Será porque yo también soy fanática de la lactancia materna y practico la lactancia prolongada con mis hijas. A la primera hasta los 13 meses y la segunda va por los 9.
Me he sentido muy identificada con lo que dice que siente al darle el pecho a su hijo Nicolás, y me ha causado mucha gracia la parte en que comenta que el bebé dio palmitas al ver que ella se quitaba la camiseta porque también me ha pasado lo mismo más de una vez.
Coincido en que es maravilloso sentir que el bebé busca la teta con su boca cuando está en brazos y que rechaza el chupete como diciendo “yo quiero teta, no un pedazo de caucho". Claro que no podemos tenerlo todo el día allí prendido, pero todo lo que podamos… ¿por qué no? De hecho, mientras les escribo estás líneas, la pequeña duerme en mi pecho.
Es una experiencia que recomiendo a todas las madres que tengan la oportunidad de hacerlo. Es muy gratificante saber que puedes darle ese regalo igual que tu bebé te lo da a ti.
Puedes leer aquí la carta completa.
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