Nueve verdades incómodas del postparto: entuertos, loquios, estreñimiento y otras molestias habituales

Tras el parto el cuerpo y la mente de la madre sufren muchos cambios y suelen ser normales, aunque eso no signifique que se aireen a los cuatro vientos o que sea por lo primero que te pregunten las visitas. Estas son nueve verdades incómodas del postparto que más nos vale conocer antes para "lidiar" con ellas del mejor modo posible.

Porque de los entuertos al sudor o el estreñimiento, existe todo un mundo más o menos "secreto", que no aparece en las películas cuando las felices mamás reposan en la cama junto a su bebé, pero perfectamente normal y por el que las madres recientes van a pasar.

Los entuertos en el postparto

Lo primero que nuestro cuerpo va a notar tras el nacimiento del bebé y la expulsión de la placenta son los entuertos o contracciones postparto. Durante el parto, quedan vasos sanguíneos abiertos en el útero, que empiezan a sellarse gracias a estas contracciones tras el parto. De este modo, se favorece que el útero vuelva a su tamaño habitual en el proceso de involución uterina tras el parto.

Para ayudar al correcto sellado de los vasos sanguíneos, es muy importante la estimulación mamaria, de modo que cada vez que el bebé toma pecho, al liberarse la hormona oxitocina, se producirán estas contracciones en el útero. Recuerda que si el dolor en estos momentos es intenso y persistente puede haber algún motivo más, como la retención de la placenta, un fenómeno poco frecuente pero peligroso en el postparto.

Los loquios

El sangrado que se produce en el parto no termina con este. Después tendremos un proceso fisiológico natural, los loquios, como consecuencia de los entuertos: estas contracciones producen la expulsión de residuos uterinos de sangre, moco cervical, restos placentarios...

Este es un sangrado normal que en los primeros tres días son más abundantes y rojos y están constituidos por sangre y vernix caseosa. Conforme transcurren los días los loquios son menos abundantes y se van aclarando, con mayor contenido de moco cervical, leucocitos...

Este sangrado con secreciones vaginales dura entre seis y ocho semanas tras haber dado a luz, durante el puerperio e irán disminuyendo paulatinamente. Utiliza compresas especiales postparto para paliar la incomodidad. Solo nos hemos de preocupar y acudir al médico si se produce un aumento repentino de los loquios o un mal olor de estos.

Barriga de embarazada

La barriga después del parto no es como antes de dar a luz. Las mamás recientes tienen barriga y lo que no es habitual son esas mujeres de revista que aparecen con su bebé en brazos y un vientre plano. Porque a pesar de la labor de los entuertos para reducir el útero a su tamaño anterior, aún pasarán unos meses para, con suerte, recuperar la anterior figura.

De hecho, tras el parto parece que seguimos teniendo un bebé dentro, puede que más pequeño, pero ahí parece mentira que no esté ya nuestro hijo. Eso sí, evita este comentario a las mamás recientes o tómatelo con humor si a alguien se ocurre hacértelo a ti... aunque sabemos que es complicado en un momento tan sensible.

Aparte del tamaño, la barriga queda muy flácida debido a que los músculos abdominales se han estirado considerablemente durante el embarazo. El cuerpo necesita meses, una alimentación sana y ejercicio para volver a estar como antes y eso no siempre se logra. Por ejemplo, el tema de las estrías es uno con los que difícilmente se lucha tras el parto.

Cambios en el pecho

Al segundo o tercer día se produce la "subida o "bajada" de leche, cuando aumenta la producción de leche, un proceso natural que se suele manifestar con determinados cambios al vascularizarse las mamas, sensaciones más o menos incómodas según las distintas madres: un hormigueo en el pecho, inflamación y puede que con pinchazos.

No suele ser un dolor muy intenso, aunque sí para algunas mujeres. Se recomienda entonces aplicar paños fríos entre las tomas (no en la areola) para aliviar la tensión de la ingurgitación mamaria.

La mejor manera de evitar este dolor y lograr que la subida de leche sea más paulatina y menos incómoda es poner al bebé en el pecho desde el nacimiento y con bastante frecuencia.

Si lo que se produce es un dolor intenso en los pechos, enrojecimiento y endurecimiento podemos estar ante un signo de mastitis o inflamación mamaria (junto a malestar general y fiebre). Recordemos que el primer indicio de que algo no va bien en los primeros días de lactancia es la ingurgitación mamaria, que puede derivar en mastitis si no se soluciona.

Sudoración en el postparto

La mayoría de mujeres los primeros días tras tener al bebé van a sufrir un exceso de sudoración . Este abundante sudor en el postparto no ha de preocuparnos al margen de la incomodidad que supone, que haya que cambiar las sábanas con frecuencia y que mojemos la cara de los que nos visitan al besarnos. Se trata de un proceso fisiológico normal, consecuencia del aumento de líquidos en el organismo durante el embarazo.

El incremento de agua en los tejidos se irá eliminando durante las primeras semanas de puerperio a través de la orina y el sudor. Hay que reponer líquidos adecuadamente para mantenerte hidratada.

Gases en el postparto

Como consecuencia de una ralentización del funcionamiento intestinal, junto a otros trastornos que veremos más adelante se pueden producir gases en el postparto. Esto sucede especialmente tras un parto por cesárea, debido a que la actividad del intestino se paraliza como consecuencia de la anestesia.

Conviene beber y comer en pocas cantidades y empezar a moverse en cuanto sea posible para restablecer un mejor tránsito intestinal. Por fortuna, se trata de una molestia pasajera que hemos de intentar eliminar de forma natural.

Pérdidas de orina

Durante el embarazo, el suelo pélvico ha soportado mucho peso y ese esfuerzo deja secuelas. Casi el 40% de las embarazadas padece incontinencia urinaria, un problema que puede continuar después del parto cuando, además, ha quedado un "hueco" en la cavidad abdominal y los órganos internos se van recolocando.

Esta zona requiere ejercicios específicos para recuperar su tono muscular y evitaremos que se salgan algunas gotas de orina al estornudar, toser, reír... o hacer cualquier esfuerzo.

Hay que fortalecer el suelo pélvico desde mucho antes de tener al bebé, para evitar las perdidas de orina durante el embarazo y en el postparto.

El modo de evitar la pérdidas de orina en el postparto es sencillo: los ejercicios de Kegel durante el embarazo y después del parto, también se usan los abdominales hipopresivos y además hay aparatologías, como las llamadas “bolas chinas” o esferas intravaginales, que sirven como herramienta terapéutica para recuperar el tono muscular de esta zona y que se utilizarían pasadas unas semanas del parto y si los ejercicios de Kegel ya han dado los primeros resultados.

Estreñimiento en el postparto

Volvemos al aparato digestivo porque a muchas mamás recientes les afecta el estreñimiento. Puede que tardemos varios días en ir al baño con normalidad, a la ralentización intestinal se suma la falta de fuerza en la zona abdominal tras el esfuerzo del parto y si a ello añadimos cierta inmovilidad (especialmente tras una cesárea), se dan muchas condiciones para que el cuerpo no pueda evacuar.

Esto, además, puede provocar las temidas hemorroides, otra verdad incómoda del postparto de la que os hablamos a continuación.

Hemorroides en el postparto

Puede que te hubieras librado de ellas en el embarazo (aunque son muy comunes), pero tras el esfuerzo del parto hagan su aparición. Tal vez ya las tenías y ahora han acentuado su tamaño y el dolor que te producen. Son las hemorroides en el postparto, una consecuencia del esfuerzo del parto, de la dilatación vascular y del estreñimiento y que hacen del momento del ir al baño de los más temidos los días siguientes al alumbramiento.

Para aliviar momentáneamente el dolor de las hemorroides, se recomiendan los baños de asiento con agua templada (si está muy fría o muy caliente se empeoran los síntomas). A algunas personas les calma más el frío y a otras el agua caliente. La limpieza de la zona es fundamental y se pueden usar toallitas húmedas, más suaves.

Para evitar las hemorroides y reducir el estreñimiento conviene tomar una dieta rica en fibra e iniciar el movimiento corporal cuanto antes después de haber dado a luz. De este modo, recuperaremos el tránsito intestinal. Si sigues sin poder ir al baño, pregunta a tu ginecólogo por la posibilidad de tomar algún laxante natural.

Como veis, estas son nueve verdades incómodas y menos conocidas del postparto, algunas son comunes a todas las mujeres y de otras puede que te libraras, aunque son perfectamente normales y hemos querido darles su momento de visibilidad para que no pensemos que nos ocurren solo a nosotras.

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