¿Sabes si tu hijo toma suficiente hierro y Omega 3 DHA?, una calculadora online puede ayudarte a averiguarlo

Aunque todo padre desea que sus hijos se alimenten correctamente, con el frenético ritmo de vida actual, no siempre es posible. Y es que para muchas familias, comer alimentos frescos y platos caseros se ha convertido en todo un lujo por distintos motivos. Porque hay quienes apenas tienen tiempo para ir al supermercado (mucho menos, al mercado) y quienes ni siquiera pueden dedicarse a cocinar guisos algo elaborados.

El resultado puede materializarse en un menú repetitivo y con alguna carencia, que puede ser significativa a nivel nutricional en el caso de los más pequeños de la casa. Este ritmo acelerado de hoy, sumado a las dificultades que muchos padres tienen para que sus retoños coman ciertos alimentos, es susceptible de desencadenar algunos déficits de nutrientes en su dieta. Así lo confirman varios estudios publicados.

La alimentación de los niños españoles

Es el caso del proyecto Alsalma de la Asociación Española de Pediatría, que indica que más del 16% de los niños europeos de entre uno y cinco años padece anemia, es decir, déficit de hierro. 

Por su parte, el estudio ENALIA, publicado por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), pone de manifiesto que el consumo de pescado es insuficiente entre los niños, siendo especialmente llamativo el de pescado azul, rico en grasas Omega 3. Casi la mitad de la población no lo consume nunca, según concluye la publicación.

Asimismo, en el informe sobre la ingesta de nutrientes elaborado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se señala que en los niños de uno a tres años existe riesgo de deficiencia nutricional de ácidos α-linolénico y docosahexaenoico (DHA), de vitamina D, hierro. En algunos países, a todo ello se añade el yodo.

¿Pueden tener este tipo de deficiencias impacto en el desarrollo de nuestros niños? Veamos por qué son tan importantes en esta primera etapa de la vida y cómo asegurar una ingesta suficiente.

Los riesgos de un déficit nutricional

Por un lado, cabe señalar que el cuerpo humano no es capaz de fabricar por sí mismo la cantidad suficiente de ácidos grasos omega 3. Por eso, el doctor José Luis Bonal, pediatra y presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) nos recuerda que el aporte de omega 3 DHA mediante la alimentación resulta fundamental hasta los 5-6 años, ya que interviene en el desarrollo intelectual y la agudeza visual de los niños.

Igualmente, el hierro resulta esencial como nutriente para el correcto desarrollo cognitivo del niño. La anemia es la consecuencia directa del déficit de este mineral en la alimentación y puede provocar un estado de apatía crónica y fatiga que afecte a su desarrollo.

También la vitamina D es vital para el desarrollo de los huesos y la correcta absorción del calcio en esta etapa. Sin olvidar que el yodo es un mineral esencial para el buen desarrollo del sistema nervioso.

Entonces, ¿cómo podemos saber si nuestros hijos están cubriendo sus necesidades en este sentido?

Cómo saber si toma suficiente hierro y omega 3

En efecto, muchos padres pueden enfrentarse a la incertidumbre de no saber si están cubriendo las necesidades de nutrientes importantes como el hierro o el omega 3 DHA. Al fin y al cabo, no llegar a las cantidades recomendadas probablemente redunde en carencias que no se detecten hasta que los síntomas sean muy evidentes. 

Además de los siempre necesarios controles por su pediatra habitual, hoy contamos con herramientas que nos dan pistas sobre lo que falla en el menú de nuestros hijos. Es el caso de la calculadora online de hierro y omega 3 DHA desarrollada por el Instituto Puleva de Nutrición. Se ha diseñado para poner al alcance de padres y madres una herramienta que les permita valorar si la alimentación diaria de sus niños responde a la ingesta recomendada de estos nutrientes clave para la etapa de crecimiento.

A través de un sencillo y breve cuestionario, que se completa en apenas dos minutos,  conoceremos si nutrientes tan fundamentales como el hierro y el acido Omega 3 DHA están suficientemente presentes en su dieta o si, por el contrario, necesitan algún refuerzo adicional.

¿Cómo aseguramos esos nutrientes?

En la etapa de entre los 12 y los 36 meses, las necesidades calóricas de un niño oscilan entre las 900 y las 1.300 kilocalorías diarias, en función del desarrollo físico, el metabolismo y la actividad física que realice. Estas han de verse cubiertas por una correcta proporción de hidratos de carbono, proteínas (vegetales y animales) y grasas que incluya las vitaminas y los minerales esenciales para un adecuado desarrollo.

Para hacernos una idea, a modo de ejemplo, esta podría ser la ingesta media diaria de un niño en esta etapa (siempre dependiendo de las variables antes mencionadas):

  • Entre tres y cinco cucharadas de vegetales (de diferentes colores).
  • Entre dos y cuatro raciones de fruta.
  • Entre dos y tres raciones de proteínas: a repartir entre carnes, legumbres, pescados o huevos (cuantificados en mitades).
  • Dos cucharadas de pasta o arroz.
  • Entre seis y once rebanadas de pan.
  • Cereales: ¼ taza.
  • Entre dos y tres raciones de lácteos: leche, yogur o queso.

No solo es importante considerar lo que nuestros pequeños comen, sino cómo ha sido cocinado (ahí reside parte del problema hoy en día). Así, es mejor priorizar las cocciones saludables (al vapor, al horno, a la plancha, etc.) sobre otras como los fritos y los rebozados. Igualmente, siempre es más saludable optar por las variedades integrales frente a los refinados, en recetas bajas en sal.

Por su parte, es recomendable evitar en lo posible los azúcares añadidos y los productos procesados, restringiendo su consumo solo a ocasiones excepcionales y en cantidades mínimas.

Aún así, son numerosos los nutrientes que deben estar presentes en la alimentación infantil: hierro, omega 3 DHA, vitamina D, calcio, etc. ¿Cómo garantizar que no falte ninguno teniendo en cuenta las dificultades que tenemos en el día a día para configurar un menú sano?

Una ayuda extra para nuestra tranquilidad

Las leches de crecimiento "pueden ser de interés en la transición de las de fórmula a la leche entera, en especial para algunos niños con dietas más deficitarias o ingestas insuficientes", señala José Manuel Moreno-Villares, jefe de servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Navarra en Madrid.

Por su parte, la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) coincide en que las leches de crecimiento son una buena opción para para aumentar la ingesta de hierro, vitamina D y ácidos grasos poliinsaturados en niños de 1 a 3 años, sin necesidad de incrementar el aporte de proteínas como lo haría la leche de vaca no adaptada.

Así, puesto que la leche sigue siendo un alimento con mucho peso en la alimentación de los niños de corta edad, puede convertirse en un excelente vehículo para aportar nutrientes esenciales en niños de estas edades con mayor riesgo de déficit alimentario. Y, como hemos señalado, este tipo de leches adaptadas contiene menos proteínas que la de vaca, con lo que compensamos ese exceso que hoy en día se detecta en las dietas infantiles.

De ahí la razón de que muchos padres, insistimos, siempre con la consulta previa a su pediatra, opten por complementar la alimentación de sus hijos con leches de crecimiento como Puleva Peques o Puleva Max. Este tipo de soluciones aportan un extra de hierro, calcio y omega 3 DHA, entre otros nutrientes. Porque con el simple gesto de ofrecer un vaso o un biberón de leche al pequeño, estaríamos facilitando el cumplimiento de las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Imágenes | iStock/Vyacheslav Dumchev/Alter_photo/jacoblund/GoPointStudio, Pixabay/avitalchn

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