Los niños y bebés se contagian muy rápidamente los virus de los resfriados, ya que estos se transmiten por contacto y de manera oral. Basta con que se toquen las manos o estornuden para que se contagien entre sí. Muchas veces es inevitable, pero conocer los trucos más efectivos y los consejos de los expertos para evitar los resfriados, nos puede ayudar a prevenirlos.
Medidas para evitar que los niños se resfríen
La primera y más importante es lavarse las manos frecuentemente. Ya que si el peque se toca la los ojos, la nariz o la boca después de haber tocado algo contaminado por el virus, se contagiará. Enséñale a lavarse las manos al menos durante 20 segundos después de ir al baño, al terminar de jugar y antes y después de comer.
También es importante secarse bien las manos, ya que las manos mojadas favorecen la propagación de virus y bacterias.
A ser posible, utilizando toallitas de papel desechables en lugar de toallas de felpa.
No te olvides de lavar y desinfectar sus juguetes para evitar los gérmenes. Algunos de ellos, como los peluches, son un auténtico nido de ácaros. También debemos evitar que el moho se acumule en el interior de sus juguetes de goma para el agua.
Un ambiente adecuado en el hogar, factor clave
En el hogar, se recomienda ventilar los espacios cerrados varias veces al día para renovar el oxígeno y evitar la acumulación de polvo, gérmenes, virus y bacterias. Es necesario eliminar totalmente el humo del tabaco, ya que éste favorece las infecciones en las vías respiratorias infantiles.
También es muy recomendable mantener un ambiente húmedo en los espacios cerrados para que no se resequen las mucosas. Los humificadores como Humi Fresh de Chicco, son los productos más eficaces para conseguirlo.
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Una buena alimentación
En lo referente a la alimentación, no pueden faltar los alimentos con vitamina C en la dieta de nuestros hijos durante la estación más fría del año. Aunque no evitan ni curan el resfriado, refuerzan el sistema inmunológico que hace posible que los peques combatan los virus eficazmente.
Algunos de los alimentos más ricos en vitamina C son las naranjas, los pomelos, los limones, las fresas, las coles de bruselas, el melón, el brócoli, las verduras de hoja verde oscura, la coliflor, los kiwis y los tomates.
En general, una alimentación saludable, con un aporte adecuado de nutrientes, es la mejor forma de mejorar sus defensas. Al igual que, si todavía está tomando el pecho, alargar la lactancia materna todo lo que sea posible.
Hábitos de vida más saludables
En cuanto a nuestros hábitos de vida, se recomienda que los niños realicen actividades al aire libre para evitar la concentración de virus. Por eso cuando están mucho tiempo en espacios cerrados, como el cole o la guardería, y en contacto con virus, enferman más a menudo.
Otros consejos eficaces se centran en evitar los cambios bruscos de temperatura y no arropar en exceso a los niños. Este último es un error muy habitual.
Aunque debemos mantener siempre los pies calientes para evitar resfriados, en general los niños tienen más actividad y se mueven mucho más que nosotros y no necesitan tantas capas de ropa. Para prevenir los resfriados, no podemos dejar que el sudor se enfríe sobre la piel de los peques.
El factor emocional también influye
Los pediatras aseguran que los niños con estabilidad emocional son capaces de superar más rápidamente los resfriados. Esto es así debido a que el estrés que provoca el malestar o las sensaciones negativas (como la tristeza o la ira), reducen las defensas de su organismo y les hacen más sensibles a enfermedades infecciosas.
Los entornos familiares felices favorecen el sistema inmunológico de los pequeños, mientras que los adultos afectados por el estrés transmiten ese estado de ánimo a los niños, lo que puede causar modificaciones en su estado inmunológico y provocar la disminución de sus defensas.
Según los especialistas, los niños pequeños se resfrian entre 6 y 12 veces al año durante los primeros cuatro o cinco años de vida. Teniendo en cuenta que la media de duración de un resfriado común es de unas dos semanas, seguir estas medidas de prevención resulta fundamental para evitar que los peques estén enfermos durante la mayor parte del invierno.
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