La amistad de la madre con otras madres: cómo tener amigas con hijos nos ayuda a vivir una mejor maternidad

Tener amistades es una parte esencial de la vida de todo ser humano. Al ser sociables por naturaleza, buscamos otras personas con las cuales podamos compartir diversos aspectos de nuestras vidas, desde gustos y creencias, hasta aquellas cosas buenas y no tan buenas que nos suceden.

Así que aprovechando que hoy se celebra el Día Internacional de la Amistad, quiero compartir una reflexión acerca de la amistad con otras madres y cómo nuestras amigas nos ayudan a vivir una mejor maternidad.

La amistad cuando te conviertes en madre

En los seis años que tengo como madre, que quizás no son muchos pero me han enseñado suficiente, he aprendido mucho acerca de cómo vamos cambiando de acuerdo a nuestras experiencias de vida. Y no me refiero solamente a nosotros, sino también, a nuestra relación con otras personas.

A lo largo de nuestra vida vamos formando vínculos y relaciones con aquellas personas que encontramos y sentimos afines a nosotros, creando lazos fuertes de amigos con los que sabemos que podemos contar. Pero como en cualquier experiencia de vida, esas relaciones van evolucionando.

He encontrado que cuando nos convertimos en madres, esas amistades también se ven afectadas, pues se trata de un cambio trascendental en nuestras vidas. Y en la mayoría de los casos, pueden suceder una de estas dos cosas: o la amistad se fortalece o va disminuyendo hasta terminar por desaparecer.

Ya he hablado en alguna ocasión de ese triste momento en el que perdemos algunas amigas cuando nos convertimos en madres, así que por hoy me enfocaré en las amistades que nos hacen sentir acompañadas en la maternidad.

Los beneficios de tener amigas con hijos cuando eres madre

Aunque tener amigos sin hijos tiene muchas ventajas y beneficios de los que ya hemos hablado anteriormente, contar con otras amigas que también sean madres sin duda deja una huella e influencia importantes en nuestra experiencia de vida como mamás.

Y es que no hay nadie que pueda entender mejor a una madre que otra madre. Aunque seamos diferentes en muchos aspectos como nuestra edad, el número de hijos o incluso nuestra forma de criar, hay algo que nos une a todas: el amor hacia nuestros hijos.

Ser madre no es una experiencia fácil. Al iniciar nuestra nueva vida con hijos nos enfrentamos a muchos retos, miedos y preocupaciones que nunca antes habíamos tenido, y saber que no estamos solas, nos ayuda a navegar con más calma y confianza estas nuevas aguas en las que nos hemos sumergido.

Compartir la maternidad con otras madres indudablemente crea lazos muy fuertes con ellas, pues se trata nada más y nada menos que de esa tribu que tanto bien nos hace cuando tenemos hijos. Tener amigas madres cuando tu también lo eres, puede incluso ser un salvavidas.

Saber que a un mensaje o llamada de distancia está una amiga mamá que puede escucharte y apoyarte emocionalmente, ayuda a que este precioso pero caótico trabajo sea menos pesado. Tener alguien a quién pedirle consejos, que te ayude a resolver dudas, o simplemente que te permita deshogarte sin juzgarte, hace que la amistad entre mamás sea un tesoro.

Así que hoy y siempre, gracias a esas madres que son nuestras amigas y que con su compañía, cariño y consejos, nos ayudan a vivir una mejor y más bonita maternidad.

Fotos | iStock
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