La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (SEICAP) aprovecha la llegada del verano para recomendarnos qué tienen que llevar en el botiquín los niños alérgicos. Y es que ante los cambios de ambiente y de personas con las que se relacionan los peques durante el verano, conviene extremar las precauciones ante el riesgo de padecer reacciones alérgicas graves. Por ejemplo, olvidar la medicación de rescate, exponerse a alimentos nuevos, viajar al extranjero, enfrentarse a ingredientes desconocidos o alojarse en ambientes con alérgenos requiere disponer de un completo botiquín para las vacaciones.
El botiquín de rescate de un niño alérgico debe incluir antihistamínico, un inhalador (típicamente el ventolín) y la adrenalina autoinyectada. Y es que ante las alergias alimentarias, las picaduras de insectos y los alérgenos que hay en el aire este kit puede salvar la vida de un peque hasta que los especialistas puedan hacerse cargo en el caso de que la crisis sea más importante. Recordad que los síntomas que pueden producirse tras entrar en contacto con el alérgeno son urticaria, angioedema, asma, rinitis, conjuntivitis, síntomas digestivos o reacciones de anafilaxia y no hay que dudar ante una reacción actuando con decisión y rapidez.
Desde la SEICAP recomiendan llevar siempre la receta del tratamiento en el caso de viajes en avión, al extranjero, a campamentos, a hoteles y restaurantes y una breve guía de instrucciones. Por ejemplo, para los monitores de los campamentos es una gran responsabilidad y además les exige disponer de formación en alergias infantiles y especialmente en protocolos de actuación a seguir en caso de emergencia. En el caso de las cocinas de bares, restaurantes y hoteles siempre hay que preguntar cómo se cocinan los alimentos, en qué tipo de plancha o fuego, preguntar siempre y ante la duda evitar el consumo. Y en el caso de los amiguitos de los peques explicarles que determinados alimentos no se pueden comer y que no se los pueden ni ofrecer a los niños alérgicos ni jugar con ellos para evitar accidentes.
Y el botiquín no basta con sacarlo de viaje, también hay que llevarlo encima de forma permanente o al menos tenerlo muy cerca en el caso de urgencia. Conviene también saber qué hospitales hay cerca y cuáles son los tiempos de traslado. No todos los centros de salud están preparados para responder ante un ataque anafiláctico.
Recordad que aunque un niño sea alérgico no tiene que vivir en un mundo propio aislado o vigilado. Sólo hay que seguir unas sencillas pautas que conforme el peque crece las incorpora de forma natural en su forma de vida.