Hace un par de días tuve tiempo suficiente para ver un par de películas con tranquilidad. Una de ellas fue la primera entrega de X-Men, una de las películas que catapultó a Hugh Jackman como uno de los actores de acción más solicitados de Hollywood. Mi sorpresa fue encontrarme con un personaje absolutamente distinto al que tenía grabado en mi memoría, fruto del cartel de "Logan", una de las últimas versiones en las que aparece Wolverine.
La impresionante transformación de Hugh Jackman en los últimos 24 años
Desde su primera película, "Paperback Hero" del año 1999 hasta las últimas "El Hijo" en 2022 y ahora que se prepara para la "Deadpool 3" (que se estrenará este año), hemos visto un cambio impresionante en el aspecto físico de Hugh Jackman.
Está claro que un trabajo como actor de películas de acción exige mantenerte en forma. "Es mi trabajo", afirma Jackman una y otra vez en sus entrevistas, pero los fans han expresado su sorpresa por ver que el actor se somete a una rutina extrema de ejercicios y dieta en lugar de optar por imágenes generadas por ordenador para transformarse en Wolverine a los 55 años.
"Estoy volviendo a ver X-Men Origines: Wolverine y recuerdo con nostalgia cuando los superhéroes masculinos todavía parecían... humanos y tenían un cuerpo sexy. De verdad, ¿qué le hizo Hollywood a Hugh Jackman? ¿Cómo es que eso no genera trastorno dismórfico en los hombres?"
"Realmente no sé por qué hicimos ese tipo de cosas poco realistas y cuándo empezó... no fue de la noche a la mañana, estoy seguro. Me molesta muchísimo porque para lograrlo hay que hacer cosas ridículamente insanas."
"SÍ, gracias por decir esto. Me ha preocupado desde que X-Men inició la tendencia de que los superhéroes tuvieran músculos de cómic (¡ver también Thor!). La igualdad no debería significar darles a los hombres tantas imágenes corporales poco realistas como las que las mujeres tienen que enfrentar".
El régimen de deshidratación, un procedimiento común en Hollywood
Este cambio tan impresionante no solo ha sido fruto de una dieta altísima en calorías (muchos medios afirman que llega a las 8.000 diarias y sus fotos podrían ser una prueba de ello), además de largas jornadas en el gimnasio. El mismo Hugh Jackman contó en una entrevista que tuvo que someterse a un régimen de deshidratación durante el rodaje de su última aparición en la saga X-Men, Logan.
Si no estáis familiarizados con ese procedimiento, el régimen de deshidratación exige beber una gran cantidad de agua y llegados a un punto, dejar de tomarla durante 36 horas antes de aparecer ante la cámara. Esto ayuda a perder peso y lograr una apariencia marcada, en el caso de Jackman, un resultado más que evidente en su papel de Wolverine.
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Obviamente esta solo es una parte de todo el proceso, ya que los entrenamientos en el gimnasio son impresionantes, más aún teniendo en cuenta que las sigue haciendo de cara a la preparación de su próxima película, Deadpool 3. El propio actor australiano comparte con sus seguidores las duras sesiones a las que se somete con el hashtag "Convirtiéndome en Lobezno otra vez".
No es el único caso y seguramente, no dejará de suceder
Paul Rudd ha sido otro de los actores que ha comentado sobre lo "horrible" que es la preparación para este tipo de papeles. Según comentó en el podcast Off Menu, “Cuando tenía que entrenar para la película Ant-Man y tenía una dieta muy restrictiva, mi recompensa era agua con gas. Así de horrible era esa dieta. Pensaba 'Está bien, ahora voy a tomar un poco de agua con gas, me lo he ganado'”.
Si la recompensa a la dieta que sigues es poco de agua con gas, sin duda algo no va bien. ¿De verdad es necesario llegar a este punto para lograr una imagen específica en una película?
Solo hace falta ver algunas películas contemporáneas o anteriores a la primera X-Men para comprobar que hubo un cierto momento en el que los superhéroes de las películas pasaron de ser hombres con un gran físico a "casi máquinas" que generan una imagen irreal a hombres y mujeres. Viene a mi mente una de mis favoritas: Indiana Jones, una película en la que Harrison Ford lució todo su esplendor sin necesidad de unos músculos impresionantes y que aún así fue uno de los sex symbols más famosos a nivel mundial.
Como vemos, dejar de comer o de beber para realizar un cierto tipo de trabajo no se trata de una exigencia hecha únicamente a actrices o modelos femeninas. Lo más angustiante de todo es que se trata de prácticas que van en contra de la salud para crear un imaginario irreal del físico perfecto, aquel que muchos sueñan con tener y que en la vida real lo único que generan son transtornos de la conducta alimentaria.