El cambio de clima que conlleva la primavera, y sobre todo el verano, nos hace modificar algunos hábitos de nuestro día a día para adaptarnos a las altas temperaturas. Además de sustituir los abrigos por la manga corta y las sandalias, en los próximos meses cambiaremos nuestra lista de la compra, eligiendo alimentos más frescos y acordes a la nueva temporada. En este artículo os queremos dar algunas ideas saludables, tanto para niños como para adultos, con las que soportar mejor el calor, así como algunas pautas para disfrutar de las comidas en familia, especialmente en vacaciones.
Platos refrescantes. Productos de temporada
Cuando los termómetros empiecen subir como la espuma es recomendable que adaptéis vuestros menús a la nueva estación. Por un lado, porque raramente os apetecerán guisos calientes, como estofados o sopas y, por otro, porque conviene que, en el caso de los productos frescos, tratéis de elegir siempre productos de temporada y de proximidad. Las recetas basadas principalmente en frutas, verduras y hortalizas son, además de más saludables, más ligeras debido al alto contenido de agua de algunos de estos alimentos.
Tomate, pepino, aguacate, cereza, sandía, melón, ciruela, melocotón… Son algunas de las propuestas que os recomendamos incorporar a vuestra dieta durante estos meses. Combinadas con cereales, como la pasta o el arroz, o con legumbres podréis elaborar ricos platos que serán muy fáciles y rápidos de preparar, sin olvidar que nos proporcionan la mayor parte de los nutrientes necesarios para una dieta equilibrada, tal y como queda reflejado en la Pirámide NAOS de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN).
Una buena forma de presentar este tipo de ingredientes es en ensalada, un plato muy versátil y resultón que podréis preparar en un momento e incluso llevarlo a la playa o al campo en un día de picnic. Y si lo que os vuelve locos es fruta, el verano es vuestro momento, ya que hay gran cantidad de frutas propias de esta estación que pueden prepararse de maneras muy diversas y también servirse de una forma muy divertida, algo que seguro encantará a vuestros hijos.
Falta de apetito en verano
Si os encontráis ante la pérdida de apetito de los niños, os aconsejamos tener paciencia ya que probablemente se deba a una situación pasajera debido al calor. No les obliguéis a comer y respetad cuando digan que no quieren más, ya que seguramente ya estén saciados. Aunque la pérdida de apetito en verano es un hecho frecuente, si notáis que llevan un tiempo así, conviene comentárselo a su pediatra.
Hay que tener en cuenta que en esta época del año conviene mantener una adecuada hidratación. Eso implica, especialmente en el caso de los niños, ofrecerles agua muy a menudo. No es recomendable abusar de bebidas gasificadas ni néctares de frutas, ya que suelen llevar gran contenido de azúcar añadido. Si queréis ofrecerles alguna bebida sana y refrescante, podéis preparar agua con sabores en casa siguiendo estos pasos.
Mantener las rutinas
Además del incremento de las temperaturas, en verano hay otros cambios que pueden afectar a nuestros hábitos alimenticios. Sin ir más lejos, durante varias semanas los horarios y rutinas se trastocan y eso también influye directamente en nuestra forma de comer. Se acaban las clases, aumentan las actividades de entretenimiento y, con suerte, nos vamos de vacaciones.
Aunque es una época que debemos disfrutar al máximo, conviene que mantengamos algunas de las rutinas en familia que hemos ido adquiriendo. Intentad comer siempre a una misma hora para no alterar demasiado el ritmo diario de los niños. Si estáis fuera de casa, no descuidéis en exceso vuestra alimentación: se puede comer rico y saludable también durante las vacaciones. Para compensar algunos excesos propios de la época, podéis aumentar el consumo de frutas y verduras en algunas comidas del día, como el desayuno y la merienda, y así equilibrar un poco la dieta a lo largo del verano.
Comer en familia
Para que el peque se sienta cómodo y a gusto en la mesa lo más adecuado es proporcionarle una trona adecuada a su edad. Esto también debemos tenerlo en cuenta si nos vamos de viaje o si comemos en casa de un familiar. En el mercado existen tronas portátiles que son la mejor solución para estos casos, ya que por su versatilidad y dimensiones nos permiten usarlas tanto en casa como fuera de ella. El elevador Chicco Mode acompañará al pequeño de la casa desde que inicie la alimentación complementaria, a los 6 meses, hasta los 3 años de edad.
Su rápida instalación y fácil plegado hacen que sea un accesorio muy útil para comer fuera de casa, ir a casa de los abuelos o usarlo durante los viajes y escapadas.
Como veis, para adaptar nuestra alimentación a la nueva estación basta con aplicar algunas sencillas pautas: comer ligero, elegir productos y platos refrescantes, aseguraros de estar bien hidratados y permanecer en lugares frescos. De esta manera, tanto vosotros como los peques, podréis sobrellevar mejor el bochorno del verano y las altas temperaturas.
En Momentos Chicco
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