buscar un regalo. No en vano, según la misma encuesta, el armario del dormitorio (25%), debajo de la cama (22%) o el maletero del coche (15%) serían los primeros sitios en los que todos miraríamos, seguido del armario de los abrigos y las habitaciones vacías.

El 50% de los regalos son descubiertos por sus destinatarios en el plazo de una semana

Aún así, la mitad de los encuestados afirma haber tenido suerte a la hora de esconder sus regalos, ya que jamás han sido descubiertos. Sin embargo, para la otra mitad ha ocurrido justamente lo contrario, y los destinarios de sus regalos navideños (tanto niños como adultos) han acabado encontrando el escondite.

Lógicamente, cuanto más tiempo tengamos escondidos los regalos en casa más probabilidades habrá de ser descubiertos.

Así, según la encuesta, el tiempo medio que tardan niños y adultos en encontrar el escondite se sitúa entre una semana (32%) y uno o dos días (20%), aunque en un 19% de los casos se puede tardar hasta un mes. Por contra, cuando los regalos se guardan en el maletero del coche se suelen descubrir en menos de una hora.

Ya sea por la necesidad de encontrar el escondite perfecto o por tener que actuar como guardianes durante el tiempo que tenemos los regalos en casa, el 40% de los encuestados afirma sentir ansiedad en estas fechas.

El estrés aumenta entre los padres especialmente durante el periodo vacacional, pues los niños pasan más tiempo en casa y hay más probabilidades de descubrir la verdad. Por contra, para el 60% de las personas la tarea de esconder los regalos le resulta apasionante y divertida, ya que contribuye a aumentar la magia de estas fechas.

Los padres debemos ser más originales a la hora de esconder los regalos

Aunque la encuesta no se refiere específicamente a los niños, está claro que los padres debemos ser más originales a la hora de esconder los regalos, pues tanto adultos como niños solemos acabar buscándolos en los mismos sitios.

Durante los primeros cinco años de vida de nuestros hijos cualquier lugar parece seguro para esconder los regalos navideños, pues su pensamiento mágico está en pleno apogeo y no se les pasa por la cabeza pensar que "la magia de la navidad" pueda estar escondida en un armario.

Sin embargo, a medida que se hacen mayores hemos de extremar las precauciones, pues es más fácil que "nos pillen con las manos en la masa" (como se dice de forma coloquial). Y es que a partir de los siete años, aproximadamente, los niños ya empiezan a ser capaces de dar respuesta racional a muchas cuestiones, lo que además se suma a su creciente curiosidad y a su capacidad de observar detalles que a los adultos nos pasan desapercibidos.

Por eso, si nuestros hijos han cumplido una cierta edad y empiezan a tener dudas acerca de la existencia de Papá Noel o los Reyes Magos, es más que probable que inicien una labor de investigación que confirme o desmienta sus sospechas. Así que, si no queremos que descubran el secreto de la Navidad antes de tiempo, toca ser más cuidadosos y originales.


Fotos | Pexels, iStock

Vía | Neighbor

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