Me fascinan los primates, nuestros primos, y de ellos, como lo he hecho de la Historia, la Antropología y la Paleontología he aprendido muchísimo sobre lo que somos en realidad las personas y especialmente de lo que son nuestros hijos.
Y lectora habitual del maravilloso blog de Pablo Herrero, Somos Primates, me he encontrado con esta historia encantadora que nos habla de lo cercanos que somos y lo mucho que compartimos con nuestros primos una vez más. En esta ocasión se trata de un macaco que se ha convertido en la niñera de un bebé humano.
El bebé tenía menos de un mes. Su madre, que habita en una pequeña aldea de la India, lo dejó un momento en el suelo y el mono se acercó rápidamente, curioso, atraído por el bebé con el que, instintivamente, se sintió identificado.
Y aqui llegó su instinto de cuidador. Comenzó a acicalarlo y cuidarlo como si de una cría de su propia especie se tratara. Tanto es así que Pablo Herreros nos cuenta que el macaco niñera sigue acercándose al niño libremente, juega con él, lo cuida y hasta a veces duermen juntitos. Precioso y muy ilustrativo de lo que los mismos animales saben, que a los bebés hay que atenderlos amorosamente de forma continua.
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