Se ha comprobado que ante circunstancias excepcionales o desgracias se altera el comportamiento reproductivo de la sociedad. En Nueva York, por ejemplo, se engendraron más hijos en las semanas posteriores al 11-S, mientras que en Cancún se dispararon los nacimientos nueves meses después del paso del huracán Wilma.
Si bien hoy en día los hijos son planeados (en su mayoría) y la decisión de tenerlos no pasa únicamente por tener tiempo sin tele para engendrarlos, el apagón de Barcelona de hace nueve meses trajo sus consecuencias, o mejor dicho, sus retoños.
Evidentemente, la culpa de la baja natalidad no es culpa de la electricidad, pero en este caso la falta de luz parece haber ayudado.
En el Vall de Hebrón, el hospital de referencia de la zona afectada, los nacimientos se han incrementado un 7% en las últimas dos semanas, a 40 semanas del gran apagón que sufrió la ciudad de Barcelona en el que un tercio de la población se quedó sin luz.
Los demógrafos aseguran que este baby boom de la generación del gran apagón o “generación off", como la han llamdo, tenga alguna incidencia significativa en los índices de natalidad. Si fuese así, muchos gobiernos recurrirían al apagón de las ciudades en busca de una solución efectiva para los escasos nacimientos.
Vía | 20minutos