Llevamos años haciendo énfasis en el blog en la necesidad de que los profesionales sanitarios se reciclen y aprendan, cuanto antes, todo lo relacionado con la lactancia materna cuando va bien, para no acabar con las lactancias mediante consejos erróneos, y cuando va mal, para aportar soluciones que hagan que la madre pueda seguir amamantando.
Soluciones. Eso es lo que necesitaba Sofía Bonilla, madre de un bebé al que amamantaba, cuando fue al hospital hasta en cinco ocasiones porque le dolía un pecho y tenía fiebre. Sufría una mastitis y el tratamiento fue erróneo hasta el punto de que le tuvieron que extraer medio litro de pus del pecho, de la increíble infección que tenía.
Médicos que sepan de lactancia para cuando todo va bien
Y cuando digo médicos me refiero a médicos de familia, ginecólogas, matronas, enfermeros, pediatras y toda aquella persona que trata a las madres lactantes y sus bebés. Profesionales de la salud que sepan de lactancia para que permitan que una madre y un bebé puedan seguir su proceso de amamantamiento con normalidad y no difundan falsos mitos y consejos que solo pueden ayudar a que todo vaya mal. Profesionales que sepan:
- Que la lactancia se da a demanda y no cada 3 horas: a demanda es sin horario.
- Que no hay que dejar de dar el pecho a los 10 minutos, ni a los 15, para luego pasar al otro: hay que dejar que el bebé se suelte cuando quiera.
- Que los bebés amamantados se despiertan a menudo por las noches y que lo raro es que un bebé duerma toda la noche.
- Que las madres pueden tomar muchísimos medicamentos a pesar de estar amamantando, y que normalmente no tienen por qué elegir entre amamantar y medicarse.
- Que no hay leche de mala calidad, que alimente poco a los bebés: toda leche materna es buena para su bebé. Lo que se ha de mirar es que haya leche suficiente.
- Que los chupetes en las primeras semanas es mejor no darlos, por riesgo a confusión.
- Que los bebés amamantados no necesitan beber agua: la leche materna contiene todo el agua que necesitan.
- Que la alimentación complementaria tiene que complementar la lactancia y no sustituirla, porque es imposible mantener una lactancia con una toma por la mañana y otra por la noche (además de peligroso).
- Etc.
Médicos que sepan de lactancia para cuando algo vaya mal
Los primeros son necesarios para que ("Virgencita, que me quede como estoy") si algo va bien, siga yendo bien. Los segundos, para que en caso de que algo vaya mal las mujeres reciban soluciones reales y adecuadas y puedan seguir haciendo lo que es más recomendable para ambos y lo que probablemente es el deseo de las madres. Ellas no van al médico para que les diga "debe usted dejar de amamantar y debe darle un biberón", porque esa solución ya la saben; pueden tomarla en cualquier momento: van a la farmacia, compran leche y biberones y listo. No hace falta ir al médico para eso. Ellas van porque quieren seguir amamantando y no pueden, y necesitan soluciones reales, profesionales que sepan:
- Que la solución a un problema de lactancia no tiene por qué ser un biberón.
- Que no es normal que pasados unos días el acto de amamantar siga doliendo.
- Que sepan ver cuándo la posición del bebé no es correcta y ayudar a mejorar el agarre.
- Que sepan cómo tratar las grietas y cómo ayudar a la madre a que curen antes.
- Que sepan ver cuándo un bebé tiene un frenillo lingual que debe ser intervenido con urgencia (todo frenillo que afecte a la lactancia debería intervenirse en cuestión de minutos, sino horas, porque de ello depende que la madre pueda seguir amamantando).
- Que sepan que cuando un bebé está comiendo poco podría haber una hipogalactia y que hay que estudiar el embarazo, el parto y el posparto, no solo mirando la posición del bebé, sino haciendo analítica a la madre.
- Que sepan qué hacer cuando una madre tiene dolor en un pecho, está enrojecido y tiene fiebre.
- Etc.
Que sepan qué hacer cuando una madre tiene una mastitis
Es lo que tenía Sofía, una mastitis, una infección en el pecho. Acudió al hospital Reina Sofía de Córdoba y allí le dieron tratamiento. Un tratamiento que no fue efectivo porque tuvo que volver una y otra vez, hasta en cinco ocasiones, en busca de ayuda, hasta que la infección era tan inmensa, se había extendido tanto, que en otro hospital tuvieron que extraerle medio litro de pus. Ante tal evento, ya no puede amamantar de ese pecho y ha tenido que seguir solo con el otro.
Según leemos en Diario Córdoba, Sofía ha decidido denunciar al hospital porque como consecuencia de la "mala praxis llevada a cabo por diferentes profesionales del Reina Sofía, me vi obligada finalmente a acudir al hospital de Montilla, donde fui intervenida quirúrgicamente de un absceso mamario de unos cinco centímetros de tamaño, del que me extrajeron medio litro de pus".
No le hicieron un cultivo de la leche
¿Cuál es el método adecuado de tratamiento para una infección? Tomar una muestra, si es posible, y analizarla para ver si hay bacterias produciendo una infección, con un antibiograma que diga qué antibiótico es el adecuado para esa(s) bacteria(s). En el caso de los fluidos líquidos la toma de la muestra es facilísima, porque hablamos de recoger un poco de orina o un poco de leche materna y analizarla, pero así como con la orina se hace siempre, con la leche materna no suele hacerse.
No suele hacerse porque no es habitual y no suele hacerse porque una vez haces un cultivo hay que saber leer los resultados: en la leche materna hay bacterias naturalmente presentes en constante equilibrio. Lo que hay que saber determinar es cuándo se han desequilibrado y una de ellas ha tomado la iniciativa produciendo una infección, para luego tratarla.
Si no se mira, si no se sabe qué antibiótico debe darse, al menos debe ofrecerse el que se sabe que suele ser más eficaz en las mastitis: ciprofloxacino (no es lo correcto, porque lo correcto es hacer el cultivo, pero en su ausencia, al menos es lo menos incorrecto). En cambio, lo que se suele hacer es dar un antibiótico de amplio espectro, el conocido Augmentine (amoxicilina y ácido clavulánico) que puede servir si es efectivo para la bacteria clave en la infección o puede agravar la mastitis si justo ataca a las bacterias que están en minoría, dejando aún más vía libre a la culpable para seguir reproduciéndose.
Le recomendaron que dejara de amamantar
No solo hay que cultivar la leche y dar el antibiótico oportuno, sino que hay que animar a la madre a seguir amamantando al bebé de ese pecho, porque cuanta más leche quede retenida mayor será la infección: la leche tiene que fluir, hay que continuar con la producción y se ha de extraer para evitar esa retención de leche.
Sin embargo, como dice esta mamá: "Mi hijo continúa en la actualidad recibiendo lactancia materna gracias a mi esfuerzo, ya que lo que me fueron recomendando cada uno de los médicos que me atendieron en el hospital Reina Sofía es que dejara de darle el pecho. Además, he apreciado la escasa formación en lactancia materna de una buena parte de los médicos de este centro, ya que lo primero que te dicen es que la abandones, aún sabiendo que es lo mejor para la crianza de los niños".
Pero es que no es la única
Aquí solo hemos explicado el caso de Sofía porque es el que sabemos por la prensa, pero como ella hay cientos de mujeres que han vivido situaciones parecidas. Mastitis que no se solucionan, que intentan tratarse con homeopatía, que acaban haciéndose absceso y deben drenarse y mujeres que acaban en quirófano para abrir y en el peor de los casos retirar parte del pecho, etc.
Antibióticos, o probióticos
Otra cosa que probablemente desconocen es que muchas mastitis se pueden solucionar solo con probióticos, sin necesidad de antibióticos. Como acabamos de comentar, una mastitis es un desequilibrio en el número de bacterias de la leche materna (hay más de 700 tipos de bacterias), y este desequilibrio se puede solucionar con el antibiótico que acabe con aquella que está promoviendo ese desaguisado. Otra opción es hacer uso de probióticos, que como explicamos hace un tiempo, son sustancias que contienen microorganismos vivos que, suministrados en cantidad adecuada, confieren un efecto beneficioso sobre la salud del húesped.
Pero esto, obviamente, es un conocimiento al alcance aún de muy pocos profesionales. Por eso, insisto: necesitamos médicos que sepan de lactancia, y los necesitamos para ayer.
Fotos | Christyscherrer en Flickr, iStock
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