Quienes tenemos (o hemos tenido) perro, conocemos de sobra todos los beneficios a nivel psicológico y emocional que nos aportan tanto a adultos como a niños. Sin embargo, cuando no existe una relación de confianza establecida, es muy importante tener en cuenta algunos factores para que el contacto (como las caricias y los abrazos), no tengan riesgos para los pequeños.
Para hablar sobre este tema hemos contado con la ayuda de Tamara Hernán, educadora Canina, enfermera veterinaria, fundadora de Creciendo entre Perros y creadora de la Crianza Multiespecie.
Abrazos entre perros y niños, ¿puede ser peligroso?
El entorno familiar es uno de los principales escenarios donde suelen producirse lesiones en un peque derivadas de la agresión por defensa de un perro, es decir, se produce con el perro de la familia o del entorno más
cercano. Esto se debe principalmente a la falta de conocimiento de la familia sobre el lenguaje del perro y las alternativas oportunas en la convivencia que puedan mejorar la relación entre ambos basándose en el respeto mutuo.
Las mordeduras de perro afectan principalmente a niños. Se estima que los
niños tienen 2 veces más probabilidades de ser víctima de una agresión de perro que un adulto y 3 veces más probables de requerir tratamiento. Un estudio realizado en Saint Louis dicta que un 40 % de los afectados por
mordeduras eran menores de 9 años (y sólo representaban el 15 % de la población).
Otros estudios también indican que aproximadamente el 50 % de menores de hasta 18 años habían sido mordidos alguna vez por perros. Este comportamiento se debe generalmente a diversos factores:
- El exceso de confianza y falta de miedo de los niños más pequeños hacia los animales hace que disminuya sensiblemente la precaución con respecto a la que tiene un adulto.
- La falta de volumen corporal, que puede animar al perro a hacer el
ataque. - La estatura del menor, que hace que los ataques sean recibidos en zonas como la cara, cuello, cabeza, etc.
- La falta de supervisión adecuada por parte de un adulto.
- La falta de conocimiento sobre lenguaje canino.
- La empatía y el respeto por el perro.
El abrazo es una conducta muy invasiva para los perros
Cuando un niño se acerca a un perro, debe hacerlo de forma pausada y con tranquilidad. Los perros, para disfrutar de los abrazos necesitan:
- Tener una relación de confianza
- Experiencias previas positivas y placenteras relacionadas con el abrazo
- Vínculo (aunque hay perros que puedan llegar a disfrutarlos apenas
sin conocerte).
Muchos perros toleran el abrazo de un niño y no se marchan (incluso pueden llegar a lamerle), por lo que la familia entiende que el perro está encantado y le muestra su afecto, pero no. "Esos besos suelen marcar una clara incomodidad ya que en el lenguaje canino, son una forma de comunicar que necesitan más calma y/o espacio", subraya Tamara.
Como hacer que el abrazo entre perros y niños sea seguro
Según afirma la educadora canina, los perros tienen muchas formas de comunicarse. Sin embargo un mismo comportamiento puede tener varios significados, así que los aspectos que debemos evaluar en el momento serán:
- Individuo: hay perros que necesitan más espacio y otros que les encanta el contacto y tenemos que respetarlo.
- Contexto: debemos analizar todo lo que rodea al perro en la escena. ¿Es un lugar seguro? ¿Es un entorno conocido? ¿Cuál es su energía? ¿Se
siente cómodo con los individuos que le rodean? ¿Está tranquilo, asustado, excitado, tiene miedo? - Experiencias previas: si un perro no ha tenido ninguna experiencia con peques o no ha sido positiva, es muy probable que no se encuentre cómodo en su presencia. No fuerces sus interacciones. Es más, evítalas si no sabes cómo reaccionará o interviene de forma calmada lo antes posible. Supervisa siempre y observa a tu perro.
- Habilidad: a los perros se les pueden enseñar conductas a modo de trucos como parte de su estimulación física y mental.
- Tipo de interacción: El perro generalmente recibirá el abrazo de mejor manera si es producto de una interacción calmada y progresiva que de una invasiva. Probablemente la reacción también será distinta si hay gritos y mucho movimiento a si estáis compartiendo un momento de relajación.
- Etapa de su vida: siempre se ha dicho que la experiencia es un grado y obviamente no se puede comparar el comportamiento de un cachorro en pleno desarrollo de capacidades, con la experiencia de un perro adulto o senior. Las hormonas y algunas patologías son muy influyentes en sus comportamientos.
- Conducta reforzada: puede que tu perro realice una conducta de forma espontánea (sin que le digas que lo haga) porque previamente ha sido reforzada. Puede que ese refuerzo haya sido la aparición o desaparición de un estímulo (positivo o negativo respectivamente).
Está claro que siempre debe primar el sentido común, la vigilancia por parte de un adulto tanto del niño como del perro (recordemos que el animal es instintivo, así que siempre puede darse el caso de que reaccione a una forma contraria a la que esperamos, según el estímulo que reciba), el respeto (los animales no son juguetes), y facilitar un entorno tranquilo para que los dos estén en un estado de ánimo similar. Nunca forcéis que se produzca un abrazo o una caricia, ni de un lado ni del otro.
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