Una de las razones de que mucha gente (padres y profesionales) sean reticentes con respecto a la vacuna Bexsero es su eficacia. Cuando salió la vacuna se tenían datos de utilidad en laboratorio, pero no de lo que después pasaría una vez administrada, de manera que, podría decirse que se lleva un tiempo vacunando a los niños sin saber a ciencia cierta si es muy eficaz o bien no lo es tanto.
Ya hace unos meses, cuando hablé de manera extensa sobre la vacuna, hice una avanzadilla sobre las primeras conclusiones gracias a los datos que llegaban de la vacunación universal en Reino Unido. Ahora han salido los mismos datos publicados en un estudio y se sugiere que, en España, habría que vacunar a más de 380 mil personas para evitar un caso de meningitis B. Sin embargo, el cálculo tiene un matiz importante, que veremos a continuación.
En Reino Unido ya se nota el efecto de la vacuna
El estudio, publicado en Lancet y traducido al castellano en Evidencias en Pediatría, analizó la efectividad de la vacuna para el primer año de vida (es decir, cuando los niños llevan una o dos dosis, pero aún no están vacunados completamente). Teniendo en cuenta que precisamente en el primer año es cuando la incidencia de meningitis B es mayor, podemos considerar que es un dato muy valioso.
Vieron que para los bebés que habían recibido dos dosis de Bexsero la efectividad de la vacuna fue del 82,9% para todas las cepas de meningococo B, y del 94,2% para las cepas incluidas en la vacuna. De hecho, en los diez meses que duró el estudio se observó que los casos de meningitis B en la población se redujeron en un 42% con respecto a lo esperable: si en los años anteriores habían tenido una media de 74 casos en menores de 12 meses, en el tiempo en que los niños se estaban vacunando se dieron 37 casos.
Estas cifras, lógicamente, deberían mejorar cada año, si tenemos en cuenta que cada vez habrá más niños vacunados, no solo menores de un año, sino también mayores de un año: los que fueron vacunados hace un año y ahora tienen dos años (que por estar vacunados tienen menos riesgo de coger la enfermedad y de transmitirla).
Pero la incidencia de la enfermedad es MUY baja
Los datos son de Reino Unido, así que para extrapolarlos a nuestra población, de España, se valora la frecuencia de casos que tenemos aquí. En la misma publicación se hace la estimación, y dado que hay 0,31 casos por 100.000 habitantes (datos de 2014 que podéis leer aquí), se considera que para evitar un caso de meningitis B hay que vacunar a 388.652 personas.
Evitar un caso no es evitar una muerte, es evitar un contagio, así que para evitar una muerte, teniendo en cuenta que la mortalidad de meningitis B es de aproximadamente uno de cada diez casos, habría que vacunar a casi cuatro millones de personas.
Explicado así, parece que es absurdo que nos estemos gastando 106'15 euros por vacuna.
Sin embargo, los bebés menores de un año tienen más riesgo
Ahora bien, la incidencia de 0,31 casos por 100.000 habitantes es un dato estadístico que habla de la población general. Y la meningitis B no afecta a toda la población del mismo modo. Si todos enfermáramos en el mismo porcentaje, la vacuna no tendría ningún sentido, pero los niños enferman más, mucho más.
Según los mismos datos de 2014:
Para el serogrupo B, las tasas más altas correspondieron a los menores de 5 años (9,98 casos por 100.000 hab. para los menores de 1 año y 1,24 casos por 100.000 hab. en el grupo de 1 a 4).
La diferencia es clara y evidente: la meningitis B es muy infrecuente siempre, pero la incidencia es mucho mayor en los menores de 1 año (no es lo mismo 0,31 por 100.000 que 9,98 por 100.000). Así que si calculamos cuántos bebés tienen que vacunarse de Bexsero para evitar un caso de meningitis B el resultado es de algo más de 12.000. Siguen siendo muchos, pero ya no son más de 388 mil.
¿Y para evitar una muerte por meningitis B? Pues diez veces más: hay que vacunar a más de 120.000 niños. Si en España nacen unos 400 mil niños al año, podría decirse que si se vacunaran todos se evitarían 3,3 muertes por meningitis B y unos 33 casos de enfermedad.
¿Cambia algo este nuevo estudio? Para mí no. El mensaje sigue siendo el mismo: es una enfermedad muy difícil de coger, es casi imposible que nuestro bebé la coja, pero no es imposible. 9'98 bebés de cada 100.000 son muy pocos bebés, pero si tu bebé es uno de ellos... bueno, mejor no pensarlo. Es una enfermedad grave.
No quiero con estos datos asustar ni quitar el miedo, solo explicarlos tal y como son, para que los padres los valoren con perspectiva.
Pero, ¡podría haber conflicto de intereses!
Leemos en el estudio, en el apartado de posibles conflictos de interés que:
Dos de los autores tienen contratos de investigación con la industria farmacéutica (incluyendo GSK), pero refieren no haber recibido remuneración personal.
Esto quiere decir que esos dos autores podrían no ser imparciales a la hora de manejar los datos y que en realidad la eficacia no sea tan alta como dicen los datos, de modo que todo lo que acabo de explicar puede ser cierto o puede no serlo. Como tampoco tenemos datos de ningún estudio independiente, sólo me queda explicarlo y decir esto también.
Además, es posible que hayáis oído o leído que la protección de la vacuna no parece ir más allá de los cinco años. Hay un estudio publicado en 2015 que así lo corrobora, que pasados cinco años de la vacunación los niños se quedan sin protección suficiente y de nuevo son susceptibles de contagio. Esto quiere decir que es posible que dentro de un tiempo se diga, a los padres que han vacunado a sus hijos, que a los cuatro o cinco años de haberlo hecho necesitan una nueva dosis de recuerdo.
Aunque mirándolo bien, la necesidad de administrar esa dosis de recuerdo será relativamente baja. La incidencia de la enfermedad a partir de los cinco años es mucho menor, de modo que, si la vacuna ha protegido a un bebé los primeros cinco años, a partir de ese momento, cualquier decisión al respecto (ponerla o no ponerla) debería considerarse más o menos correcta.
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