Una de las dudas más frecuentes entre las madres y padres primerizos es la que concierne a la ropa del bebé. Saber qué prendas son más adecuadas para su delicada piel y cómo hay que cuidarlas acostumbra a ser un quebradero de cabeza.
Pero que no cunda el pánico, ya que es más fácil de lo que parece: tan solo hay que seguir algunos consejos sencillos e incorporarlos a la rutina habitual. Vamos a repasar algunas pautas para elegir bien la ropa del bebé, teniendo en cuenta los tejidos más respetuosos con su piel; cómo y cuándo lavarla y trucos para eliminar las manchas difíciles.
La dermis del bebé
Que las prendas de los bebés hay que tratarlas con máximo cuidado no es algo casual. La piel de los recién nacidos es muy delicada. Su dermis es muy fina y vulnerable y no cuenta con tantas capas de protección como la de los adultos.
Si, además, sumamos que cada vez son más los niños que tienen problemas dermatológicos, como piel atópica o diferentes alergias, mimar su piel con productos especialmente diseñados para ellos es básico para su protección. Esto incluye desde los productos de higiene que utilizamos, hasta la ropita o los jabones con los que la lavamos.
Elige tejidos naturales
Para proteger su piel, elige tejidos naturales de fibras de origen vegetal como el algodón, el lino o el cáñamo, porque son, además de delicados, cómodos, frescos y transpirables. Observa la etiqueta con atención y busca aquellos que sean 100% naturales, ya que en ocasiones vienen mezclados con fibras sintéticas, como el poliéster o la lycra.
Estos tejidos son fáciles de cuidar y muy resistentes a los lavados, algo que nos permitirá usarlos más tiempo si los cuidamos debidamente. Eso sí, ante las manchas difíciles conviene actuar lo antes posible, ya que la porosidad de las fibras hace que absorban más rápidamente las manchas.
Otro punto a favor de este tipo de tejidos es que puedes usarlos todo el año, ya que regulan muy bien la temperatura corporal. En verano, son frescos y livianos, mientras que, en invierno, aíslan del frío si ponemos varias capas. Pero ojo, porque a veces tendemos a abrigar en exceso a los bebés y eso no es recomendable. Puedes vestir al bebé tal y como te vistes tú, con la misma cantidad de ropa, o como mucho una capa más.
La comodidad es la clave
Las prendas de los bebés deben ser confortables para que puedan moverse con libertad. Evita aquella ropa que contenga accesorios que puedan lastimarles la piel o molestarles, como botones, solapas, grandes adornos, cremalleras…
Busca diseños elásticos, a ser posible con goma en la cintura, de manera que tu bebé esté cómodo y también te resulte a ti práctico desvestirle. Huye de camisas ajustadas, vestidos imposibles y tejanos. ¡Tu bebé puede ir a la moda con ropa más cómoda!
En cuanto a las prendas imprescindibles, el armario de los bebés debe contar con bodies, preferiblemente cruzados porque son mucho más cómodas de poner y quitar, polainas (es decir, pantalones con calcetín incorporado) y camisetas finas (que sean fáciles de abrochar). Para los meses de verano, con estas piezas y alguna chaqueta por si refresca, será suficiente. De cara a los meses más fríos, habrá que contar también con algún jersey o sudadera, pensando también en buscar aquellos modelos que sean fáciles a la hora de vestir a los peques.
Ropa nueva, a la lavadora
Antes de hacerlo es recomendable aprovechar para cortar todas las etiquetas que puedan rozar la piel del bebé. Durante los primeros meses de vida, debes procurar lavar la ropa del bebé en una colada aparte, separada del resto de la ropa de la familia. De esta manera, evitarás que entre en contacto con partículas y agentes externos que puedan quedar en su ropita.
Cuida la ropa, lavado tras lavado
Para que la ropa dure el máximo tiempo posible, hay que lavarla siguiendo las recomendaciones del fabricante. Por eso, es muy importante que leas bien las etiquetas de las prendas. Elige la máxima temperatura que te permitan para asegurar una limpieza en profundidad.
En la colada del bebé, utiliza productos poco agresivos, como un jabón neutro o hipoalergénico que sea adecuado para pieles sensibles. No añadas suavizante, ya que normalmente este se incorpora a la colada en un ciclo de lavado tras el aclarado, por lo que pueden quedar restos que, en contacto con la piel del bebé, podrían irritarle.
Asegúrate que la ropa queda bien seca. Si tienes secadora, no lo dudes. Con un secado en profundidad evitarás que la ropa quede húmeda y proliferen las bacterias. En cualquier caso, intenta secar la ropa lo antes posible tras terminar la colada. Las lavadoras Whirlpool incorporan la tecnología FreshCare. Gracias a la combinación del uso del vapor, para evitar que la bacterias proliferen, y de movimientos de tambor lentos e intermitentes, garantizan la eliminación de los hongos y malos olores después del ciclo de lavado si olvidas la ropa en el interior del tambor.
Manchas difíciles, a raya
Con su ropita, cuantos menos productos utilices, mejor. Para eliminar las temidas manchas difíciles la clave es pre-tratarlas lo antes posible. Evita que las manchas se sequen, aplicando jabón neutro encima y dejándolo actuar un rato antes de meterla en la lavadora. Si no desaparece, antes del lavado a máquina frota la mancha utilizando un cepillo. Sus cerdas te ayudarán a eliminar la suciedad incrustada entre las fibras.
Si utilizas un quitamanchas para aquella suciedad que se resiste, asegúrate que eliminas todos los residuos tras el aclarado de la prenda. Para ello, opta por hacer la colada a máquina. Así, además de evitar posibles alergias e irritaciones de la piel del bebé por un aclarado insuficiente, ahorrarás tiempo en las tareas del hogar.
Además, de su ropita, no olvides otras prendas que deben lavarse frecuentemente, como peluches, colchas, mantas, toallas…. Son elementos que a veces pasamos por alto que también debemos lavar a menudo.
Para lavar la ropa del bebé, así como la de toda la familia, son muy recomendables aquellas lavadoras que cuentan con programas de lavado específicos. La gama de lavadoras Whirlpool tiene programas distintos cada tipo de tejido, como es el caso del programa para prendas delicadas, en el que se recomienda lavar la ropa del revés, o uno específico para la ropa de cama y toallas, que permite limpiar en profundidad optimizando tiempo y energía, por citar algunos de los más necesarios cuando hay bebés en casa.
Como ves, para lavar y cuidar la ropa de tu bebé hay que tener algunas consideraciones en cuenta. Al principio puede parecerte muy complejo, pero se trata solo de incorporar estos nuevos hábitos en el día a día para proteger su delicada piel y asegurarte también que su ropita luce limpia y en buen estado por más tiempo.
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