Los pequeños rincones en la habitación de tu hijo que le harán feliz

¿Quieres renovar el dormitorio de tu hijo y no sabes por dónde empezar? Tu intención es crear un espacio donde despertar su ingenio e imaginación, donde se pueda concentrar para estudiar y también pueda soñar, en el que reunirse con los amigos o estar solo y entretenido.

Con este repaso por los básicos de una habitación infantil, lleno de consejos claves para decorar un dormitorio perfecto y con propuestas para crear distintos ambientes, será muy sencillo llevar a cabo este proyecto.

Logra un espacio personalizado al máximo donde tu hijo pueda leer, jugar, soñar y dormir a gusto, repleto de pequeños rincones en los que tu hijo que será muy feliz. Ahora te contamos cómo hacerlo, qué pasos seguir, qué muebles son los más adecuados, dónde disponerlos y qué accesorios sirven para cada cosa.

1. Escoge un look o temática

Primero escoge el tema o estilo con el que decorarás el dormitorio pensando en lo que más le apasiona a tu hijo, algún personaje de televisión, cine o literatura o decantarse por un estilo en el que predomine su paleta de colores y estampados favoritos.

Elegir un estilismo o una temática te ayudará a definir los colores, muebles y objetos que compres. Las tendencias decorativas del momento son muchas y muy dispares entre sí, tenemos desde un look más clásico y dulce como el estilo Shabby Chic o el Bohemio Chic con un aire más ecléctico y oscuro aunque muy romántico, a un estilismo más desenfadado y actual como es el industrial.

Para los amantes del diseño puedes decantarte por un estilo nórdico con una paleta luminosa y blanca o por el tan de moda look gráfico con sus característicos estampados geométricos en blanco y negro, aunque sin duda la tendencia del momento es el estilo neorústico o natural, un híbrido entre el estilo rústico y el nórdico. Aunque si buscas algo más original, siempre puedes optar por un estilo ecléctico, más personal y ajeno a las tendencias del momento.

2. Define una paleta de colores

Una vez escogido el estilo, es el momento de concretar una paleta cromática, el hilo conductor entre todos los elementos del dormitorio, el que dará coherencia entre los diferentes ambientes, creando un espacio homogéneo y armonioso.

Aunque cada estilo tiene sus propias paletas, se pueden hacer tantas variaciones como uno quiera. Por ejemplo, ¿te gusta un montón el estilo gráfico pero su paleta a base de blancos y negros no te convence? Sustituye el negro por un gris claro que dulcificará el ambiente. Además para que el dormitorio sea más alegre le añades un tercer color brillante, como el rosa o el amarillo, para dar toques de color al espacio.

En cambio si te decantas por el estilo Boho Chic oscureceremos una paleta de colores a base de tonos románticos y mágicos, rosas, grises, turquesas, mostazas y esmeraldas en una tonalidad algo apagada pero no por ello menos dulce e infantil. Es una paleta muy adecuada para que los niños se relajen y den rienda suelta a su imaginación, un buen ejemplo de ello es la imagen que ilustra este apartado.

3. Distribuye los ambientes

Debemos pensar en el dormitorio de nuestro hijo como si fuera un mini apartamento, un espacio íntimo, propio y polivalente en el que puede de hacerlo todo allí, desde divertirse, hasta sosegarse para estudiar o leer y por supuesto, dormir. Para ello tendremos que crear mini espacios, en la medida de nuestras posibilidades, dentro de la habitación con el objetivo de que sea el máximo de funcional y agradable para el niño.

Definir qué ambientes crearás y cómo los distribuirás nos ayudará a ofrecer un espacio más ajustado a las necesidades de tu peque. Existen tres ambientes básicos, como la zona de dormir con la cama, la zona de estudiar con un pupitre y la zona de almacenaje con armarios o burros para la ropa.

Pero luego podemos añadir otras pequeñas zonas que darán ese toque especial al ambiente, distintos y pequeños rincones donde tu hijo puede jugar, leer y soñar, como son el rincón de lectura, la zona de tumbarse e imaginar, una área de manualidades.

No necesitas grandes espacios para cada rincón, es cuestión de utilizar los metros que tengas a tu alcance, por ejemplo la zona de manualidades y dibujo puede ser una pared en la que cuelgas un rollo de papel, donde los niños pintan y pegan adhesivos y purpurina. Y para la zona de soñar con unos cojines, peluches y una alfombra colocados en una esquina ya hay más que suficiente.

Una vez definida la distribución, podemos elegir los muebles y complementos decorativos más adecuados para cada rincón en función de la zona donde irán, el estilo decorativo y los colores que hemos escogido.

4. Un lugar mágico donde dormir

Empezamos por lo primordial, la cama. Nos decidiremos por un diseño que se adapte al look y colores del tema elegido. Pero no pienses que con una cama ya has acabado la zona de dormir, vamos a 'customizarla' al máximo para que tu niño se muera de ganas de ir a dormir o a leer un libro tumbado cómodamente.

Podemos agregar unas cortinas de muselina a modo mosquitera, o un dosel para que se sienta más protegido de la noche. Y en la pared podemos añadir vinilos con los que relajarse mientras se duerme, con una pequeña lámpara o guirnalda a la que seguir, que le ayude a superar los miedos nocturnos.

Acabaremos el espacio añadiendo una lencería adecuada al estilo escogido, con un montón de cojines con formas y peluches. Otra divertida opción es decorar los techos: píntalos de color, pon un mural, papel de pared o vinilos. Cuando llegue la noche juega con un foco tenue que ilumine el techo para crear un ambiente imaginativo, un mundo de cuento.

5. Un ambiente para estudiar adecuado

Aunque si preguntamos a los niños no les parecerá una zona muy necesaria, es vital crear un espacio adecuado para el estudio, en el que concentrarse, sin ninguna distracción. Esto no significa que no lo podamos hacer al gusto de nuestro peque para que se sienta cómodo y satisfecho.

Lo mejor es una mesa o pupitre colocada enfrente de la pared, donde tenga todo lo necesario para estudiar a mano: lapicero, libros y libreta... que no haya excusas para levantarse y distraerse con otras cosas que le apetezcan más. Si puedes busca una zona que esté apartada o separada con un biombo de la área de diversión, o simplemente colócala para que le dé la espalda.

6. Un rincón para soñar y hacer croquetas

También es la edad de desarrollar otra parte de su imaginación, construyendo espacios secretos donde esconderse e inventar grandes historias, mejores que las que leen en sus cuentos. Por eso es importante crear su propia parcela, en la que tú no puedes entrar... ¡a no ser que te deje!

Se trata de una zona en la que crear, pensar, soñar, mirar a las musarañas y perder el tiempo. Para conseguir este espacio tan solo necesitamos una equina, con una mosquitera, una alfombra para el suelo y muchos cojines. También puedes decorar la pared con láminas, guirnaldas de papel o unos farolillos para dar tu toque personal. Otra opción es realizar un tipi con sábanas o comprarlo hecho.

En una de las paredes de las esquinas puedes instalar una pequeña biblioteca con 8 o 9 libros a la vista, tal y como colocan las revistas en un quiosco. La lectura es una manera muy sencilla de motivar la imaginación de los peques, con lo cual tener una área para leer es un básico para ellos.

7. Un armario propio

Aunque sean pequeños, los niños tienen las mismas necesidades que un adulto y más ahora, que están tan pendientes de la moda y las tendencias. Una opción es dejar la ropa vista colgada en un burro o rama de árbol, si la mantienes ordenada embellecerá el espacio y tu hijo podrá escoger fácilmente lo que ponerse.

Pero si prefieres un armario, entonces adáptalo, personalízalo, dibuja, pinta o 'washitapea' un poco en él. Incluso puedes forrar su interior con papel pintado o vinilos. ¿Y por qué no pintar con Chalk Paint su exterior? Así puedes convertirlo en una gran pizarra e integrarlo en la zona de juegos.

8. Una zona de juegos original

La zona de juegos no tiene que ser un espacio gigante lleno de juguetes, no es necesario consumir constantemente todo lo que sale al mercado. Los niños con poco ya son felices, y además tener pocos recursos incita a imaginar.

Lo más importante es que tengan el espacio para poder hacerlo, un sitio propio, donde no importe que desordenen. Puedes crear un circuito de carreras en el suelo con cinta adhesiva o una casa de muñecas en la pared con Washi Tape como la que vemos en la imagen.

Es conveniente que el niño tenga su propio espacio, una zona de la que se sienta orgulloso, la cual quiera compartir con los amigos. Si tienes una habitación grande no tendrás problema: puedes colocar una gran mesa donde poder hacer todas sus actividades y a la que sacaréis muchísimo partido.

Sin embargo, si tu zona es más bien reducida, tendrás que usar la imaginación para crear un ambiente multifuncional y polivalente. Tendrás que hacer de varios rincones uno, y que el espacio de soñar, de lectura y de juego sea el mismo, y que a la vez sea una zona genial que quiera compartir con sus amigos.

Para los espacios limitados usar distintas alturas te ayudará a ganar espacio, pon una litera que a la vez es zona de lectura y debajo de ella pones la zona de juegos o de estudio. Recurre a las paredes, techo y suelos para crear las zonas de juego, y los rincones para realizar la área de lectura o de soñar. Usa muebles que se puedan plegar, colgar y almacenar, ya que con ellos ganarás espacio.

9. Personaliza el espacio con detalles

Una vez has definido el look, los colores y la distribución y has escogido los muebles para cada zona, es el momento de agregar tu toque personal. Para ello recurre a tu propio hijo, ve de compras con él para elegir estos pequeños complementos. Además puedes pedirle unos dibujos, enmarcarlos y cuélgalos en la pared.

Acaba el espacio con accesorios que hagan feliz a tu peque, como globos gigantes de colores con grandes colas, farolillos de papel, láminas, muñecos, guirnaldas, adhesivos para el techo, con todo esto darás un toque original al dormitorio. Esta parte escógela con tu hijo, son los detalles con los que disfrutará y se sentirá a gusto en su dormitorio.

Inunda el espacio con muñecos de trapo o cojines de mil formas o estampados que ayudaran a personalizar la habitación y harán sentir más acompañado al niño. Tira fotos imaginativas a tus hijos, e imprímelas en un gigante vinilo para la pared. Coloca algún mueble vintage o antigüedad, un recuerdo de la familia y objetos recuperados para hacer un espacio más original y único.

Y con estos hermosos detalles acabamos el post, recuerda que a todos los niños les apasionan los rincones, les encanta estar en el suelo o estar escondidos, tapados, siempre quieren estar en espacios reducidos, sentirse cubiertos, debajo de una mesa o de unas sábanas, además siente pasión por revolcarse por el suelo, rodar, encantarse, garabatear en las paredes, así que lo mejor es aprovechar sus pasiones para crear estas atmósferas super imaginativas y personales. ¿Por dónde empiezas?

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