La "vuelta al cole" se ha completado en todas las comunidades autónomas, y los niños de todas las edades ya han regresado a las aulas. En el caso de los bebés y niños más pequeños el comienzo suele ser gradual, y es frecuente que las escuelas infantiles y colegios en el segundo ciclo de Educación infantil realicen un periodo de adaptación de varios días de duración.
Con ello se pretende que los peques se adapten a la escuela más fácilmente y de forma paulatina, incrementando cada día el tiempo que pasan en el aula hasta completar su jornada.
Los padres solemos vivir el periodo de adaptación de nuestros hijos con un nudo en la garganta, no solo por lo mucho que nos cuesta separarnos de ellos y confiar su cuidado a otras personas, sino sobre todo por no saber qué ocurre dentro del aula cuando la puerta se cierra.
Aún así, afortunadamente en la mayoría de los casos el periodo de adaptación termina de forma satisfactoria para todos, y tanto los peques como los padres acabamos adaptándonos a una situación que pronto se vuelve familiar.
Hemos hablado con cinco madres sobre cómo han vivido o están viviendo el periodo de adaptación de sus hijos. Cada una de ellas tiene unas circunstancias concretas, pero todas coinciden en alabar la profesionalidad y empatía de quienes trabajan con sus hijos.
Maripaz, madre de Daniel (12 meses): "Lo que más me angustia es que dejen a los niños llorar"
Maripaz tiene dos niños: Sergio, de cinco años y Daniel de 12 meses. El pequeño ha comenzado este año la escuela infantil, y a pesar de las dudas y recelos lógicos del primer día, esta madre afirma que "la experiencia es un grado, y no tiene nada que ver cómo lo vives con el primero a cómo lo vives con el segundo. No es que no te preocupe, pero se vive de otro modo; es más sencillo.".
Daniel comenzó el miércoles de la semana pasada con el periodo de adaptación. En total, la escuela infantil a la que asiste cuenta con cinco días para que los niños vayan poco a poco aclimatándose, incrementando a diario el número de horas que pasan allí los peques hasta incorporarse esta semana a su jornada completa.
"Cuando fui el segundo día a recogerle me encontré a todos los niños llorando"
El primer día del periodo de adaptación, Maripaz recogió a Daniel muy contento. La maestra le dijo que había pasado un rato muy bueno jugando con los compañeros, pero el segundo día fue diferente.
"Cuando fui a recoger a Daniel vi a todos los niños llorando a la vez. La profesora estaba con un niño en brazos que lloraba desconsoladamente y pensé en la angustia que sentiría la madre de ese bebé si le viera en ese momento"
"Creo que los niños se fueron contagiando poco a poco al ver llorar a otros. Reconozco que esa escena me agobió. Me preocupa que los niños lloren y no puedan atenderlos a todos a la vez o calmarlos en brazos. Se que es difícil, porque son muchos niños para una única profesora, pero me angustia pensar que en un momento dado mi hijo llore y no puedan atenderle"
"Se ha adaptado muy bien y en la escuela está todo perfectamente organizado"
En cualquier caso, la adaptación de Daniel ha ido sobre ruedas; tanto, que al tercer día la maestra le dijo a Maripaz que si lo deseaba ya podía dejar a su bebé durante toda la jornada, porque estaba preparado para ello.
"Una de las cosas que más me ha sorprendido es que me digan que mi bebé se duerme la siesta plácidamente después de comer, ¡porque en casa me cuesta mucho que duerma! También hemos observado que empieza a ponerse de pie, imitando a otros niños que van con él a clase y ya caminan"
Maripaz está satisfecha con el periodo de adaptación porque afirma que en su escuela "está todo muy bien organizado" y los niños se quedan contentos.
Soraya, madre de Nico (11 meses): "Estoy muy contenta de ver a mi hijo tan feliz"
Nico es un bebé con necesidades especiales y problemas de movilidad, así que la idea de asistir a la escuela infantil fue muy estudiada por sus padres.
"Debido a las circunstancias de Nico, desde que nació hemos estado siempre con él y jamás nos hemos separado. A su padre y a mi nos daba mucho miedo y angustia llevarlo a la guardería y separarnos de él, pero en el fondo sabíamos que podía hacerle mucho bien asistir", confiesa su madre, Soraya.
Primero un "periodo de acogida", y después el periodo de adaptación
El martes de la semana pasada, Nico empezó la escuela. El primer día fue el "periodo de acogida", que consiste en que los niños pasen un ratito jugando en el aula con el resto de compañeros, pero también acompañados por sus padres.
"Me gustó mucho la idea de hacer un periodo de acogida porque así los padres nos pusimos cara, presentamos a nuestros hijos, conocimos al resto de niños y compartimos un buen rato juntos"
Al día siguiente comenzó el periodo de adaptación propiamente dicho, que en este caso duraba cuatro días, incrementándose poco a poco el número de horas. Soraya nos cuenta que está muy contenta de ver a su hijo tan feliz y tan bien adaptado:
"La profesora me dice que Nico es un niño muy tranquilo y sociable. Por sus problemas de movilidad no puede seguir el ritmo de otros niños, así que los observa sentado en su hamaquita, los sonríe y está siempre muy pendiente de ellos"
"Es un niño muy observador y risueño, y aunque solo lleva unos días de guardería ya estamos notando importantes cambios en él. Siempre creímos que a Nico le iba a venir genial la guardería, y no nos hemos equivocado. Estoy muy feliz de verle tan feliz"
"La escuela nos ha dado todo tipo de facilidades"
Debido a la condición de Nico, Soraya nos explica que la escuela infantil les ha dado todo tipo de facilidades; desde un periodo de adaptación totalmente adaptado a él, hasta un horario flexible durante todo el curso y atención profesional.
Así, el pequeño cuenta con un equipo formado por una psicóloga, una educadora en atención temprana y personal de apoyo que trabajan con él a diario dentro del aula.
"Me gusta que trabajen con mi hijo sin sacarle del aula y en presencia de sus compañeros. Primero, porque no quiero que Nico se sienta diferente y creo que es necesario normalizar cualquier condición, y segundo porque así mi niño está siempre en su aula, que es el entorno que conoce y le da seguridad"
Con respecto a la organización y tiempo que dura el periodo de adaptación, Soraya está contenta:
"Si los padres pueden permitírselo por trabajo, me parece que el periodo de adaptación, y en el caso de nuestra escuela también el "periodo de acogida", es un acierto para todos. Los niños se adaptan mejor y para los padres también es más sencillo y tranquilizador"
Montse, madre de Sara (21 meses): "Estaba convencida de que la adaptación no le iba a costar en absoluto"
Sara tiene 21 meses y comenzó la escuela infantil la semana pasada por primera vez. Montse, su madre, ha decidido llevarla al colegio donde estudia su hija mayor, aunque la experiencia de ambas hermanas ha sido completamente diferente:
"La mayor comenzó la escuela infantil con ocho meses y la experiencia fue desastrosa. El primer año de guardería nos pasamos más tiempo en la consulta del pediatra y en la sala de urgencias, que en el propio colegio".
"Así que decidimos que Sara empezara más tarde la escuela infantil, por lo que durante este tiempo ha estado cuidándola mi madre cuando me iba a trabajar".
"La adaptación de mi hija ha sido perfecta"
El periodo de adaptación en el colegio de Sara dura cuatro días, y ayer la peque ya comenzó con su jornada íntegra. Montse nos explica que todo ha ido muy bien, que su hija no llora y que incluso quiere quedarse más tiempo jugando cuando va a recogerla.
"Sara es muy sociable y está muy acostumbrada a estar con niños. Su hermana tiene cinco años y son grandes compañeras de juego, pero además, Sara tiene dos primos que son de su misma edad y a los que ve casi a diario".
"Por otro lado, se da la circunstancia de que su maestra es vecina nuestra y Sara la conoce. Por todo ello estaba convencida de que la adaptación no le costaría en absoluto"
"El periodo de adaptación supone un problema de conciliación para muchos padres"
En cambio, para Montse la adaptación ha sido muy difícil de compaginar con su horario laboral:
"Entiendo que a los niños les viene muy bien tener un periodo de adaptación gradual, e incluso a los propios padres también nos tranquiliza. Pero en mi caso ha sido un quebradero de cabeza porque trabajo en una empresa por turnos, y el horario de la adaptación era incompatible con mi horario laboral. Mi pareja trabaja fuera de la comunidad de lunes a viernes, así que tampoco podía acompañar a Sara".
"Finalmente pude apañármelas para amoldarme al horario de mi hija, pero no todo el mundo encuentra esa facilidad y realmente supone mucho estrés para algunos padres"
Ruth, madre de Manuel (20 meses): "Juego con la ventaja de saber que dentro de unos días todo estará bien"
Ruth es madre de cuatro hijo y actualmente está embarazada de gemelas. Su hijo pequeño, Manuel, ha comenzado la escuela infantil este año y su madre describe el momento como "una experiencia agridulce".
"Como madre de cuatro hijos tengo experiencia en esto de dejar a tu bebé en la escuela infantil, y aunque se que las profesoras hacen todo lo que está en sus manos para que el momento sea lo más sencillo posible para padres y niños, da pena ver a los niños llorar".
"Porque la realidad es que a partir de cierta edad, prácticamente todos los niños lloran en el momento de separarse de sus padres, o si no lo hacen en ese momento, lo hacen después cuando ven a otros niños llorar."
"Soy de las que llora cuando deja a su hijo en la escuela, aunque por experiencia se que todo irá bien"
¡Pero no solo lloran los niños! "Yo soy de las que aguanta el tipo hasta el final, pero una vez que me he despedido de mi hijo, no puedo evitar que se me escape la lagrimita", confiesa esta madre.
Pero como madre experimentada, Ruth tiene claro que estos primeros días de lágrimas pronto pasarán, y que en cuestión de semanas todos los peques estarán felices y bien adaptados.
"Lo positivo de tener cuatro hijos es que ya sabes cómo funciona esto, y que aunque ahora lo estemos pasando mal, dentro de unos días los niños estarán adaptados y contentos al ver cada día a sus profesores y compañeros"
"Agradezco que los profesores traten a todos los niños casi como si fueran sus hijos"
No obstante, Ruth agradece enormemente la labor, empatía y profesionalidad de las educadoras, así como el cariño con el que tratan a todos los niños.
"Hoy mismo, la profesora me ha dicho que en la hora de su desayuno ha decidido llevarse a mi hijo en brazos con ella, porque se ha puesto a llorar al verla marchar. Se agradece que sin conocernos de nada, haya tratado a mi hijo con tanto cariño, llevándoselo con ella en su rato libre a tomar un café para no dejarlo llorando"
Por todo ello, Ruth está más que satisfecha con el periodo de adaptación de su escuela infantil, y asegura tener la sensación de que la mayoría de profesores antepone las necesidades específicas de cada niño y padre/madre, por encima de lo que dicten los protocolos o normas.
Marta, madre de África (ocho meses): "Agradezco que el colegio se haya adaptado a las necesidades de mi hija"
El caso de África es algo diferente, pues la pequeña debería haber empezado la escuela infantil la semana pasada, pero por una serie de circunstancias sus padres han decidido retrasar su inicio.
"Tras meses de incertidumbre acaban de diagnosticar a mi hija alergia a las proteínas de la leche de vaca y alergia al huevo, aunque aún seguimos con pruebas médicas porque África no come apenas, tiene anemia y está muy por debajo del peso normal que debería tener para su edad"
"La escuela infantil a la que asistirá dio comienzo la semana pasada, pero no sabemos cuándo llevaremos a la niña, pues dependerá de lo que nos vayan indicando los médicos y de la evolución que vaya teniendo"
"La escuela se adaptará por completo a las necesidades de mi bebé"
Aunque la pequeña se incorpore con el curso ya empezado, desde el centro le han dado facilidades para asistir solo unas horas al principio, así como para que su madre la recoja antes de comer si así lo desea.
"Como madre primeriza que va a dejar a su hija por primera vez en la escuela infantil, me preocupan muchas cosas. Por ejemplo, me preocupa saber cómo conseguirán que mi bebé duerma la siesta sola, pues en casa solo se queda dormida al pecho. También me preocupa mucho su alimentación, si tendrán paciencia y tiempo suficiente para conseguir que coma, si aceptará bien los alimentos, si el tema de sus alergias estará controlado...
"Por el momento me están demostrando una gran empatía, y agradezco que se adapten a las necesidades específicas que tiene mi hija en estos momentos"