En mi primer fin de año como editora en Bebés y más, compartí una lista de siete propósitos como madre para 2017. En el siguiente, realicé un recuento de fin de año, en el que analizaba qué tal me había ido con ellos, para saber cuántos había cumplido y en cuáles me faltaba continuar trabajando.
Ahora, en vísperas del inicio de mi tercer año, me gustaría volver a tomar el tema de los propósitos de Año Nuevo desde mi papel como madre, pero he decidido darle la vuelta y tras reflexionar un poco, he llegado a la conclusión de que ya no serán varios, sino solamente uno. Te comparto mi único propósito como madre para el próximo año: ser feliz y disfrutar mi maternidad.
¿Por qué solamente un propósito?
Al igual que millones de personas alrededor del mundo, cada fin de año suelo echar un vistazo atrás y hacer un análisis reflexivo de todo lo que mi año trajo. Y también, al igual que todas esas personas, pienso en aquellas cosas que me gustaría cambiar y mejorar.
Así que con el pretexto de que un año se termina y otro inicia, tomamos esa fecha para marcar el comienzo de esas nuevas metas y propósitos, mismos que solemos enlistar con entusiasmo y esa convicción llena de motivación que nos trae la ilusión del año entrante.
Pero conforme pasa el tiempo, se nos van olvidando o vamos enfocándonos solamente en uno y dejando de lado los otros, o simple y llanamente, eran propósitos poco realistas desde un principio. Con esto no digo que dejemos de tener resoluciones de Año Nuevo, pero tal vez deberíamos darles otro enfoque.
En mi caso, como madre, sé que algunos de esos propósitos no eran sencillo de cumplir, y también, que intentar hacer que absolutamente todos funcionaran sería algo que, seamos honestos, no sucedería.
Así que para este próximo año (y probablemente también para los que siguen), decidí que únicamente tendría un propósito, pero debía ser uno en el que realmente pudiera trabajar y que estuviera dentro del límite de lo que mi vida, situación y capacidades pudiera cumplir.
Mi propósito de Año Nuevo como madre
Mi único y "pequeño" propósito como mamá para el próximo año, y en el que he comenzado a trabajar desde hace algunas semanas, es sencillamente: ser feliz y disfrutar mi maternidad. A simple vista podría parecer un poco generalista y nada retador, ¿cierto? Pero no lo veo así.
Verás, si hay algo que nos caracteriza a las madres en general, además del inmensurable amor que sentimos hacia nuestros hijos, es la famosa, pesada y en su mayoría odiosa, culpa. Es que parece nacer al mismo tiempo que nuestros hijos (o incluso desde antes) y que nos acompaña durante muchos años, si no toda la vida.
La culpa es esa carga que aparece cuando debes tomar alguna decisión que esté directa o indirectamente relacionada con tus hijos y tu papel de mamá. La culpa está presente en nuestra maternidad de distintas maneras y en las diferentes etapas de nuestra vida como madres.
Y esa culpa, creo yo, se convierte en un obstáculo para poder ser realmente felices y disfrutar de todas las maravillas que nos regala la maternidad. Pero además de ser un obstáculo para la felicidad, esa culpa puede convertirse en algo más peligroso si la dejamos volar libremente, transformándose en amargura, apatía, ansiedad y hasta depresión.
Pero, ¿por qué sentimos culpa las madres? En ocasiones anteriores he hablado de esto, particularmente cuando te contaba acerca de no sentir culpa por desear tiempo a solas para nosotras, algo que es muy necesario e importante cuando somos mamás y que a veces dejamos de lado por atender otros asuntos.
Entonces, regresando a lo de mi propósito para este año: ser feliz y disfrutar mi maternidad, he decidido que a partir de haber decidido que esta sería mi meta para los próximos meses (y el resto de mi vida), y le daré a la culpa un beso en la mejilla y le diré adiós con una sonrisa.
Sé que no será fácil, pues la culpa es algo que a veces aunque no queramos sentir lo hacemos, pero creo que es posible y muy sano hacerlo. Quiero comenzar a ser feliz con quién soy, lo que hago y lo que tengo.
Quiero dejar de aspirar a ser perfecta o caer dentro de esa etiqueta de "buena madre" que la sociedad a veces nos impone como una forma de medir nuestro desempeño como mamás. Dejémoslo claro de una vez: no existen las madres perfectas, y eso de ser una buena madre de acuerdo a los estándares de alguien más es una tontería.
Voy a comenzar a disfrutar mi maternidad juzgándome menos, dejando de presionarme por cumplir tal o cual cosa, y enfocarme mejor en analizar cómo me siento con mi vida, con las cosas que hago y qué puedo cambiar para ser más feliz.
De ahora en adelante esa será para mí la línea a seguir: ¿me hace feliz? Genial. ¿No me siento contenta o es demasiada presión? Lo dejo o veo la forma de hacer que funcione para mí, sin caer en culpas, presiones y sentimientos de insuficiencia que me impidan disfrutar el momento presente.
Probablemente mi propósito como madre para el próximo año no funcione para todas, pero me encantaría que si así lo deseas, te dieras la oportunidad de intentarlo. Debemos ser felices, disfrutar nuestra maternidad y sentirnos satisfechas, pues estamos haciendo las cosas bien.
Fotos | Unsplash, Pexels
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