Ojalá nunca tuviese que suceder, pero por distintas circunstancias, los niños pueden verse en la tesitura de asistir a un juzgado a testificar. Conscientes de lo que esto implica a nivel psicológico para un menor, los juzgados de Madrid han implementado un programa de acompañamiento con perros, una técnica que ayuda a humanizar el proceso y a disminuir la ansiedad que provoca este tipo de situaciones.
Todos hemos leído alguna vez los grandes beneficios que aportan estos animales cuando están entrenados y participan de forma activa en terapias. En el caso de los niños, los hemos visto trabajar para minimizar el dolor y la ansiedad que produce una hospitalización, para reducir el estrés provocado por determinadas situaciones traumáticas o incluso como una ayuda a la hora de motivar a los niños con dificultades de aprendizaje o con autismo. Por eso no es de extrañar que ahora se quieran trasladar todos estos resultados a experiencias que pueden llega a ser traumáticas, como lo es el paso por un juzgado.
Sobre esta iniciativa hablamos con Vanessa Carral Portilla, psicologa sanitaria y educativa y codirectora de Dogtor Animal, una empresa de alto contenido social especializada en las intervenciones asistidas con animales desde 2009 y que actualmente trabaja de la mano con los juzgados de la Comunidad de Madrid.
¿Cuál es el protocolo que se sigue cuando queremos solicitar el servicio de acompañamiento?
El protocolo de actuación una vez que es solicitado el servicio para un menor consta de cuatro fases:
- Fase 1 - En la sala de espera: en este momento el niño o la niña que está esperando sin saber lo que va ocurrir entrando en una espiral de ansiedad y estrés, ve aparecer al perro de apoyo y, a partir de ahí, redirigimos esas emociones negativas y centramos la atención en este nuevo cómplice que le acompañará a lo largo del proceso.
El niño podrá abrazar al perro, que puede sorprenderle con sus habilidades y que generalmente consigue que el niño sonría, generando un vínculo de apoyo incondicional y un ambiente un poco más relajado. - Fase 2 - Camino a la Entrevista: En el momento en el que el profesional judicial lleva al niño camino al lugar de la entrevista, éste toma la correa de su nuevo amigo. Así se siente acompañado.
- Fase 3 - Durante la entrevista: en este momento el perro de apoyo se convierte en un facilitador a la hora de obtener la información requerida por el profesional judicial. Para ello se facilita el contacto directo con el perro, permitiéndoles que se sienten juntos en un sofá y con el perro tumbado con la cabeza apoyada sobre el regazo del pequeño mientras este responde a las cuestiones planteadas por el profesional judicial. Es frecuente observar cómo los pequeños no paran de acariciar al perro de apoyo mientras se les pregunta, ya que se trata de una manera de exteriorizar el estrés que esto les supone. El perro de apoyo judicial se convierte en un colchón emocional.
- Fase 4 - Despedida: Una vez el profesional termina es importante generar en el menor una situación positiva y dejar atrás recuerdos y sensaciones revividas durante la entrevista por lo que nuevamente realizamos alguna actividad lúdica para desviar así la atención hacia una actividad más agradable con el objetivo de que el pequeño se vaya con “buen sabor de boca”. El perro de apoyo permanecerá accesible al menor todo el tiempo que este lo requiera.
Este recurso tiene como misión visibilizar a los menores involucrados en procesos judiciales y poder generalizarlo a todos los juzgados que lo precisen. Destacamos la gran labor que ha sido encomendada a nuestros animales y en definitiva es, cuanto menos, curioso que sea un perro el encargado de humanizar todo este proceso.
¿Qué tipo de entrenamiento tienen los perros?
El adiestramiento de los perros de apoyo a menores en juzgados es complejo y requiere de un profesional formado a tal efecto. Por eso los pasos fundamentales que se siguen son:
- Correcta selección del individuo: no se buscan razas, sino un sujeto específico. Esta selección podrá hacerse de cachorro o con perros adultos.
- Correcta socialización (en el caso de los cachorros): a ruidos, olores, suelos, tipos de personas, etc.
- Adiestramiento en obediencia básica: llamada, sentado, tumbado, quieto, etc.
- Adiestramiento en habilidades: cosas sorprendentes como andar para atrás, traer objetos o hacer la croqueta. Todo el proceso de adiestramiento se hace con una metodología respetuosa y en positivo,
respetando la etología del animal de apoyo judicial. Se buscan perros que disfruten de la compañía humana en todos sus aspectos por lo que cualquier tipo de relación entre perro y humano debe ser retroalimentada desde el vínculo y la confianza mutua.
¿Cómo se solicita este servicio y qué costo tiene?
El servicio es solicitado por los profesionales judiciales tanto de los equipos psico-sociales de los juzgados como desde la Oficina de Atención a la Victima.
Los perros de apoyo a menores en juzgados forman parte de un proceso
de humanización de la justicia desde la perspectiva de poner a la víctima en el centro y favoreciendo una Justicia Restaurativa o Terapéutica.
Este servicio esta implementado en algunos Juzgados de la Comunidad de Madrid y no tiene coste para las familias, siendo financiado por la administración.
Imagen | pvproductions
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