Los primeros años que nuestros peques pasan en la escuela infantil y el colegio, aunque no son obligatorios, nos dan a los padres una valiosa información sobre su desarrollo. Nos permiten comprobar a qué ritmo aprenden sus destrezas comunicativas, sus habilidades sociales y cómo evolucionan respecto a sus compañeros. Eso sí, debemos saber que las diferencias entre unos y otros en los primeros años pueden ser muy notables, sin que ello se convierta en motivo de preocupación.
Sin embargo, hay ocasiones en las que los padres detectan ciertas señales que indican que puede haber un problema que requiere de apoyo profesional. A veces se detectan en forma de dificultades de aprendizaje en la escuela, problemas a la hora de comer, patologías del habla como la tartamudez, retrasos en la lectura, etc. Es entonces cuando la intervención de un logopeda puede marcar la diferencia.
¿Qué es un logopeda?
Cuando pensamos en el logopeda, muchos lo asociamos tan solo a los problemas de pronunciación, pero en realidad se trata de una especialidad mucho más amplia. Y es que los logopedas son perfiles sanitarios que se ocupan de la prevención, detección, evaluación y tratamiento de los trastornos de la audición, la deglución, el habla, la comunicación, el lenguaje y la voz, no solo en los niños, sino, también, en los adultos.
Aunque su figura en los colegios públicos no está contemplada, muchos centros privados y concertados sí cuentan actualmente con alguno de estos profesionales en su plantilla para detectar posibles dificultades lingüístico-comunicativas desde el aula. Y es que cuanto antes se detecten estos problemas antes se podrán abordar y solucionar para que afecten lo menos posible al aprendizaje y desarrollo del niño.
Por eso también, muchas familias acuden por su cuenta a consultas de logopedia ante la sospecha de cualquiera de estas dificultades.
Casos en los que conviene consultar con un logopeda
Al logopeda las familias pueden acudir tanto de manera preventiva, cuando hay sospechas de problemas, como cuando se tiene un diagnóstico que señala que hay necesidad de tratamiento.
No llora, sonríe o balbucea
Desde el nacimiento, hay señales que pueden indicarnos que el desarrollo del pequeño no va como debería. Así, hasta los 6 meses el niño debe expresarse con el llanto, ya sea cuando tiene hambre, sed, dolor, sueño o necesidad de contacto. También son típicos de estos meses la sonrisa social y los balbuceos, así como las reacciones a la voz de la madre. Cualquier bebé que no cumpla con estas formas de expresión mínimas debería visitar a un especialista.
Si tarda en hablar
Entre los 6 y 12 meses, lo normal es que los niños repitan sílabas como ma-ma, ta-ta o pa-pa y comprendan conceptos como "hola" y "adiós". Una señal de alarma puede ser que solo se exprese con vocales, que no participe en los juegos infantiles o no responda a los estímulos verbales.
Hasta los 2 años, lo normal es que el niño comience a desarrollar su lenguaje, con el manejo de una veintena de palabras entre las que se incluyen nombres como el suyo propio –que debe reconocer– y el de mamá o papá.
Entre los 2-3 años, los niños suelen comprender órdenes verbales y construir frases sencillas de dos palabras, entre las que se incluyen las cuestiones con "¿qué?". El número de palabras que componen las frases irá aumentando hacia los 4 años, así com su vocabulario.
Entre los 5 y 6 años deben ser capaces de contar vivencias y comprender lo que se les dice. De lo contrario, sería un signo de alarma. Y hacia los 6, su lenguaje debe utilizar oraciones más complejas para contar experiencias con la suficiente claridad para ser entendidas.
Problemas de pronunciación (dislalias)
Son esas distorsiones en la pronunciación de una o varias letras que a edades tempranas pueden resultar tiernas y sin importancia, ya que a menudo forman parte del aprendizaje natural. Sin embargo, cuando son funcionales y originadas por problemas de articulación o sonoridad, se deben trabajar con el logopeda para ser corregidas. Para ello, el profesional suele pautar una serie de ejercicios con la lengua y los labios o incluso la respiración.
Tartamudeo
Es un problema que afecta a la fluidez del habla y se distingue por esas interrupciones involuntarias, repeticiones y prolongaciones de una palabra, consonante o vocal. Aunque es un problema que puede afectar al 5% de los niños de entre 2 y 5 años y que puede remitir de forma natural, el logopeda puede ayudarnos a saber si se trata de algo normal o del inicio de una tartamudez real.
Dificultades en la lectoescritura
La detección de problemas en este ámbito es crucial para evitar problemas futuros de baja autoestima, sensibilidad emocional y fracaso escolar, en aquellos niños con una lectura y escritura deficitarias. Algunos síntomas que nos pueden alertar de que hay problemas en este sentido son el retraso a la hora de aprender a hablar con claridad, el retraso al leer, la baja comprensión lectora, la lentitud en la lectura oral, errores frecuentes por omisión, sustitución o inversión de letras, palabras o frases, así como la invención de palabras al leer.
En este sentido, algunos de los trastornos frecuentes que se trabajan en logopedia respecto a la lectura y la escritura son:
- Dislexia: causada por la dificultad para identifica los sonidos del habla correspondientes con letras y palabras.
- Discalculia: afecta al modo en que los niños aprenden las matemáticas, ya que dificulta la resolución de operaciones.
- Disgrafía: implica deficiencias en las habilidades de escritura, con uso incorrecto de mayúsculas y minúsculas, lentitud y torpeza en el trazos y letra irregular.
- Disortografía: es una dificultado con la ortografía y la escritura que a veces se traduce en un trazo ininteligible que sin embargo no afecta a la lectura, ni la comprensión lectora.
Algunas de estas alteraciones pueden estar vinculadas con un Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).
Problemas al comer
Puede haber alteraciones causadas por malos hábitos orofaciales y respiratorios y desencadenan en deglución atípica, trastornos de la masticación, succión inadecuada, etc. En ocasiones, la presencia de un frenillo sublingual en el nacimiento también provoca problemas en la alimentación que los padres no detectan hasta que comienzan a introducir papillas o sólidos. Entonces, pueden aparecer frecuentes atragantamientos y ciertas señales como que el niño necesita elevar la cabeza para tragar, y le cuesta mucho hacerlo enseñando los dientes.
En ocasiones el logopeda puede intervenir para mejorar problemas con la lactancia materna o artificial, debidos a la presencia de un frenillo, de fisuras labiopalatinas o a la retracción de la mandíbula inferior –retrognatia–.
Dificultades en el sueño
Si el pequeño ronca al dormir, realiza apneas observables, despertares frecuentes, problemas de insomnio y reflujo gastroesofágico por las noches, podrían ser síntomas de un Síndrome de la Apnea-Hipoapnea de la Son (SAHS). Es una alteración que provoca una reducción importante de la saturación de oxígeno y genera cansancio y excesiva somnolencia durante el día, así como dolores de cabeza, apatía y dificultades de concentración.
En estos casos, el logopeda trabajar los factores anatómicos y musculares mediante el trabajo de la motricidad orofacial, restableciendo las funciones alteradas y mejorando la calidad de vida del pequeño.
10 signos de alarma para acudir al logopeda
- El niño no gesticula.
- El pequeño no socializa.
- Niños que tardan en hablar o no hablan como los demás.
- Presentan dificultades de comprensión y problemas para expresarse.
- Problemas de afasia –dificultad para producir o comprender el lenguaje–.
- Dificultades en la fluidez y pronunciación del habla.
- Problemas al tragar o masticar.
- Problemas de sordera.
- Problemas con la voz.
- Dificultades de la lectura/escritura.
Las alteraciones que puede tratar y mejorar el logopeda
Según el Consejo General de Colegios de Logopedas, a modo de resumen, estas serían las alteraciones que tratan los logopedas en niños:
- Alteraciones del lenguaje: trastornos específicos del desarrollo del lenguaje (retrasos del lenguaje, trastornos fonéticos y fonológicos).
- Trastornos en la comunicación y el lenguaje causados por déficits auditivos y visuales, déficit de atención, deficiencia mental, trastorno generalizado del desarrollo, parálisis cerebral infantil y plurideficiencias.
- Trastornos específicos de la lectoescritura y del cálculo.
- Alteraciones en el desarrollo del lenguaje por deprivación social y asociadas a contextos multiculturales y plurilingüismo.
- Trastornos de la fluidez del habla.
- Afasias: trastornos del lenguaje causados por daños cerebrales– y trastornos asociados.
- Disartrias o trastornos de la ejecución motora del habla por debilitamiento de los músculos de la boca el sistema respiratorio.
- Disfonías: pérdida del timbre de voz y trastornos de la resonancia.
- Disglosias: trastornos de la articulación o malformaciones de los órganos periféricos del habla por lesiones o malformaciones.
- Mutismo e inhibiciones del lenguaje.
- Problemas al comer: deglución atípica –un patrón incorrecto al tragar que desplaza los dientes hacia delante– y disfagia –dificultad para tragar–.
Más información
- Kronos Salut (Manresa)
- Vocalia Egara (Terrassa)
- Somriu Penedes (Villafranca del Penedés)
- Centro Terapéutico Cubic (Madrid)
- Neurón Diverso (Madrid)
- Araceli Carrera Logopedia (Ciudad Real)
- Centro Enconxunto (A Coruña)
- Centro Logopédico a Voces (Albacete)
- Centro Paso a Paso (Cádiz)
- Logopedia Eco (Las Palmas GC)
- Centro Tilde (Murcia)
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