Pone los pelos de punta conocer noticias como la que hemos conocido hoy. Jamel Myles, un niño de nueve años de Denver, Colorado (Estados Unidos) se ha quitado la vida cuatro días después de anunciar en el colegio que era gay.
A cuatro días de empezar el curso
Al regreso de las vacaciones de verano, el niño decidió contárselo a sus compañeros de clase. Ya lo había hecho con su madre este verano, diciéndole que esa era su elección y que se sentía orgulloso de ser homosexual. Le comentó incluso que lo haría público en el colegio el primer día de clases pues no tenía nada que ocultar.
El niño empezó cuarto grado el lunes 20 de agosto, se lo contó al resto de la clase y el jueves 23 se suicidó ante el rechazo que sufrió por parte de sus compañeros.
"Mi hijo le dijo a mi hija mayor que los niños de la escuela le dijeron que se matara. Estoy triste de que no haya venido a mí", expresó la madre a un medio local y lamenta que su hijo pensara que quitarse la vida era su única opción.
Además, Jamel le había dicho a su madre que quería "empezar a vestirse como niña" y cree que esto habría sido el principal motivo de burlas por parte de los demás niños.
¿A los nueve años?
Una de las primeras cosas que llama la atención sobre la noticia es cómo un niño de nueve años puede tener claro que es homosexual. Cuando hablamos de transexualidad infantil comentamos que pueden aparecer conductas y manifestaciones a los cinco años de edad o incluso antes. Algunos expertos indican que ya a los dos o tres años pueden aparecer señales, ya que es la edad en la que comienzan a desarrollar su identidad sexual. *
Según Félix López, psicólogo e investigador, a pesar de que la conciencia de identidad sexual aparece a esta edad, no es hasta (alrededor) de los 6 o 7 años cuando ésta se hace estable, es decir, el niño entiende que va a perdurar en el tiempo.
Movimiento #MeQueer
A raíz de la trágica noticia, las redes sociales se han llenado de muestras de apoyo a la familia y experiencias de discriminación de personas homosexuales que han pasado por lo mismo cuando estaban en el colegio.
La campaña #MeQueer, un movimiento surgido hace pocos días para denunciar casos de acoso o discriminación por la orientación sexual, se ha convertido en el marco perfecto para hacerlo visible:
Aún queda mucho por hacer
Es terrible lo que le ha sucedido a Jamel. Un niño no debería pensar nunca en quitarse la vida por el rechazo de otros, pero es igual de terrible que niños de apenas nueve años sean capaces de hacer tanto daño a un compañero con sus rechazo.
Tal vez ellos no sean conscientes del daño que pueden causar en otra persona con sus comentarios y actitudes, pero los padres de esos niños sí lo saben y son en cierta manera responsables indirectos de la tragedia. Al igual que el colegio, que no supo conducir la situación.
En cuanto a la responsabilidad sobre la muerte de su hijo, la madre del niño comentó:
"Tienen que rendir cuentas por el bullying, creo que los niños deberían hacerlo porque ellos saben que está mal. Obviamente los padres les están enseñando a ser así, o los están tratando así".
Como padres somos responsables de educar en valores a nuestros hijos para que sean tolerantes, enseñarles a tener empatía hacia los demás, a ponerse en lugar del otro y a respetar las elecciones de los demás.
El acoso escolar no es cosa de niños. Es un asunto muy serio que se debe afrontar desde el ámbito familiar y escolar con la contundencia que se merece. Porque lamentablemente sigue teniendo consecuencias muy serias como el suicidio.
Vía | BBC
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