Durante mucho tiempo se han utilizado diferentes técnicas para evitar los desgarros perineales que se producen durante un parto. Una de estas estrategias, bastante agresiva, es la episiotomía, que durante mucho tiempo ha sido considerada como un mal menor, pues se argumentaba que con una "rajita" provocada se conseguía evitar un gran desgarro.
El problema de la episiotomía es que se llegó a practicar a prácticamente todas las mujeres que iban a parir, cuando el desgarro no afectaba a un porcentaje tan elevado y, lo que es peor, muchas veces la episiotomía era mayor que el posible desgarro y su cicatrización era también más complicada.
Ante esta evidencia se ha hecho necesario conocer qué otras técnicas pueden llevarse a cabo para tratar de evitar desgarros durante el parto. A continuación veremos qué pueden llegar a hacer los profesionales en el momento del expulsivo para evitar que haya traumas en el periné (o para minimizarlos) y explicaremos qué evidencia científica hay al respecto.
Masaje perineal
El masaje perineal es una técnica que se realiza durante el expulsivo, en el que se va tocando y masajeando el perineo con la intención de hacerlo más elástico y de calentar un poco la zona.
Los estudios que hay al respecto, comparando mujeres a las que se les hizo masaje perineal durante el parto con mujeres a las que no se les hizo, muestran que no hay diferencias significativas en las tasas de perineos intactos, en desgarros de diferentes grados ni episiotomías, ni hay diferencias en el dolor vaginal a los 3 días, 10 días y 3 meses.
No se recomienda hacer algo durante el parto que no parece tener ningún efecto, así que el masaje perineal no se recomienda. Si algunas madres se preguntan sobre el masaje perineal que está recomendado durante el embarazo, precisamente para ir preparando el perineo, decir que, ante la falta de evidencia, cada madre haga lo que considere mejor.
Yo personalmente lo veo positivo e incluso añadiría al masaje rosa de mosqueta, que probablemente ayude a que la piel tenga un grado mayor de elasticidad. Si no se opta por esta solución, hacer el amor suele ser un buen ejercicio perineal, según dicen (pero no tengo evidencia alguna de que ninguna de las dos cosas sirvan de algo).
Aplicar compresas calientes durante el parto para evitar desgarros
Dice la teoría que las cosas, cuando están un poco calientes, funcionan mejor (no todas, claro). Si pensamos en nuestro cuerpo, los músculos funcionan mejor cuando están un poco “calientes" y el sistema inmunológico, por ejemplo, también funciona mejor cuando está caliente (lo que llamamos comúnmente “fiebre"). Pues bien, se cree que aplicando compresas calientes en el perineo ayudaremos a prevenir los traumas y la realidad es que parece que algo sí ayudan.
Aunque hay estudios que no muestran diferencia alguna entre aplicar o no compresas calientes, los hay que demuestran que con su aplicación se reduce el riesgo de laceraciones de tercer y cuarto grado (las más severas), pero no las tasas de suturas perineales. Es decir, que al parecer las mujeres se desgarran igual, pero hay una tendencia a sufrir desgarros de menor tamaño si se aplican compresas calientes.
Además, se ha visto que con las compresas disminuye el dolor durante el parto y en los primeros 3 días tras dar a luz, pudiendo reducir también el riesgo de incontinencia urinaria en los primeros 3 meses posparto.
Protección activa del periné controlando la salida de la cabeza
Una de las técnicas más utilizadas y conocidas a la hora de dar a luz, por parte de los profesionales, es la de tratar de proteger el perineo, simplemente sosteniéndolo un poco cuando está saliendo la cabeza y controlando un poco ese momento para que el bebé no salga con demasiada fuerza y lesione el perineo.
Esta técnica ha tenido hasta la fecha muchos detractores que opinan que lo ideal es no tocar la zona ni la cabeza del bebé y simplemente tener las manos preparadas por si es necesario intervenir.
Comparando un grupo de mujeres a las que se les protege el periné y se controla la salida del bebé con otro al que no se le hace esto, se observa que las primeras tienen menor dolor a los diez días del parto y se les hacen más episiotomías. La tasa de trauma perineal global es similar en los dos grupos, por lo que se sobreentiende que en el segundo grupo se producen más desgarros.
Otro estudio muestra que proteger manualmente el perineo y controlar la salida de la cabeza del bebé disminuye el número de roturas del esfínter anal, por lo que la recomendación en este sentido es la de sí llevar a cabo esta maniobra, pidiéndole además a la mujer que no empuje.
Aplicación de anestésico local en la zona del perioneo
Otra de las posibles intervenciones que pueden llevar a cabo los profesionales para tratar de evitar dolor y traumas en la zona perineal es la de aplicar anestesia local en spray. Los estudios que existen al respecto dicen que la aplicación de lidocaína en spray no disminuye el dolor perineal, por lo que no se recomienda utilizarlo.
Concluyendo
En definitiva, de las cuatro maniobras más habituales que se realizan para tratar de evitar episiotomías o desgarros y para cuidar lo máximo posible el perineo de las mujeres, dos de ellas podrían ayudar a ello: el uso de compresas calientes durante la segunda etapa del parto y proteger la zona perineal de manera manual, controlando la salida de la cabeza del bebé.
Por contrapartida, el uso de sprays anestésicos y el masaje perineal en el momento de dar a luz no parecen hacer nada, por lo que ante esta evidencia, mejor no hacer estas técnicas.
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