La polémica historia de una mujer que amamanta a la vez a su hijo y al de su amiga desde hace un año

¿Qué pensaríais si vierais esta foto sin conocer su historia? Seguro que la mayoría de personas dirían que es una preciosa imagen de una mujer dando el pecho a sus hijos, quizás mellizos, descansando entre juegos, a punto de soltarse para seguir corriendo y saltando. Y no pasaría de foto anecdótica. Una imagen más de una mujer amamantando a sus hijos.

Sin embargo, no es esa la historia, pues los niños no son hermanos, sino solo compañeros de teta, o lo que es lo mismo: uno es el hijo de ella y el otro es el hijo de su amiga, que desde hace cosa de un año está a su cuidado mientras su madre trabaja. Cuidado hasta el punto de ser incluso amamantado.

Ahora la imagen es mucho más polémica, ¿verdad? Pues venga, vamos a conocer la historia en profundidad y así empezamos con el debate, que aunque creo que es imposible no opinar, me parece que será constructivo por aquello de ponerse en la piel de ambas madres, de la que amamanta a un niño que no es suyo, y de la otra, cuyo hijo es amamantado por otra mujer.

Quién es la mujer de la foto

Su nombre es Jessica Anne Colletti, reside en Pennsylvania, y hace unos días compartió la imagen en su Facebook como manera personal de celebrar la Semana Mundial de la Lactancia Materna. A la imagen le acompañaba el texto siguiente:

¡Feliz Semana Mundial de la Lactancia Materna! Mi hijo, a la derecha, tiene 16 meses y el hijo de mi amiga tiene 18 meses. Yo cuido de su hijo mientras ella trabaja y ¡he estado alimentando a ambos desde hace un año! Es tanto el amor entre estos hermanos de leche, es un vínculo especial entre todos nosotros.

Según nos cuentan en el Daily Mail, la amiga de Jessíca es Charlie Interrante, una mujer, madre soltera, que empezó a trabajar cuando su hijo Mateo era pequeñito. Hasta entonces le había estado dando el pecho, y para poder ir a trabajar optó por extraerse leche y combinarla con algo de leche artificial. Una niñera le estuvo cuidando un tiempo, pero la cosa no fue muy bien. Lo de extraerse leche le estaba resultando bastante complicado y el bebé rechazaba los biberones que le daba la chica que le cuidaba, así que no estaba apenas tomando leche que no fuera la de su madre:

Según leemos en el Huffington Post, el primer día que le entregó el bebé a Jessica la idea no era, para nada, que ella lo alimentara. Sin embargo, le cogió en sus brazos y por su mente cruzó una idea que quizás solucionara los problemas que tenía el niño con el biberón: "¿Qué te parece si le doy el pecho?". Quizás si hubiera sido una solución meditada, algo que ella había pensado y que tratara de explicar con tacto a la madre ella dijera "bueno, tengo que pensarlo", pero fue así, como quien dice "¡Mira qué se me acaba de ocurrir! ¿Por qué no?" y Charlie respondió con un sí entusiasmado.

El hijo de Jessica tenía ya tres meses, así que sintió que le hacía un favor a su amiga y al pequeño si, además, amamantaba a Mateo, que por entonces tenía cinco meses.

Desde entonces nada ha cambiado. Cuida de su hijo y del hijo de Charlie y les da el pecho a ambos, cuando quieren, como si fueran dos hermanos que viven y juegan juntos y van a buscar un poco de paz y calma en el pecho de ella. De hecho, los llama "hermanos de leche", como muestra de lo bien que ambos se llevan.

¿Hermanos de leche?

Este término es muy antiguo. Tanto que hoy en día es poco común conocer a personas que digan que son "hermanas de leche" (seguro que hay muchas, pero es que hace tiempo era mucho más habitual). Al decir hermanos de leche se habla de dos personas que no tienen relación de parentesco pero que comparten una cosa: una mujer que les amamanta a ambos. Por entonces, tiempo ha, los hermanos de leche eran, normalmente, aquellos que compartían nodriza, también llamada "ama de leche".

¿Y qué es una ama de leche? Pues una mujer que daba el pecho a los bebés cuyas madres no podían o no querían amamantar. Se dedicaban a eso, a alimentar a esos bebés, y fueron un recurso muy valioso hasta el siglo XIX.

Jessica es, en cierto modo, la nodriza de Mateo. Y aunque ella está encantada, su amiga también, y los niños, al parecer, también, la historia ha levantado la lógica polémica que puede ir asociada a un acto que muchas no harían por verlo extraño, en desuso y, probablemente innecesario.

Extraño, porque le das el pecho a un bebé que no es tuyo y porque, visto desde el punto de vista de la madre, una mujer, una amiga, amamanta a tu bebé. Para ella no fue un problema, pero seguro que muchas mujeres no son capaces de concebir siquiera la escena en su imaginación.

En desuso, por lo que hemos comentado. Hoy en día, si no quieres o no puedes amamantar, los niños reciben leche de fórmula, como hacía Mateo. ¿No le iba bien? No, es cierto, pero tarde o temprano habría empezado a comer. Tenía de hecho cinco meses, así que bien podrían haber empezado a darle ya comida, adelantando un poco la alimentación complementaria.

E innecesario por lo mismo. Digamos que le daba el pecho hasta los seis o siete meses, mientras empezaba a comer. ¿Por qué seguir hasta los 18 meses que tiene ahora si no es tu hijo? Su madre, Charlie, dejó de amamantarle, según cuenta, a los 9 meses. ¿No habría sido más lógico dejarlo ambas a la vez?

Y ahora digo la mía: ¿y si pensamos en Mateo?

Lo escribo (lo de antes) y tiene hasta cierta lógica. Pero entonces entro en un momento "Open-minded" (con la mente bien abierta), con música inspiradora de fondo, uno de esos en los que te abstraes un poco del mundo y piensas en lo lleno de normas absurdas y extraños límites de comportamiento que nos marcamos a nosotros mismos todos los días por aquello de "es lo que hacen todos, no vaya a ser yo quien cruce esa línea" y digo ¿y por qué no?

Y ahí me quedo. No tengo más argumentos: ¿y por qué no? ¿Qué pensará el niño de todo eso? Pues nada. No piensa en nada. Si acaso, si fuera capaz de explicarlo, seguro que diría que es muy feliz con la situación, pues en cierto modo él tiene dos madres, una madre biológica y una madre de leche. Tiene la suerte de poder quedarse en casa de una mujer que le cuida con tanto cariño, tanto, que es capaz de tratarle como si fuera su propio hijo. Y luego, cuando vuelve a casa con su madre, recibir todo el amor que una madre puede dar a su hijo tras varias horas sin verle.

Estoy seguro de que estos dos niños tendrán siempre una relación súper estrecha, de confianza, cariño, de juegos, de crecer juntos, de grandes momentos, como lo será la relación del niño con Jessica.

¿Qué os parece?

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