A Georgia Hageman no le falta mucho para ver la carita de su bebé, ya que a finales de junio estaba de 35 semanas. El peque se llama Mason, y tenía un poco de prisa por nacer, a juzgar por las contracciones de parto que motivaron el ingreso de su mamá a las 30 semanas de embarazo.
Pero esta no es la única complicación que ha sufrido esta mamá, ya que antes del nacimiento de Mason, ha roto con su novio, y además se encuentra en una situación bastante vulnerable, y es que tiene sólo 15 años. Eso sí, se ve que es una mujer fuerte que además cuenta con el apoyo incondicional de sus padres (los abuelos del bebé), por lo que se siente afortunada, ya que otras chicas en su situación se encuentran bastante más solas.
Ahora también recibe ayuda de un servicio de apoyo especializado en Nueva Zelanda, que atiende a las jóvenes madres y le proporciona los recursos necesarios a fin de que sigan estudiando
Recientemente se ha conocido el contenido de una carta pública escrita por Georgia en la que demuestra un inmenso amor por la vida que lleva dentro, y denota una profunda transformación en los intereses que corresponderían a alguien tan joven.
El primer párrafo cuenta cómo a veces cuando se mira en el espejo querría ver el cuerpo de un adolescente normal, sin llevar ropa dos tallas más grandes, sin tener ojeras por falta de horas de sueño o la cara hinchada y sufriendo náuseas constantemente.
Sin embargo, cuando nuestra protagonista supera los prejuicios y la compasión de los demás, las expresiones de desaprobación y los comentarios a sus espaldas… Es cuando afirma que va a vivir por Mason, cuando necesite que lo cambien, que lo abracen o comer, que estará en su primer partido de fútbol, y cuando consiga un certificado por destacar en la vida. Porque ella es su madre y no importa la edad que tenga.
Me quedo con mensaje final: “la próxima vez que desees juzgar a alguien en una situación como la mía, piensa que la otra persona ya sabe que su vida no volverá a ser la misma", “pero lo que necesita es estímulo para confiar en su futuro".
Y es que no importa de que lugar del mundo occidental hablemos, en general no sólo la prevención de embarazos adolescentes es una tarea pendiente, sino que la sociedad aún no sabe cómo integrar a las adolescentes embarazadas.
Y en este sentido la carta de Georgia puede servir de estímulo para otras chicas que estén en una situación similar.
He leído a esta chica contar que para su familia, su embarazo ha sido como una enorme montaña rusa de emociones, y a punto de nacer el nuevo miembro se puede decir que han culminado la cumbre con éxito.
Imagen | TajaTaja Vía | Mamma Mia Más información | The New Zealand Herald En Peques y Más | Aumenta el número de niñas menores de 15 años que son madres en México