La hinchazón de piernas en el embarazo es una de las molestias más habituales, que, pese a no revestir gravedad si no hay otros síntomas, si es motivo de malestar para las gestantes. Sus causas son diferentes pero deben ser, en la medida de los posible, evitadas con algunas sencillas normas de cuidado personal.
La sangre que circula por las piernas tiene que retornar hacia arriba, y eso se ve dificultado por una causa principal: estar muchas horas de pie o sentada sin moverte. Para mejorar en estos casos es importante tomar algunas medidas que mejorarán el estado general.
Si el problema es estar muchas horas en pie hay que encontrar el momento de sentarse con las piernas apoyadas a más altura que la cadera, preferiblemente cada hora. Incluso si eso no es posible se puede intentar mejorar el retorno venoso poniéndose de puntillas, pues así los músculos de las pantorrillas presionan las venas mejorando la circulación.
Si, por el contrario, el problema es estar sentada demasiado tiempo, también hay que dar la oportunidad al cuerpo a recuperarse. Hay que evitar en lo posible los desplazamientos en medios de transporte que impiden moverse y en el trabajo hay que acostumbrarse a levantarse y moverse, además de evitar calzado incómodo y calcetines que aprieten en la pantorrilla con la goma.
Al dormir, si sufrimos hinchazón de piernas en el embarazo, es conveniente levantar los pies de la cama unos diez o quince centímetros. Y además, mantenerse correctamente hidratada, comer fibra para evitar el estreñimiento y alternar en la ducha agua fría con templada en las piernas.
Nadar, hacer yoga, caminar y hacer bici pueden ayudarnos mucho a mejorar nuestro estado también.
Si además tenemos varices el problema puede agravarse y hacerse además de doloroso, tener consecuencias para la salud. En ese caso y también si las molestias de la hinchazón de piernas en el embarazo, persisten aunque no tengamos varices es conveniente consultar con el médico para que pueda darnos una orientación profesional.
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