Fimosis en bebés y niños: qué es, cómo se trata y cuándo es necesaria la operación

La fimosis es un estrechamiento del prepucio, la piel que recubre el glande del pene. Si hay fimosis, el prepucio no desciende, no se retrae, y el glande no se visualiza.

Lo habitual es que todos los recién nacidos tengan fimosis; hablamos por ello de fimosis fisiológica. Pero, ¿hasta qué edad se considera normal tener fimosis? ¿En qué ocasiones hay que tratarla y cómo se hace?

Evolución de la fimosis

Como acabamos de comentar, la mayoría de los recién nacidos tienen fimosis, y es normal; la llamamos fimosis fisiológica. Además, tienen adherencias balano-prepuciales, un tejido fibroso que une prepucio y glande. Progresivamente, tanto la fimosis como las adherencias van desapareciendo. Esto se debe al crecimiento del niño, a las erecciones espontáneas y a una sustancia que segregan y lubrica la zona. De esta manera, a los 4 años, sólo el 10-20% siguen teniendo fimosis y a los 16 años sólo el 1% de los adolescentes no pueden retraer el prepucio por completo.

¿Hay que dar un "tirón"?

Tradicionalmente, a los bebés varones se les retraía bruscamente el prepucio en las primeras visitas al pediatra para acabar con la fimosis.

Esta es una práctica que debe ser totalmente desterrada ya que la fimosis desaparecerá espontáneamente en la mayoría de los casos con el paso del tiempo. Pero además, lejos de ser necesario o beneficioso, es dolorosa y puede hacer que aparezcan heridas que, al cicatrizar dejen fibrosis y producen una fimosis cicatricial.

¿Cuándo supone un problema la fimosis?

Hemos comentado que la fimosis es algo normal que va desapareciendo conforme el niño crece. Sin embargo, en algunos casos pueden aparecer complicaciones.

- Parafimosis. El glande queda atrapado por el prepucio. Sucede cuando hay un anillo fimótico estrecho, se retrae el prepucio y no puede volver a subir. Cuanto más tiempo pase en esta situación, mayor es la inflamación del prepucio y más difícil será solucionar el problema. En algunos casos puede verse comprometido el riesgo sanguíneo del glande. Aunque habitualmente puede resolverse aplicando presión para que el prepucio vuelva a su sitio, en los casos más graves puede ser necesaria la cirugía.

- Balanitis o balanopostitis. La balanitis es la inflamación del glande; cuando también se afecta el prepucio (la piel que lo recubre), hablamos de balanopostitis. Puede aparecer por falta de higiene de la zona, infecciones, por irritantes, por retracciones traumáticas...  Se trata con adecuada higiene, limpieza con suero fisiológico y, en caso necesario, crema de antibiótico y corticoides.

¿Cuándo y cómo se trata la fimosis?

Hemos comentado que la fimosis es fisiológica al nacimiento y hasta los tres años de vida. Si hacia los tres ó cuatro años, cuando esté conseguido el control de esfínteres, el prepucio no puede retraerse por completo, puede pautarse un tratamiento con una crema de corticoide.

Este tratamiento, aplicado una o dos veces al día durante varias semanas (no existe una pauta única que haya demostrado ser más eficaz que otras, en general se trata entre 4 y 8 semanas) es eficaz hasta en un 80% de los casos.

La crema se aplica en el anillo fimótico. Tras aplicarla hay que realizar suaves retracciones prepuciales (nada de tirones) para que la piel del prepucio vaya poco a poco aumentando su elasticidad y dejando visualizar el glande. Es importante colocar de nuevo la piel en su posición inicial para evitar parafimosis.

Es fundamental que tras el tratamiento con corticoides el niño continúe realizando retracciones diarias del prepucio, por higiene y para que no reaparezca la fimosis (algo que puede suceder en un 15% de los niños aproximadamente). Un buen momento puede ser durante el baño o ducha.

Este tratamiento tópico con corticoides es seguro y bien tolerado, no se han visto efectos secundarios significativos.

Cuando fracasa el tratamiento médico, si hay balanitis de repetición y/o infecciones de orina de repetición en niños con malformaciones genitourinarias, el niño necesitará cirugía. La operación de fimosis se recomienda a partir de los 3-4 años o antes si hay síntomas.

¿En qué consiste la operación de fimosis?

Existen dos maneras de intervenir quirúrgicamente una fimosis:

- La circuncisión es la más conocida. Es una operación muy antigua, hay datos que indican que en Egipto, en el año 2300- 2400 AC ya se realizaba. Consiste en cortar la parte superior del prepucio dejando expuesto el glande y suturarlo alrededor de toda la circunferencia. Esta técnica quirúrgica puede emplearse en todos los tipos de fimosis.

- En los casos leves de fimosis puede realizarse una prepucioplastia. En este caso, se realiza un corte en la parte superior del prepucio y se cose transversalmente.

Estas cirugías tienen buen pronóstico, pero en algunos casos pueden aparecer complicaciones, como sangrado, infección de la herida o problemas en la cicatrización.

¿Es recomendable operar a todos los niños de fimosis?

Aunque la circuncisión puede prevenir el cáncer de pene, esta intervención no debe ser recomendada sin motivo médico. En algunas familias se realiza circuncisión a todos los varones por motivos religiosos o culturales y es fundamental que estas intervenciones tengan lugar en un sitio apto para ello y sean llevadas a cabo por profesionales específicos.

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