En la mayoría de los países de habla castellana, cada persona suele tener dos apellidos derivados de la familia de su padre y madre, en este orden (apellidos paternos y maternos, respectivamente). De modo que en la tradición hispánica nos llamamos con: nombre de pila (uno o varios), apellido paterno y apellido materno.
En nuestro entorno el primer apellido de una persona es el primer apellido de su padre, el segundo apellido es el primer apellido de su madre. Pero no todos saben que en España se ha acabado la prevalencia del apellido paterno sobre el materno en los recién nacidos: los padres pueden cambiar el orden de los apellidos de mutuo acuerdo y cada vez más niños llevan el apellido de su mamá en primer lugar.
Qué dice la Ley
Según el artículo 49 de la Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil,
En la inscripción de nacimiento constarán los datos de identidad del nacido consistentes en el nombre que se le impone y los apellidos que le correspondan según su filiación (...) La filiación determina los apellidos. Si la filiación está determinada por ambas líneas, los progenitores acordarán el orden de transmisión de su respectivo primer apellido, antes de la inscripción registral.
En caso de desacuerdo o cuando no se hayan hecho constar los apellidos en la solicitud de inscripción, el Encargado del Registro Civil requerirá a los progenitores, o a quienes ostenten la representación legal del menor, para que en el plazo máximo de tres días comuniquen el orden de apellidos. Transcurrido dicho plazo sin comunicación expresa, el Encargado acordará el orden de los apellidos atendiendo al interés superior del menor.
Cuando el padre y la madre, de común acuerdo, así lo deciden, pueden invertir el orden de los apellidos de su hijo antes de la inscripción del nacimiento de su hijo, de manera que se inscriba con el primero de la madre, como primero, y con el primero del padre, como segundo.
Eso sí, si lo decides, el orden acordado para el mayor regirá en las inscripciones de los siguientes hijos de los mismos padres. Por su parte, el hijo al alcanzar la mayoría de edad puede también solicitar que se altere el orden de sus apellidos.
Si uno de los dos padres no está de acuerdo, antes por ley debía figurar primero el del padre, pero desde 2011, si en 3 días no se ponen de acuerdo los padres, decide el funcionario del Registro Civil.
Una de las posibilidades que se baraja, si no hay acuerdo entre los padres, es la de imponer los apellidos por orden alfabético, pero según Patricia López Peláez, profesora titular de Derecho Civil de la Uned, "puede provocar que, en unos años, terminen prevaleciendo los apellidos de la primera parte del alfabeto. "Pero es cierto que se ha buscado un criterio objetivo para no discriminar ni favorecer a ninguno de los miembros de la pareja", explica.
Por qué las parejas eligen cambiar el orden de los apellidos de sus hijos
Es una decisión muy personal que debe ser consensuada dentro de la pareja, pero entre los motivos más habituales encontramos que las parejas lo hacen por:
La combinación de apellidos no suenan bien en el orden establecido, o al combinarlo con el nombre elegido para el bebé.
Porque la madre quiera que prevalezca en primer orden su apellido paterno. No hay que olvidar que hasta que se permitió la alteración de orden de los apellidos, tener un varón era la única manera de garantizar la continuidad y pervivencia del apellido.
Preferir un apellido más llamativo o menos utilizado a un apellido de uso común.
La pareja decide, por el motivo que sea, dar preferencia al apellido de la madre.
Casos en los que se ha cambiado el orden de los apellidos
Muchas parejas desconocen la posibilidad de invertir los apellidos de sus hijos, y muchas otras ni se lo plantean. Nosotros hemos hablado con cinco mujeres, cuatro madres y una que aún no lo es, que sí lo han tenido en mente.
Celia Almorox, periodista y madre de dos niños, de 11 y 9 años, decidió invertir el orden de los apellidos al nacer su primer hijo "para mantener el apellido familiar". En su caso, "por la familia de mi padre somos cinco nietos, pero yo fui la primera en quedarme embarazada, así que la única manera de perpetuar el apellido era que lo llevaran mis hijos. 11 años después de nacer mi primer hijo, todavía ninguno de los otros cuatro nietos han tenido familia, pero una nueva generación lo lleva".
Su marido lo aceptó muy bien. "Él era consciente de que mi familia es muy pequeña y que para nosotros, sobre todo para mi abuela paterna, era muy importante perpetuar el apellido. Él se apellida Cabrera y su padre tenía 10 hermanos, sabía que Cabrera no está en peligro de extinción, sobre todo en Canarias, de donde él procede", especifica Celia.
A la familia de ella le dieron una gran alegría. Sobre todo a su abuela, "y eso que no era su apellido, sino el de mi abuelo, que veía que no le llegaba a los biznietos por ningún lado (soy la tercera de cinco nietos) y no sabía si el apellido iba a llegar a una nueva generación", comenta Celia.
Otro ejemplo es el de Isabel Robles, quien se enteró que esto se podía hacer porque una amiga lo había hecho con su hijo. Con su marido decidieron cambiar el orden de los apellidos porque el de él "es mucho más común que el mío, el mío es más bonito y se perdía ya en la familia si yo no lo ponía el primero", explica Isabel.
Aunque al padre al principio no le hizo mucha gracia, cuenta que "cuando nació nuestro primer hijo, después de 9 meses vomitando, sin dormir, dolores parto... me dijo que le pusiese lo que yo quisiera. Un gran acto de generosidad por su parte".
A la familia paterna, sin embargo, no le pareció bien. "Ni a los abuelos paternos, ni a los hermanos de mi marido tampoco les gustó".
Salirse de la norma general tiene sus inconvenientes. "El hecho de que la mayoría de la gente no lo sepa es el gran problema porque por ejemplo en los colegios o médicos cuando nos tienen que notificar algo basándose en el nombre del niño. A mi me llaman Sra... y me ponen apellido de mi marido al ser el segundo del niño y a mi marido le llaman Sr y le ponen mi apellido al ser el primero del niño".
"También hay gente que al no saberlo y ver que llevan mi apellido el primero se creen que mi marido no es el padre. En fin, a mi me da mucho coraje por el desconocimiento de la gente, pero estoy muy contenta de haberlo hecho", concluye Isabel.
Yolanda Hornado Galván, madre de una niña y licenciada en Derecho, nos ha contado también su experiencia: "En mi familia solo somos 3 hermanas, ningún chico. Y para que mi apellido no se pierda (es un apellido bonito poco usual: Honrado) decidí ponerle a mi hija mi apellido primero. Además, el apellido del padre no gustaba (Fullana), así que se quedó de segundo apellido". Al padre no le importó y los abuelos maternos, encantados.
Otro caso es el de Pilar Ortiz, quien decidió invertir el orden de los apellidos de sus dos hijas "porque nosotras somos dos hermanas y el apellido Ortiz se perdía, mientras que el padre son tres hermanos y era probable que continuase. Mi suegro se lo tomó mal, por aquello de la tradición supongo".
Por su parte, Laura Ruiz-Ocaña, de 28 años, todavía no tiene hijos pero se lo ha planteado para un futuro. Nos cuenta que es una conversación frecuente con su pareja, que se apellida Pérez y "le da igual cambiar el orden de los apellidos porque el suyo es muy común". En cambio ella tiene un apellido compuesto que es muy escaso, y le parece "un poco injusto que por ser una chica no pueda dar mis apellidos en primer lugar".
Cómo cambiar el orden de los apellidos del bebé: los trámites
No se requiere un trámite especial, más que manifestar que se desea invertir el orden de los apellidos del recién nacido al cumplimentar el formulario oficial en el momento en que se vaya a proceder a la inscripción del nacimiento. Deben ir ambos padres. No hay que hacer nada más al tratarse de una nueva inscripción. Lo único que te recuerdan es que, si tienes más hijos, deberán seguir ese mismo orden.
En caso de que el interesado haya alcanzado la mayoría de edad, deberá realizarlo (de forma presencial o por correo) a través de una solicitud ante el Registro Civil del domicilio del solicitante.
Dudas más frecuentes:
- ¿Si el padre o la madre se cambian el orden de los apellidos, qué sucede con el de los hijos?
Los hijos mantendrán el orden de los apellidos con los que fueron inscritos en el Registro Civil al nacer. Si quieres que tu hijo lleve tu segundo apellido, tendrás que invertir tus apellidos antes de que nazca. Una vez que haya nacido y le hayas inscrito en el registro civil, siempre llevará el primer apellido del padre y de la madre, sea en el orden que sea.
- ¿Se puede cambiar el orden de los apellidos posterior a la inscripción de nacimiento?
Sí. Si al momento de inscribir a tu bebé no lo has hecho y más tarde decides que quieres hacerlo, se deberá cumplimentar una solicitud (de forma presencial o por correo) dirigida al Juez Encargado del Registro Civil que corresponda aportando certificación del matrimonio de los padres y si no existiese, certificación de nacimiento de estos junto a una declaración del mutuo acuerdo de los padres sobre la inversión del orden de los apellidos del hijo.
Si el cambio de orden lo solicita el hijo mayor de edad debe aportar, junto con la solicitud, el certificado de la inscripción de su nacimiento.
- Si me arrepiento ¿puedo volver a poner el orden de apellidos anterior?
Sí, se puede volver a hacer el trámite solicitando nuevamente el cambio de orden.
- ¿Se debe aportar algún documento que argumente el cambio de orden?
No. Sólo manifestar que deseas cambiar el orden de los apellidos de tu hijo. Las personas nacidas con posterioridad a febrero de 2000 no podrán invertir el orden de los apellidos hasta que alcancen la mayoría de edad, ya que a partir de esa fecha entró en vigor la posibilidad de inscribir a los hijos o hijas con el apellido de la madre en primer lugar y el del padre en segundo lugar.
Más información | Ministerio de Justicia
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