La lactancia materna no siempre es un camino de rosas. Pueden surgir complicaciones que te hagan sentir frustrada y confundida, e incluso que hagan que te plantees abandonar la lactancia.
Una de las más frecuentes es sentir dolor en los pezones al alimentar al bebé, un dolor que los primeros días no debería pasar de ser una molestia y conforme pasan los días debería desaparecer. Amamantar puede doler, pero no debe doler. Si duele, significa que algo va mal. Montse Robles, asesora de lactancia y responsable de divulgación de Medela, nos da a siete consejos para una lactancia materna sin dolor.
Un buen agarre es clave
"Un agarre óptimo cumplirá un doble objetivo: garantizar una transferencia de leche adecuada y, por lo tanto, lograr un vaciado del pecho suficiente para mantener la producción de leche, así como evitar dolor en los pezones. Además de los pezones doloridos, un agarre incorrecto puede implicar otras complicaciones a largo plazo, como una producción de leche limitada y un escaso aumento de peso del bebé", explica Montse..
Por el contrario, si el agarre es incorrecto, puede que el bebé emita unos chasquidos, que tenga los labios curvados hacia adentro o que mueva la cabeza con frecuencia.
Cuando el bebé está aprendiendo a agarrarse y a mamar, la madre puede sostenerse el pecho durante el proceso de enganche. La mano en forma de ‘C’ es una de las técnicas que se suelen utilizar para sostener el pecho: con una mano, se colocan cuatro dedos debajo del pecho y el pulgar en la parte superior del mismo.
Prueba diferentes posturas
Cambiar de postura en cada toma puede ayudar a disminuir la presión sobre los pechos y mejorar el agarre del bebé. La posición más común para dar el pecho es la denominada posición de cuna, si bien existen muchas otras posibilidades que pueden ser más beneficiosas según cada caso.
Posición de cuna
Los brazos de la madre sostienen al bebé en el pecho. La cabeza del bebé se mantiene cerca del codo y, con su brazo, la madre sostiene al lactante por la espalda y el cuello. La madre y el bebé deben tocarse pecho con pecho.
Posición de cuna cruzada
En esta posición, se usa el brazo contrario (al de la posición de cuna) para sostener al lactante y la madre le agarra con la mano la parte posterior de la cabeza y el cuello. Mientras, con la otra mano puede sujetarse el pecho y darle forma si es necesario. En esta posición, la madre podrá guiar el bebé hasta el pecho con facilidad cuando esté listo para engancharse.
Posición de balón de rugby
El bebé se coloca a un lado de la madre, con el cuerpo y los pies bajo el brazo de la madre, mientras ésta sujeta con su mano la cabeza del bebé. El brazo de la madre también puede apoyarse en una almohada en esta posición.
Esta posición puede resultar conveniente para aquellas mujeres que hayan sufrido un parto por cesárea, ya que apenas se coloca peso alguno sobre el pecho y la zona abdominal de la madre. También puede ser adecuada para bebés con bajo peso al nacer o bebés que tengan problemas de agarre, ya que su cabeza tendrá una sujeción completa.
Posición acostada
La madre descansa sobre un costado mirando al bebé y la boca del bebé está alineada con el pezón. Puede utilizar una almohada para apoyar la espalda y el cuello. Esta posición también puede resultar conveniente para aquellas mujeres que hayan sufrido un parto por cesárea.
Utiliza tu propia leche como cura
La leche materna tiene propiedades antipatógenas y curativas. Exactamente igual que sus componentes refuerzan el sistema inmunitario del bebé, también pueden ser de gran utilidad para ayudar a la curación de unos pezones agrietados o doloridos. Por este motivo, Montse Robles recomienda frotar con unas gotas de leche materna sobre los pezones y dejarlos secar.
Deja que se sequen al aire
Una solución muy eficaz para favorecer la curación de un pezón dolorido es dejarlo secar al aire. Un consejo muy práctico es evitar ponerse el sujetador inmediatamente después de terminar de dar el pecho.
Siempre que sea posible, la madre debe intentar quedarse un rato con los pechos al aire o bien utilizar una camiseta de algodón suave sin sujetador. Algo tan sencillo como esto puede ayudar a curar unos pezones doloridos.
Extráete leche para dejar descansar el pezón
Un descanso puede ser una solución adecuada para aliviar un pezón agrietado o dolorido. “Si la madre utiliza un extractor de leche, el pezón dañado puede descansar, al tiempo que puede seguir alimentando al bebé con leche materna”, explica Montse Robles.
Utiliza pezoneras o protectores
Existen diferentes productos diseñado específicamente para facilitar la curación de los pezones agrietados o doloridos. Las pezoneras o protectores encajan directamente en el pezón de la madre y quedan sellados alrededor de la areola, así se evitan las molestas rozaduras que puede producir la ropa.
Las pezoneras son membranas de silicona muy finas, suaves, flexibles y sin bisfenol A, tienen un tacto agradable sobre la piel y se adaptan a la forma de cada pecho. Puedes usarlas para dar el pecho hasta que la grieta se cure.
Parches y cremas para aliviar el dolor
Los parches de hidrogel y las cremas de lanolina pueden ser de gran utilidad para aliviar un pezón irritado o agrietado. Los parches de hidrogel contribuyen al proceso de curación del pezón manteniendo la flexibilidad y la hidratación de la piel al tiempo que aportan una sensación refrescante.
Por otro lado, la crema de lanolina ayuda a restaurar el nivel de lípidos de la piel, está hecha de ingredientes 100% naturales e hipoalergénicos por lo que no es necesario retirarla antes de dar el pecho. Además, por su composición, la crema de lanolina de Medela también puede utilizarse en los labios, nariz y piel seca del bebé.
Fotos | iStockphoto y Medela
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