¿Cómo debemos preparar un biberón para sacarle el máximo partido?

La alimentación y el descanso del bebé suelen ser las principales preocupaciones como padres. ¿Estará recibiendo los nutrientes necesarios? ¿Comerá lo suficiente?... Sin embargo, en la alimentación del bebé no sólo influye el tipo de leche o la cantidad que toma sino la forma de hacerlo.

La ingesta de aire influye directamente en la digestión del bebé. Una correcta alimentación y digestión no sólo ayuda a conciliar el sueño mejor sino que reduce patologías como los cólicos, gases o regurgitaciones.

Los bebés tienen el sistema digestivo inmaduro por lo que debemos prestar mucha atención a su digestión y esto cobra especial importancia cuando usamos biberones.

¿Cuáles son los pasos para preparar un biberón correctamente?

1- Limpieza y esterilización

Es importante lavar el biberón con agua tibia y jabón antes del primer uso y después de cada toma. No debemos olvidar lavar bien las tetinas y para ello podemos ayudarnos de un cepillo especial para biberones.

También debemos tener en cuenta que es fundamental esterilizar el biberón y todos sus componentes para eliminar las bacterias, sobre todo si el bebé aún es pequeño (menor de 3 meses) o está resfriado o enfermo. A medida que el bebé crezca, es recomendable ir espaciando las esterilizaciones pues su sistema inmunológico estará más desarrollado y con un buen lavado con agua y jabón será suficiente.

Tenemos varias opciones para esterilizar el biberón y sus componentes: podemos hervirlo o utilizar un esterilizador eléctrico, de vapor para microondas o incluso bolsas de esterilización.

2- Preparar el agua y añadir la leche

En la lactancia con leche de fórmula lo primero que debemos saber es qué cantidad de agua y leche en polvo añadir. Esta información debe aparecer en la lata según las indicaciones de cada fabricante. Normalmente, en una toma se añaden 30 ml. de agua hervida o de mineralización débil por cada cacito de leche en polvo. Por ejemplo, si el bebé toma 150 ml. debemos añadir 5 cacitos de leche en polvo.  

Cuando sepamos la cantidad de agua que necesitamos, la calentamos en el biberón con un calientabiberones o en el microondas. Si elegimos la segunda opción (el microondas) debemos tener en cuenta que éste puede crear zonas de más calor y deberemos mover el biberón para repartir el calor. Después, añadiremos los cacitos de leche en polvo correspondientes.

3- No crear aire dentro del biberón

Para mezclar el agua y la leche en polvo nunca debemos agitar el biberón. Al agitar el biberón se crean burbujas de aire que el bebé traga, lo que provoca que ese aire se acumule en su tripita y aparezcan los temidos cólicos y gases. Además, la ingesta de aire también aumenta el riesgo de otitis media.

La mejor opción para disolver la leche en polvo en el agua es remover con una cuchara o moviendo el biberón sin agitarlo, como un “rodillo” entre las manos.

4- Comprobar la temperatura

Antes de darle el biberón al bebé, debemos comprobar que la temperatura de la leche esté entre 35 y 37 ºC. Para saber si está fría o demasiado caliente nos echaremos unas gotitas de la leche sobre la muñeca. Si está demasiado caliente, siempre podemos enfriarla colocando el biberón bajo el chorro del grifo o sumergiéndolo unos segundos en un recipiente con agua fría (sin que la tetina se sumerja).

Y después de esto… ¡Biberón preparado correctamente! Tu bebé se alimentará de la forma adecuada para una mejor digestión.

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