Una mujer que decide utilizar la anestesia epidural para su parto sigue siendo la protagonista en este momento crucial y tiene mucho que hacer.
Sus acompañantes y el personal que la asiste, también. Veamos cómo ayudar a la mujer en el parto con epidural, de qué manera hacer que el momento del parto, que se puede alargar durante horas, sea más llevadero y agradable.
Apoyarla emocionalmente. Tanto si la mujer había previsto que le administraran epidural como si ha surgido durante el parto, necesita el apoyo de las personas que la rodean del mismo modo que lo necesitan las mujeres que paren sin anestesia. Se podría pensar que al no haber dolor (lo cual no siempre es cierto) la mujer está tranquila, pero nada más lejos de la realidad. Puede haber ansiedad, nervios, malestar físico... y necesita todo el apoyo posible.
Mantenerla en movimiento. Una mujer con anestesia epidural tiene diversos grados de movilidad, según la cantidad administrada. Si bien es habitual que no pueda caminar, sí se le puede ayudar a que esté lo más incorporada posible, que realice balanceos pélvicos, o que vaya cambiando de posición, con ayuda, para apoyarse sobre sus costados... Así se favorece la dilatación y el descenso pélvico, mucho más que si se está acostada por completo e inmóvil. Muchas veces tenemos la sensación de que somos capaces de movernos como si nada aun con la anestesia epidural, pero en cuanto lo intentamos nos damos cuenta de que no es posible. Evidentemente, en esta labor de acortamiento del parto las mujeres que pueden mantenerse de pie y caminar llevan mucha ventaja, también porque no suelen estar tan controladas con monitoreos o unidas a los goteros.
Controlar y compartir sus emociones. En ocasiones con una epidural es fácil olvidar que se está en trabajo de parto. He llegado a escuchar el caso de mujeres que se durmieron durante la dilatación. Aunque esto no tiene por qué ser negativo, conviene verificar de vez en cuando las contracciones, notarlas con la mano sobre el vientre, preguntarle a la mujer qué siente o cómo podemos serle útiles. En definitiva, recordar que el proceso de parto sigue su camino y pronto llegará su última fase y el nacimiento del bebé.
Mantenerla cómoda. La epidural no siempre tienen el 100% de cobertura, y hay muchos testimonios, poniendo el caso extremo, de epidurales que no hicieron efecto. Pero sin llegar a ello, generalmente la mujer con epidural sí siente dolor en mayor o menor grado. Por lo tanto hay que asegurarse de atender a sus necesidades físicas para mantenerla cómoda. Podemos animarla a hablar sobre las sensaciones que está experimentando y a que exprese lo que le gustaría tener o hacer para sentirse mejor. Poner en práctica alguna técnica de relajación puede ayudar.
Ayuda en los pujos. El la fase de expulsión evidentemente sigue siendo la mujer la protagonista del parto, pero una ayuda siempre viene bien. La madre puede seguir sintiendo las contracciones y el reflejo de pujo, pero si estas sensaciones están atenuadas, los monitores o una mano en el vientre pueden ayudar a dirigir los pujos. En este caso, la experta mano de los profesionales es de mucha ayuda.
En definitiva, los acompañantes y el personal médico pueden ayudar a la mujer en el parto con epidural de muchas maneras. Siempre es importante mantener el mayor grado de comodidad, confianza y bienestar posible en la mujer que va a dar a luz, creando un ambiente acogedor y un trato respetuoso.
Vía | Pregnancy En Bebés y más | ¿Qué efecto te causó la epidural?, Parto: anestesia epidural, Embarazadas que reclaman su derecho a la epidural, El dolor del parto tiene beneficios