Así por ejemplo el naranja viene representado por un círculo rojo y otro amarillo y así con una amplia gama de colores. Lo que no se les ocurra a esta gente...
Según sus diseñadores, Yusuke Imai y Ayami Moteki, el motivo de no poner nombre a las pinturas es el poder darle un significado más amplio y profundo al propio color. De esa forma los niños pueden experimentar y sentirse más libres para formar sus propios colores. También ayuda a comprender los conceptos básicos de la formación de los colores ya que al expresar el color que contiene mediante una ecuación de colores, los niños pueden entender que a mayor o menor cantidad de un tipo de color u otro el resultado será un color diferente, algo que sin duda les ayudará en un futuro para conseguir colores mucho más realistas o simplemente la tonalidad que busquen.
Quién sabe, a lo mejor en unos años ya no hablamos de rosa palo o gris perla sino de blanco con 10% de rojo y cosas así. Aunque quizás no sea muy útil ahí fuera, pero la idea como método de aprendizaje me ha parecido fantástica.
Vía | BoredPanda, kokuyo
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