Una de las peores molestias que solemos tener durante el embarazo son las náuseas. Sus consecuencias pueden ser muy negativas para la madre, y puede ir desde sufrir depresión prenatal, hasta apenas poder comer, convirtiendo esos primeros meses (a algunas todo el embarazo), en una prueba de superviviencia en la que te encuentras muy baja de ánimo a costa de lo poco que el estómago admite.
Un nuevo estudio ha mostrado que tomar probióticos puede reducir significativamente los síntomas de las náuseas matutinas en la primera etapa de la gestación, una esperanza para millones de mujeres que sufren hiperémesis gravídica.
En el estudio participaron 32 embarazadas que tenían entre 14 y 21 semanas, quienes tomaron Lactobacillus dos veces al día durante seis días, luego dos días de descanso y repitieron el ciclo una vez más -en total 16 días-. Aunque la muestra es pequeña, sí que arroja muchas luces sobre los cambios que sucede en la microbiota intestinal cuando estamos embarazadas.
Durante este períodos ocurren grandes cambios hormonales: los niveles elevados de estrógeno y progesterona pueden cambiar la composición del microbioma, afectando directamente el funcionamiento del tracto gastrointestinal. Este ha sido el punto desde el que ha partido el estudio, que ha propuesto como estas variaciones pueden marcar una gran diferencia en los alimentos que nos apetece comer y en los que definitivamente no vamos a poder digerir, un detonante probable de las náuseas, los vómitos característicos de ese momento.
El uso de probióticos puede mejorar el microbioma y así disminuir las náuseas en el embarazo
Los resultados fueron impresionantes: la ingesta de probióticos redujo los episodios de náuseas en un 16%, los vómitos en un 33 % y también se obtuvo una disminución el tiempo que las embarazadas pasaban sintiendo náuseas. El estreñimiento también mejoró y las participantes del estudio informaron una mejor calidad de vida en general, notando que se sentían menos cansadas y podían desempeñar mejor su trabajo y su rutina diaria.
En los análisis de materia fecal que realizaron a las participantes (tanto antes como durante el estudio), encontraron que aquellas cuya materia fecal contenía cantidades más bajas de bacterias portadoras de hidrolasa de sal biliar, una enzima que produce ácido biliar para ayudar a absorber nutrientes en el tracto digestivo, sufrían más episodios de náuseas y vómitos. Tomar probióticos aumentó los niveles de las bacterias que producen estas enzimas, lo que podría explicar el mecanismo detrás de por qué los probióticos se correlacionaron con menos vómitos.
El estudio también arrojó otro dato interesante: los niveles de vitamina E también influyen en la aparición de vómitos: cuanto más altos estén, menores posibilidades tenemos de sufrirlos durante el embarazo, y los probióticos suelen aumentar esta vitamina en nuestro cuerpo.
¿Son seguros los probióticos durante el embarazo?
Aunque no hay mucha literatura sobre el uso de este tipo de suplementos durante el embarazo, los estudios los consideran seguros. "Es poco probable que los probióticos lleguen a la circulación sistémica del feto y, por lo tanto, es poco probable que causen daño", apunta un estudio publicado por The Official Journey of The College of Family Physicians of Canadá.
De hecho, otras investigaciones relacionan su consumo con una reducción del riesgo de padecer alergias durante el embarazo, de padecer obesidad postparto, así como una disminución de las probabilidades de que el bebé sufra eccema,
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