Hace unos años ya os contamos que según el Instituto Nacional de Estadística cada vez nacen más bebés de madres solteras en España, una realidad que viene a sumarse a los diferentes modelos de familia que existen en la sociedad.
Hoy hemos querido conocer más de cerca la vida de tres mujeres que por diferentes motivos son madres en solitario. Montse, Rosa y Elena nos han abierto las puertas de su corazón para contarnos por qué decidieron ser madres, cómo vivieron el embarazo en solitario, y cómo fueron los primeros instantes con sus bebés.
¡Quiero ser madre!
Rosa, Elena y Montse siempre quisieron ser madres, y cuando se visualizaban en un futuro lo hacían con niños alrededor.
Montse tenía pareja cuando decidió quedarse embarazada. Fue una decisión meditada y tomada entre los dos con mucha ilusión, pero por diversos motivos él no encajó bien la noticia y a medida que el embarazo avanzaba, se iba alejando cada vez más.
"Yo notaba que algo le pasaba, pero jamás llegué a imaginarme el desenlace. Me dejó a mitad del embarazo y en aquel momento creí morir, no por el hecho de verme abandonada, sino por sentir que estaba abandonando a su hijo" - se lamenta.
La situación de Rosa y Elena fue muy diferente, pues ambas tuvieron claro desde siempre que si llegado el momento no habían encontrado a la pareja adecuada, serían madres en solitario recurriendo a técnicas de fertilidad con semen de donante.
Tras varias parejas fallidas, Rosa comenzó a sopesar la idea de ser madre, pero admite que le llevó tiempo tomar la decisión porque barajó de forma muy concienzuda los pros y los contras.
Elena recuerda con humor cómo con 13 o 14 años ya se planteaba la maternidad en solitario en un futuro:
"Recuerdo que le decía a mi madre que si en algún momento no encontraba a la persona adecuada sería madre igualmente. Y ella me respondía: ¡Calla hija, no digas tonterías. Quedan muchos años para eso! Ahora creo que aquellas conversaciones eran algo premonitorio"
"En octubre de 2015, con 32 años, sentí que había llegado el momento de ser madre, y como en aquel momento no tenía pareja, decidí hacerlo en solitario. No me costó tomar la decisión porque ya la había tomado muchos años atrás"
El embarazo siendo madre soltera
El embarazo es una etapa mágica para las mujeres. Algunas lo llevan bien y lo disfrutan plenamente en ausencia de síntomas, y a otras se les hace más cuesta arriba, pero lo que es innegable es que es un momento de grandes emociones.
Para Montse, fue una de las etapas más duras de su vida. Los primeros meses transcurrieron con normalidad y mucha emoción por ver a su pequeño Lucas en las ecografías, pero cuando su pareja se desentendió, Montse sitió que el mundo se le venía encima.
"Necesité ayuda psicológica y el apoyo de mi familia y amigos para sobrellevar los últimos meses. Fue muy difícil saber que iba a estar sola llegado el momento".
El peor momento para Elena fue el primer dia que asistió a las clases de preparación al parto, cuando vio que todas sus compañeras estaban acompañadas de sus parejas y ella se encontraba sola. Así lo expresaba entonces en una fotografía en su cuenta de Instagram:
Rosa, en cambio, admite haberse sentido tan feliz durante el embarazo que jamás echó en falta una pareja:
"Tenía 38 años, y aunque la ginecóloga me había advertido de que quizá por mi edad podría tener alguna complicación, hubiese sido imposible que las cosas hubieran ido mejor. Cero naúseas, cero acidez, cero dolor de columna, cero estrias... Fue maravilloso tanto física como psicologicamente"
"Siempre he estado muy segura y orgullosa de mi decisión y de mi modelo de familia. Quería demostrar que la diversidad existe y que no todos tenemos que hacer lo mismo y pasar por los mismos momentos de vida. Por eso tengo claro que volvería a repetir la experiencia, ahora si cabe más convencida de que deseo y quiero ser madre sin pareja"
El momento del parto
Y tras nueve meses de espera llega el ansiado día en que tu bebé y tú os conocéis por primera vez. Y es en ese preciso momento, cuando miras a los ojos a tu recién nacido, cuando te enfrentas por primera vez a tu nueva realidad como mamá, y cuando te das cuenta de que ya nada volverá a ser como antes.
El parto de Montse se adelantó algunas semanas, y a pesar de que informó a su ex-pareja cuando comenzó con las primeras contracciones, ésta no se presentó al hospital y Montse dio a luz en compañía de su madre.
Recuerda emocionada esos primeros instantes junto a su pequeño Lucas, y la voz se le quiebra cuando me cuenta cómo fue el momento en que se dio cuenta realmente de que iba a criarle sola:
"En cuanto Lucas nació creí conveniente informar de ello a su padre, y lo hice a través de un mensaje pidiéndole, además, que me acompañara a inscribir a nuestro hijo en el Registro Civil. Ni siquiera me respondió al momento, lo hizo dos días después con tres palabras que me partieron el alma: "Renuncio al niño". Fue en ese preciso momento cuando me di cuenta de que estaría sola, física, emocional y económicamente hablando"
Para Elena el momento del parto fue muy duro porque tras varias horas con contracciones acabó en cesárea. A los dolores del post operatorio se sumaron problemas iniciales con la lactancia, y un cóctel hormonal que le hicieron flaquear en algún momento:
"El post operatorio de la cesárea fue un momento muy delicado y eché en falta una ayuda más personal, que no fuera la de mis amigas o la de mis padres" - recuerda.
Y tras un embarazo pletórico, Rosa afrontó el momento del parto con gran felicidad y enorme tranquilidad. Según me cuenta, en su idea de ser madre en solitario entraba también el hecho de vivir su parto en soledad. Y así fue como el 10 de agosto de hace 15 años, y tras 17 horas de parto, dio a luz a su pequeña Alba.
Los primeros meses de maternidad
Las primeras semanas con el bebé pueden resultar muy caóticas. Hay que adaptarse a una nueva situación, cambiar horarios y rutinas, y atender en exclusiva las demandas de tu recién nacido. La ayuda y el apoyo a la reciente mamá por parte del entorno son fundamentales.
"Aunque estuve arropada por mis amigas y mi familia, me sentí fuerte y capaz de criar yo sola a mi hijo. Y así quise demostrárselo a todo el mundo. Conseguí una lactancia larga, y siempre he sido yo la que ha cuidado de mi hijo en exclusiva. Tengo claro que la responsabilidad de su crianza y educación es exclusivamente mía"
A medida que Lucas crecía, también lo fue haciendo la felicidad de Montse, que me cuenta cómo a pesar de la dureza de criar en solitario a un bebé, ella siempre estaba feliz y aprovechaba al máximo el tiempo para disfrutar de su hijo.
Alejandro, el bebé de Elena, hoy tiene 10 meses y como ella misma afirma, desde que cumplió los seis aprendió a organizarse sola y a no precisar de tanta ayuda en su día a día. Pero reconoce que los primeros momentos fueron complicados.
"Durante los primeros meses conté con la ayuda diaria de mis padres, que venían a bañar a Alejandro y así yo aprovechaba el momento para ducharme, hacer las tareas del hogar o salir a comprar. Pero a partir de los seis meses he aprendido a organizarme mejor y no preciso de ayuda diaria salvo en momentos puntuales, y por motivos laborales"
"Sin embargo, y a pesar de que ser madre fue una decisión muy meditada y estoy siempre acompañada de mis familiares más cercanos, en muchos momentos me he sentido sola y he llorado sin saber por qué. Y es en esos momentos cuando he sentido la falta de una pareja que me apoyara desde un punto de vista emocional"
Rosa recuerda que los primeros meses junto a su hija Alba fueron extraordinarios. Tras el parto, se marchó con sus padres a Murcia y allí disfruó de un mes y medio de vacaciones en la playa junto a su familia y su bebé:
"Cuando regresé a mi casa, en octubre, comencé a vivir por primera vez sola con mi hija, y recuerdo que me sentía tremendamente feliz".
El día a día de estas tres mamás
La experiencia de Rosa fue tan positiva que enseguida quiso repetir, y volvió a someterse a un tratamiento de fertilidad con semen de donante para dar una hermano a su niña. Sin embargo, tras varios tratamientos infructuosos decidió iniciar un proceso de adopción. Y así fue como llegó su segunda hija, Luna.
"A mi hija Luna la adopté con dos años, aunque la conocí con ocho meses. Fue una experiencia nueva, diferente pero con algo en común con la anterior: la ilusión por volver a ser madre y el valor por intentar hacer realidad mis sueños. Y lo conseguí"
Rosa afirma que aunque pueden existir contras, el hecho de ser madre en solitario también tiene ventajas:
"A veces, las relaciones sentimentales producen desgaste emocional. Pero cuando te conviertes en madre en solitario, las decisiones sobre la crianza y educación de tus hijas, los hábitos y los límites recaen solo en tí. La educación recae en una sola forma de pensar y el ambiente familiar suele estar bastante sosegado"
El hijo de Montse, Lucas, hoy tiene casi cuatro años y aunque coincide con Rosa en definirle como "un niño feliz", me confiesa que la maternidad en solitario le está desgastando.
"El primer año de maternidad fue maravilloso y no echaba en falta nada. Pero a partir del segundo año comencé a sentir la necesidad de tener tiempo en exclusiva para mí. Contraté a una chica que venía un par de veces por semana a cuidar a Lucas para que yo pudiera ir al gimnasio"
"Pero era tal la necesidad que tenía de disponer de un rato a solas, que a veces ni siquiera lo aprovechaba para ir al gimnasio sino que simplemente me encerraba en el cuarto de baño y disfrutaba del momento de darme una ducha tranquila" - recuerda.
Esa necesidad de tiempo, y de apoyarse en otra persona cuando estás al límite de tus fuerzas es compartida también por Elena, que lo expresa con estas palabras:
"En algún momento echo en falta la ayuda de una pareja. Sobre todo cuando llegan las 22:00 de la noche, llevo levantada desde las 6:00 de la mañana, estoy agotada y Alejandro tiene energía para seguir jugando. Es entonces cuando me gustaría delegar y que fuera otra persona quien le diera de cenar y lo acostase"
Aún así, y a pesar de ciertos momentos de flaqueza, Montse quiere lanzar un mensaje claro y directo a todas aquellas mujeres que se hayan encontrado de pronto en su misma situación:
Un mensaje similar lanza Rosa a todas aquellas mujeres que sueñan con ser madres pero no han encontrado una pareja para hacerlo realidad:
"Desde que el mundo es mundo han existido las familias monoparentales, sobre todo cuando el hombre se marchaba a la guerra para poner a prueba su valor y lo que ponía a prueba era la paciencia y coraje de la mujer, que terminaba sacando adelante ella sola a toda una prole de hijos"
Me ha encantado charlar con estas mamás y conocer de cerca sus historias y reflexiones sobre la maternidad en solitario. Para mañana dejo una segunda parte especialmente emotiva, en donde nos explicarán qué supone para sus hijos crecer sin una figura paterna, y algunos problemas sociales a los que se han tenido que enfrentar.
También conoceremos de cerca la labor de Rosa y Elena para ayudar a todas aquellas mujeres que desean ser madres en solitario. ¡No os lo perdáis!
Agradecimientos | Montse, Elena, Rosa
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