La llegada de un bebé nos cambia la vida: cómo sentimos, cómo pensamos, nuestra escala de valores… Pero también hay muchos otros cambios relacionados con los actos más cotidianos de nuestro día a día, no tan profundos pero no menos importantes: el momento de dormir, la hora de la comida, viajar o simplemente hacer la compra. A veces incluso tomar una simple ducha se convierte en todo un desafío. Te contamos 11 consejos prácticos para resolver estos momentos.
1. Sincroniza los momentos de sueño con tu bebé
Durante sus primeros meses de vida, los ciclos de sueño y alimentación del bebé serán frecuentes y cortos a lo largo de todo el día, sin distinguir apenas entre noche y día. Aprovecha sus momentos de sueño para relajarte y descansar tú también.
Establece prioridades. Dormir no es una pérdida de tiempo. Aunque haya otras tareas pendientes, descansar es absolutamente necesario. Tal vez al principio, te cueste un poco echar una cabezadita durante las horas diurnas, pero con un poco de constancia conseguirás adaptarte a los nuevos horarios.
Lo mejor es que durante la noche, el bebé duerma en el espacio que le hayas destinado a tal efecto, y durante el día, le acostumbres a dormir en la estancia donde suelas hacer más vida (el salón o el cuarto de estar, por ejemplo), sin silenciar ni oscurecer del todo la casa.
Así tu bebé aprenderá poco a poco a distinguir el día de la noche, y las siestas del sueño nocturno. Para conseguirlo puedes utilizar el cochecito como cuna diurna y déjarle descansar en él si se duerme durante el paseo. No le muevas si no quieres correr el riesgo de despertarle antes de tiempo. Para ello necesitarás un capazo adecuado. El Trío StyleGo de Chicco dispone de un capazo espacioso y acogedor, como una mini cuna. Su agradable colchón y su respaldo reclinable crean un ambiente ideal y confortable para el descanso del bebé.
2. Date tiempo para acostumbrarte a todos los cambios
Adaptarse al ritmo del bebé es fundamental. Un recién nacido depende por completo de sus padres, por lo que debemos estar atentos a sus necesidades (físicas o emocionales) para poder cubrirlas adecuadamente.
La mayoría de bebés, por ejemplo, acepta el momento del baño a última hora de la tarde como un momento relajante, previo a la cena y como elemento inductor del sueño nocturno.
Sin embargo otros se excitan mucho al entrar en contacto con el agua, a la que asocian con un momento de diversión y juego. Tendrás que averiguar cómo es y qué le gusta tu bebé, y adaptarte a sus preferencias. Poco a poco reajustarás tus actividades en función de las suyas e irás recuperando tu propio espacio. Y lo mismo sucede con el momento de la comida, el paseo, la compra o la limpieza.
El ritmo también lo marca el bebé. Acostúmbrate a planear con anticipación las tareas pendientes dentro y fuera de casa, dejando un margen amplio de maniobra por si tarda más de la cuenta en comer o se echa una siesta más larga de lo normal.
No te frustres ni pierdas la calma si al final del día no has hecho ni la mitad de las cosas que pensabas hacer. Sé paciente, tolerante y ponte en su lugar. Los bebés crecen y cambian mucho durante sus primeras semanas de vida.
3. Establece un horario de visitas
Cuando la familia crece, familiares y amigos desean conocer al nuevo miembro lo antes posible. Compartir su alegría es motivo de placer para los orgullosos y felices padres. Sin embargo el tráfico constante de gente en casa puede resultar estresante y abrumador tanto para los padres como para el recién nacido.
Para que nadie interrumpa tu descanso ni el del bebé, establece un horario de visitas, acotando los tiempos y permitiendo la entrada solo de pequeños grupos cada vez.
De esta manera, no solo conseguirás descansar más y mejor, sino que vuestros horarios de comida, paseo o baño tampoco se verán interrumpidos o frustrados.
Aunque al principio os de apuro, la familia y los amigos lo comprenderán. Tener un horario para recibir visitas es un remedio eficaz para que estas no se conviertan en un trabajo extra para vosotros. De esta manera, alternarás un poco de saludable vida social con las necesidades que impone vuestra nueva vida familiar.
También conseguirás escalonar las visitas para que no se acumulen todas en los primeros días, que son precisamente en los que se tiene que lidiar más con la falta de sueño y de descanso.
4. Adelanta los horarios de las comidas
Adelantar los horarios de todas las comidas del día te dará algo más de tiempo extra para relajarte y organizar mejor todas las actividades. Los bebés imponen nuevas rutinas y suelen desayunar, comer, merendar y cenar antes que los adultos.
Después de alimentarle, prepara tu propia comida. Así después tú también podrás descansar mientras duerme el bebé.
A medida que el peque vaya creciendo y se adentre en la etapa de la alimentación sólida, puedes incluir en la mesa de los adultos comida para él. Los bebés sienten mucha curiosidad por lo que ven hacer a los adultos y tienden a imitarnos.
De esta manera, conseguirás que se sienta cada vez más integrado en vuestra propia rutina. De forma natural, llegará el momento en que sus horarios y los vuestros coincidan plenamente.
5. A la calle desde el primer día
Aunque pensemos que el sistema inmunitario del recién nacido es aún muy inmaduro para salir a la calle, todos los especialistas coinciden en que el bebé puede salir a la calle desde el primer día.
Sacar al bebé a la calle no solo es recomendable, sino sano y necesario. La luz del día y del sol son imprescindibles para sintetizar la vitamina D. Y esta les ayuda a fijar el calcio en sus huesos.
Pero salir a la calle no solo es beneficioso para el bebé, sino también para la mamá. Tu recuperación será mucho más rápida si practicas algo de ejercicio físico ligero y cambias de aires.
Podemos aprovechar para salir con nuestro bebé a dar un paseo cuando hagamos la compra o realicemos algún recado. Eso sí, debemos utilizar un medio de transporte práctico y cómodo que nos permita movernos con facilidad por la ciudad y mantenga seguro y cómodo a nuestro bebé en su interior. El Trío StyleGo de Chicco es compacto, ligero y funcional. Combina manejabilidad y confort en tan solo 50 cms. de ancho y dispone de todos los elementos necesarios para favorecer el paseo del bebé.
El momento del paseo es uno de los que más inseguridad genera en los papás primerizos, sin embargo, a los bebés les encanta salir a pasear. Lo único que debes hacer es acertar con el momento adecuado del día y sacar al bebé a pasear con todas sus necesidades cubiertas. Antes de salir, asegúrate de que ha comido y expulsado los gases, de que no tiene el pañal sucio ni siente sueño.
El aire libre y el ajetreo ofrece a los peques un montón de estímulos sensoriales. A muchos, incluso, les ayuda a relajarse y dormir. Para que el paseo resulte lo más agradable y saludable posible para todos, lo mejor es que escojamos zonas peatonales tranquilas, áreas ajardinadas o parques infantiles. Por el mismo motivo, resulta necesario evitar las zonas con mucho tráfico, las áreas con contaminación y los espacios ruidosos o abarrotados.
6. Acepta la ayuda de los demás
Tras la llegada del bebé los horarios cambian, las rutinas se trastocan, las tareas se multiplican... A veces, sencillamente, no tenemos tiempo para abarcarlo todo nosotros solos. Cualquier ayuda, en esa situación, vale oro.
Las personas más íntimas y cercanas a la familia juegan un papel fundamental. Para sobrellevar mucho mejor la situación, apóyate en ellas y busca la ayuda de familiares o amigos de confianza siempre que lo necesites.
Por más independiente y capaz que seas, las primeras semanas constituyen un período transitorio de mayor dificultad para todos los padres. Pero pasado un tiempo, todo volverá gradualmente a la normalidad.
7. Saca tiempo para ti y para tu pareja
Los hábitos y la intimidad de pareja también se ven trastocados con la llegada de un recién nacido a casa. Las nuevas responsabilidades y el cansancio hacen mella. Ante esta nueva situación, la actitud es clave.
No encerrarse en casa es un factor importante. Tener un bebé no es sinónimo de abandonar toda vida social. Aunque este no os deje (ni a vosotros os apetezca) salir de fiesta por la noche, siempre podéis salir con él a la calle, a comer fuera, por ejemplo.
También podéis salir solos al cine, a tomar un café o a dar un paseo. Seguro que tienes algún familiar o amigo cercano a quien le encantaría cuidar del bebé durante par de horas.
Por último, mantener viva la comunicación y tener pequeños detalles con tu pareja son otros dos recursos fundamentales para manteneros, ahora, más unidos que nunca.
Y no olvides reservar tiempo para ti también. Al principio, los bebés requieren tanta atención que es muy fácil olvidarse de uno mismo. Pero para darle lo mejor de ti, tienes que cuidarte.
8. Ten claros cuáles son los artículos imprescindibles
Los bebés no necesitan tantas cosas como nos imaginamos. Si no quieres que la economía familiar se resienta ni que el espacio disponible en casa se quede cada vez más pequeño, piensa bien qué artículos necesitará el bebé realmente, y cuáles son opcionales o totalmente innecesarios.
Los bebés necesitan un sitio seguro en el que dormir, bañarse y ser transportados. Los productos más prácticos y rentables son aquellos que resultan versátiles y evolutivos.
Por ejemplo, el Trío StyleGo de Chicco dispone de un Capazo XL, silla de paseo, y silla de auto 0+; es un 3x1 que resuelve tanto los paseos del bebé, como sus desplazamientos en coche. También es una solución a largo plazo, ya que cubre varias etapas de la vida del bebé, adaptándose por completo a su desarrollo.
9. Crea un calendario familiar para repartir las tareas domésticas
Sentaos durante un momento para decidir qué tareas asumirá cada uno de vosotros tras la llegada del bebé. Da igual cómo lo hayáis estado haciendo hasta el momento. Debéis tener en cuenta que durante los primeros meses el bebé demandará mucha más atención de su mamá, sobre todo si es lactante.
Las responsabilidades de la nueva mamá a menudo también conllevan un nuevo reparto de actividades. Pensad en cuánto tiempo libre tiene cada uno, qué quehaceres tienen carácter urgente, qué tipo de labor doméstica se os da mejor y en qué tareas resultáis más rápidos y eficientes.
Elaborad una lista y después pasad las nuevas obligaciones de ambos a un calendario semanal. Fijadlo en un lugar visible para poder consultarlo en caso necesario. Por ejemplo: la puerta de la nevera o el tablón de corcho sobre el escritorio.
No os marquéis tareas por el momento inabarcables, como hacer inventario del trastero o limpiar los altillos de los armarios. Tan solo procurad llevar al día la casa con pequeñas tareas domésticas diarias, como hacer la comida o barrer el suelo.
10. Acostumbra al bebé a los viajes en coche poco a poco
Al principio, llegarás siempre tarde a todas partes. A la cita con el médico, a la comida familiar e incluso al supermercado. No te agobies, es inevitable.
Si esto sucede en las pequeñas salidas diarias, la planificación resulta fundamental a la hora de realizar vuestros primeros trayectos largos. Procurad salir de casa temprano porque los bebés obligan a realizar varias paradas durante el camino para ser alimentados, calmados, cambiados de pañal o de postura.
A muchos bebés les cuesta desprenderse de los brazos de sus padres a la hora de viajar en coche. El bebé debe viajar siempre en su silla de auto y es fundamental que no transijas ni un ápice en este punto.
Para hacerle lo más placentero posible el proceso, es conveniente realizar pequeños trayectos en coche por la ciudad e ir aumentando el tiempo de viaje. Así tu bebé se acostumbrará al sistema de retención.
La silla de auto Oasys 0+ del Trío StyleGo de Chicco, es tan cómoda como práctica y está homologada para el traslado en automóvil de niños desde el nacimiento hasta los 13 kg. Sus hombreras y separapiernas acolchados, y su reposacabezas reclinable hacen que el viaje del pequeño sea más seguro y agradable.
11. Aprende del bebé
Por más que dudes acerca de si estarás o no haciéndolo bien, mantén la calma y aprende de tu propio bebé. Observarle y pasar tiempo con él es la mejor forma de conocerle. Te sorprenderá el poco tiempo que te hará falta para saber interpretar cada uno de sus gestos. En pocos días, solo tendrás que mirarle para saber qué te está pidiendo.
Tómate tu tiempo para estudiar sus reacciones en diversas circunstancias. Acaba de venir al mundo y nadie sabe cómo es, las cosas que le gustan y las que no, cómo va a actuar ante diferentes situaciones o qué necesita cuando llora y protesta.
A medida que el bebé vaya creciendo, se volverá más autónomo y el día a día se hará cada vez más sencillo.
Aunque los primeros meses son los más caóticos, no te desesperes ni dudes de tu capacidad. Los bebés no son recién nacidos toda la vida. A medida que van creciendo, se va haciendo más fácil interpretar y atender a sus necesidades al tiempo que la familia recupera sus costumbres y horarios.
Es cierto que los bebés nos cambian la vida y desbarajustan un poco la rutina familiar, pero también lo es que nos abren la puerta a todo un mundo de infinitas y enriquecedoras vivencias cuyo recuerdo guardaremos como un tesoro para siempre.
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