El próximo 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de esta patología centrándose este año los en niños y adolescentes, y este sábado se organiza el Simposio Fundación para la Diabetes 10 Aniversario.
Para padecer la llamada diabetes tipo I o insulina-dependiente es necesario tener una predisposición en nuestros genes. Pero tener esta alteración genética no es suficiente, se puede tener sin desarrollar nunca la enfermedad. Es necesario que exista algún factor ambiental hasta el momento desconocido, tipo vírico o tóxico, para que se desarrolle esta enfermedad.
Este factor al parecer es el responsable de que en los últimos cinco años estén aumentando de forma llamativa las cifras de niños diabéticos, concretamente entre los menores de cinco años, y que este incremento se vea sólo en ciertas regiones del país. Además este factor es cada vez más agresivo e incluso podría llegar a transmitirse al niño durante el embarazo.
En España, los números varían mucho según comunidades, por ejemplo en Andalucía o Canarias hay una incidencia alta de entre 20 y 25 casos por cada 100.000 adolescentes, mientras que en Madrid o Cataluña son de 13,7 y 16 por cada 100.000 respectivamente. En total, cada año se detectan 1.100 nuevos casos de diabetes tipo I.
Respecto a los países europeos vamos en cabeza con cifras más bien altas, aunque sin llegar a los 63 casos por cada 100.000 de Finlandia.
A pesar de este precoz comienzo de la enfermedad, lo bueno es que los niños se convierten en adultos sin presentar complicaciones derivadas de la enfermedad, gracias al conocimiento y buen control que se tiene cada vez mejor entre padres y profesores.
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