Nunca se deben introducir los bastoncillos en el oído, con ello se consigue empujar la cera hacia dentro y puede lesionar el tímpano. La cera va saliendo por sí sola, no se debe intentar sacar con nada. La higiene con suero debe realizarse ocasionalmente, no a diario.
Cuando hace frío es conveniente ponerle un gorro para salir a la calle, así mantendrá su cabecita caliente, aunque también se lo puedes poner en casa si es recién nacido. Esto no protegerá al bebé de sufrir una otitis, esta patología se suele producir como consecuencia de un resfriado. En el agua hay que evitar las inmersiones bruscas y que no permanezca mucho tiempo en remojo, el agua macera el tímpano y aumenta el riesgo de proliferación de hongos o bacterias.
Los ruidos fuertes y la música muy alta deben evitarse en presencia de un bebé, su audición es más aguda y sensible que en las personas mayores, y podría dañarle.
Cuidar los oídos del bebé es una tarea delicada pero necesaria, y no dudes en visitar al especialista en el instante en que detectes alguna anomalía.
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