Querido visitante: no cojas al bebé antes que su madre si en un parto los separan tras nacer

Lo que sucede en el hospital al ir a dar a luz no es siempre lo que las parejas esperan que pase, y a veces hay complicaciones o se realizan intervenciones, como una cesárea, que provocan una separación entre la madre y el bebé.

Puede pasar, si el bebé está sano, que al llegar los familiares se encuentren con la pareja de la parturienta y el bebé en su pecho, haciendo piel con piel; o puede suceder que el bebé esté en una cunita, como esperando a que llegue su madre.

Pero ya se sabe, un recién nacido delante de su familia es como un caramelo en la puerta del colegio, y muchos familiares irán a cogerlo para abrazarlo, darle besitos, darle la bienvenida y pasarlo de brazos en brazos. Por eso, con tal de evitarlo, os digo queridos visitantes: no cojáis al bebé antes que su madre si los han separado.

La separación puede tener consecuencias

En los hospitales ya lo saben: la separación de la madre y el bebé puede tener consecuencias, por eso cada vez se insiste más a las madres en cogerlo piel con piel, nada más nacer, y tenerlo así un buen rato.

¿Qué consecuencias? Pues las derivadas de que no haya un contacto temprano madre bebé: el bebé puede tener más problemas para regular la temperatura, porque donde mejor lo hace es en el pecho de su madre, que es capaz de aumentar de temperatura cuando su bebé está encima; los niveles de estrés son más elevados porque está solo y no con mamá; la succión puede ser peor porque como se sabe desde hace tiempo, muchos bebés no se cogen bien al pecho porque se separan de sus madres al nacer; porque parece ser que hay diferencias a la hora de establecerse el vínculo afectivo si hay una separación; y porque lo ideal para un bebé es contaminarse a través del contacto de las bacterias de su madre.

Ahora bien, en caso de que haya una intervención diferente a lo considerado normal se sopesa el riesgo-beneficio y se hace lo necesario para restablecer el nivel de salud de la mamá para que pueda estar con su hijo cuanto antes. A veces es cuestión de unas horas... en el caso de cesárea la separación no suele pasar de las 2-3 horas, si todo va bien, así que en ese rato nadie debería coger al bebé, si no es la pareja de la mamá para hacer el piel con piel que, en ausencia de la madre, siempre será mejor que dejarlo solo.

¿Cómo que la abuela no debe cogerlo?

Lo siento por si se enfada alguna abuela y dice que cómo no va a coger a su nieto, pero es que no es lo ideal. Lo primero, por una cuestión de salud física y mental del bebé. ¿Se han lavado las manos antes de coger al bebé? Porque acaba de nacer y si vienen de la calle lo más probable es que traigan gérmenes en sus manos. Lo primero lavárselas para evitarlo; y si no tienen manera de hacerlo, no lo cojan. Por otra parte, ¿quieren que el bebé duerma esa noche tranquilo y se pueda coger bien al pecho cuando venga la madre? Porque si la respuesta es no, adelante: cójanlo. Pero si la respuesta es sí, no lo hagan. Lo último que necesita un recién nacido es ir pasando de brazos en brazos, oyendo voces diferentes, olores cambiantes y unos brazos que nunca lo cogen del mismo modo.

"¿Cuál es mamá?", se preguntará... y a pesar de venir al mundo preparado para conocer el sabor y el olor de mamá, que es como el del líquido amniótico en el que ha vivido nueve meses, no lo hallará en ninguna de esas personas. Así que horas después, cuando ya esté por fin con su madre, llorará y se agitará por los nervios y el estrés vividos, por el miedo y la ansiedad de haber estado con personas desconocidas, cuando lo único que necesitaba era estar desnudo sobre la piel de su madre para estar tranquilo y con tiempo para buscar su pecho.

Y mamá pensará que le pasa algo, que está demasiado nervioso, que no se coge a la teta, que quizás tenga algún problema como consecuencia del parto, o de la separación, o que no sabe cómo cuidarlo. El primer día, y ya sentirá que no lo hace bien.

Por respeto al bebé y a la madre

La mamá acaba de dar a luz a su bebé, ese al que lleva esperando nueve meses, y aunque han sido separados, sigue siendo su bebé, el que se ha gestado en su interior, el que ha crecido dentro de ella, el que se ha formado de sus entrañas, de su cuerpo.

Una unión que se ha roto con el cordón umbilical pero que en realidad aún no se ha desvinculado del todo, porque la madre sabe que el bebé ya está afuera, sabe que no está en su cuerpo, pero aún lo siente como parte de sí misma. Aún es ella. El bebé es todavía mamá. Racionalmente sabe que no, pero instintivamente siente que aún son uno. Por eso muchas mujeres lo pasan realmente mal cuando otras personas cogen a sus bebés en los primeros días; se sienten amenazadas, dolidas, heridas. Muchas no dicen nada porque se dicen a sí mismas que no es correcto sentir eso, pero otras dejan salir la mujer loba que tienen dentro y con más o menos tacto recuperan a su cría de los brazos ajenos para seguir protegiéndola.

Pues si esto pasa cuando ya han pasado días, ¿cómo puede sentirse si sólo han pasado horas? Hasta yo que soy hombre me pongo en su lugar y me pondría como una moto si al llegar viera que mi bebé ha pasado por los brazos de todos antes que por los míos. Y me la imagino enfadada, pidiendo que lo suelten, que se lo den, y llorando por no haber estado ahí... pidiendo perdón a su bebé por una separación que en realidad no dependía de ella, pero sintiendo la culpa de no haber podido hacer más por evitarlo.

Así que, por respeto a la madre, nadie debería coger al bebé antes de que ella lo coja, porque el bebé es mamá.

¿Y papá? Sí. Papá sí. Si hay buena relación entre mamá y papá (esperemos que sí), la madre puede ceder ese espacio al padre, hasta que por fin pueda hacerse cargo ella, en beneficio del piel con piel... el bebé no podrá mamar, pero al menos oirá un corazón cerca, sentirá el calor de su padre y estará mucho más tranquilo que en una cuna (también pueden hablarlo antes de que suceda, por si el deseo de la madre es el de ser ella la primera en cogerlo).

No lo cojan, de verdad

De hecho, el consejo que yo daría a todos los padres es el de no avisar a nadie hasta que sintáis que ya podéis recibir visitas: cuando estéis en la habitación con el bebé y haya comido, y esté dormido, tranquilo, y os hayáis empezado a conocer. Y que vengan sólo los más allegados. Al resto, ya se les dirá cuándo pueden venir. Puede ser incluso cuando los padres estén en casa, y no necesariamente los primeros días. Porque el bebé no se va a ir a ninguna parte, y vale la pena abrir la puerta cuando te apetece que los demás vengan, y no cuando te puede suponer un problema porque aún no dormís bien, aún no os compenetráis y aún puede mejorar la cosa.

Y si los padres avisan desde el hospital, porque consideran que es mejor así, que los visitantes sean lo más respetuosos posible. Sí, ya sé que es el nieto que llevaban años esperando, ya sé que coger a un bebé es una de las cosas más bonitas que hay, y olerlos, y sentir cómo se mueven en tus brazos cuando apenas pesan. Pero la madre merece que su bebé la espere porque si todo hubiera ido bien, ellos habrían estado juntos, y por horas, desde el primer momento.

Fotos | iStock
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