Las Childguard son unas pulseras, de momento conocemos la que tiene la carita de un osito panda, que acompañan de otro dispositivo similar a un mando del coche o llavero, la pulsera se la pone el pequeño encantado de la vida pensando que es un nuevo juguete en muchos casos, y la otra pieza la debe llevar el progenitor.
En el momento en el que ambos aparatos se distancian más de dos metros, el dispositivo emite unos pitidos de alerta, así los padres que “han perdido" a su hijo se percatan del alejamiento. La Childguard se puede adquirir por 21 euros, un precio muy económico que puede evitar un gran disgusto, no dar tranquilidad a los padres para poder despistarse.
La tecnología nos facilita una herramienta para que tengamos a nuestros hijos pequeños más controlados cuando salimos de casa, pero no confiemos en ello simplemente, nuestra atención continua es lo que nos dará tranquilidad para pasear con nuestros hijos. Aunque ya vemos a todos los niños con sus respectivas pulseras… siempre es mejor prevenir.
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