Acabo de ver en la televisión una escena típica de lo que pasa habitualmente con los hijos en España. Una presentadora de televisión se acerca al padre y al hijo que acaban de cantar una canción en directo. Me parece que la canción la han hecho muy bien, porque aunque no te guste el estilo, me parece que el padre canta bien y las sensaciones que ha transmitido el hijo con él también han sido bastante positivas, y es que el chaval no se ha arrugado y ha demostrado que sabe lo que hace.
Cuando terminan la actuación, como decía, viene la presentadora, felicita al chaval, que le agradece la atención y entonces gira la vista al padre y le pregunta a éste por el hijo. Y el padre se viene arriba y empieza a ejercer de portavoz del chaval: que si esta música no le gusta, que si él hace otro tipo de canciones, que si tiene mucho talento, y bla bla bla. Y ves, en un plano general, como el chaval escucha atento, porque se le nota educado, a su padre mientras éste no le da pie ni le permite que se explique ni, que me parece peor, anima a la presentadora a hacerle la entrevista al joven.
Y es que esta escena es más común de lo que nos creemos. Es muy fácil que por la calle, cuando vamos con nuestros hijos, les pregunten a los niños y ¡contesten los padres! En mi caso lo tengo claro, salvo que la pregunta sea difícil, que conteste ella. Y mejor cuanto más pequeños empiecen a contestar. Así aprenden a entender lo que les preguntan, están atentos, tienen que pensar la respuesta, se atreven a contestarla y se dan cuenta de si lo que han dicho lo han entendido o no. Porque si contestamos los padres lo único que conseguimos es que, probablemente nos tiren de la mano porque se quieren ir, identifiquen a esa persona que pregunta como un poco entrometida y se pierden la participación en un proceso creativo que surge de forma espontánea y rápida.
Es lo que le digo a mi hija, cuando empiece a ser más mayor sus padres no irán con ella y cuanto antes aprenda a desenvolverse con naturalidad, con decisión y con ilusión mejor. Y en el colegio es una de las actitudes que los profesores trabajan con ellos, les animan a moverse por el colegio haciendo recados y conociendo a otros miembros de la comunidad escolar, profesores o resto de personal. Y de esa forma diagnostican y detectan limitaciones en los críos y aprenden a corregirlas entre todos.
Habrá que darle otra oportunidad al chaval que actuaba con su padre porque apuntaba talento y ambición. Y mientras tanto, ¿te parece que alguna vez ejerces como portavoz de tu hijo?
Imagen | MargaretNapier