Hablamos de parto instrumental cuando se recurre al uso de elementos externos para extraer al bebé a través del canal del parto en el momento del expulsivo. Los instrumentos más utilizados son los fórceps, la ventosa y las espátulas.
El uso de instrumental en el parto no debe realizarse de forma sistemática, sino únicamente cuando la situación lo requiera para evitar problemas en el bebé o/y en la madre.
Te explicamos qué función tiene cada uno de estos instrumentos, cuándo está indicado su uso y qué complicaciones se asocian con más frecuencia al parto instrumentado.
¿Cuándo se recurre al uso de instrumentos en el parto?
Según datos del Hospital Sant Joan de Deu (Barcelona), los partos vaginales instrumentados representan alrededor del 15-20 % del total de partos vaginales. Se trata de un procedimiento que, realizado correctamente y cuando la situación así lo indica, ayudaría a evitar complicaciones graves para el feto y la madre.
Fórceps, ventosa extractora o espátulas de Thierry deben utilizarse de forma individualizada, valorando en cada caso el riesgo-beneficio para la madre y el bebé, y previo consentimiento materno.
Estas son las causas que pueden requerir del uso de instrumentos en el parto:
- Causas maternas: cualquier situación que contraindique los pujos maternos o la presencia de ciertas patologías podrían requerir del uso de estos instrumentos. Tal es el caso de las cardiopatías, miopía magna, patología pulmonar o desprendimiento de retina, entre otras.
- Causas fetales: cuando existe riesgo de pérdida de bienestar fetal, ante expulsivos muy prolongados o casos en los que el bebé no desciende en la posición ideal.
- Estancamiento del expulsivo
Igualmente, han de darse una serie de requisitos antes de la instrumentación:
- El bebé tiene que estar colocado en cefálica y el médico debe tener conocimiento de las características exactas de su cabeza.
- La dilatación ha de ser completa.
- La bolsa amniótica debe estar rota.
- Valoración previa de que no existe desproporción pélvico-fetal.
- Vaciado vesical.
- Este tipo de parto debe ser realizado por un especialista, y contar con la presencia de un neonatólogo si hay sospecha de pérdida de bienestar fetal.
- Se aconseja realizar un parto instrumentado bajo anestesia epidural.
Ventosa
La ventosa es un instrumento de silicona con forma de campana que se coloca sobre la cabeza del bebé realizando una extracción de vacío con el fin de traccionar de ella y sacarla del canal del parto.
La ventosa está contraindicada en caso de gestantes de menos de 34 semanas, y se considera un uso seguro un máximo de hasta tres pérdidas de vacío.
De todos los instrumentos, la ventosa es el que menos desgarros vaginales ocasiona. Sin embargo, según leemos en este artículo de la Asociación Española de Pediatría, su uso se asocia a un mayor riesgo en el bebé de traumatismo de los tejidos blandos, cefalohematoma o lesión transitoria del plexo braquial. Igualmente, tras su uso es posible apreciar un abombamiento en la cabeza del bebé, que tiende a desaparecer en un plazo de 48 horas.
Espátulas
Las espátulas son un instrumento con forma de cucharas metálicas independientes que tienen como finalidad ampliar el canal del parto para ayudar a la cabeza del bebé a desplazarse a través de él. A diferencia de la ventosa, las espátulas no ejercen tracción sobre la cabeza del feto.
De acuerdo a este artículo del Hospital Virgen de las Nieves (Granada), las complicaciones más frecuente del uso de espátulas son el desgarro perineal materno, la parálisis del plexo braquial, mínimos hematomas, ictericia y erosiones epidérmicas.
Fórceps
El fórceps es un instrumento con forma de dos cucharas grandes o pinzas para ensalada articuladas entre sí, que se introduce a través de la vagina para agarrar la cabeza del bebé y traccionar de ella o rotarla, con el fin de ayudarle a salir a través del canal de parto.
Según el Hospital Sant Joan de Deu, su uso debe abandonarse si no existe un progreso en el descenso de la cabeza fetal después de tres intentos.
Las complicaciones maternas de los fórceps son los desgarros del periné y vaginales, y la disfunción urinaria o anal. Para el bebé, el uso de este instrumento se asocia a un mayor riesgo de parálisis del nervio facial, contusiones faciales y fracturas craneales.
Consecuencias del parto instrumentado
El parto instrumentado es necesario cuando existe peligro para el bebé y/o la madre, sin embargo, tal y como hemos ido leyendo en la descripción de cada instrumento obstétrico, su uso no está exento de riesgos.
Así pues, resumiendo todo lo descrito anteriormente y de acuerdo a los datos de la Asociación El Parto es Nuestro, las complicaciones más frecuentes del parto instrumentado son:
- En el caso de la madre: episiotomías, desgarros musculares y del esfínter anal, asociado a su vez a problemas de incontinencia, dolor crónicos perineales y relaciones sexuales dolorosas.
- En el caso del bebé: aumenta el riesgo de heridas, hematomas, hemorragias intracraneales, parálisis facial y marcas y laceraciones. Todo ello puede influir de forma negativa en la lactancia y aumentar el riesgo de ingreso hospitalario por hiperbilirrubinemia.
Fotos | iStock
Vía | Salud Mapfre, Hospital Sant Joan de Deu, El Parto es Nuestro
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