El hecho de regurgitar muy raramente se asocia a atragantamiento, tos o malestar, y no suele implicar ningún peligro para el bebé, incluso aunque ocurra mientras está dormido.
Algunos bebés regurgitan más que otros, pero la mayoría dejan de hacerlo cuando empiezan a sentarse. Unos pocos siguen regurgitando hasta que empiezan a caminar o hasta que aprenden a beber en vaso, e incluso hay algunos que siguen haciéndolo durante todo el primer año de vida.
Aunque es prácticamente imposible evitar que un bebé regurgite, las siguientes recomendaciones te ayudarán a reducir la frecuencia de estos episodios así como también la cantidad de líquido regurgitado. * Convierte las tomas en una experiencia relajada, placentera y tranquila. * Evita interrupciones, luces brillantes, ruidos repentinos y cualquier otro tipo de distracción mientras estés alimentando a tu hijo. * Si le estás dando el biberón, asegúrate de que el agujero de la mamadera no es ni demasiado grande ni demasiado pequeño; si el tamaño del agujero es el adecuado, evitarás que la leche salga demasiado de prisa y la ingesta de aire. Asegúrate de sacarle los gases por lo menos cada cinco minutos después de la alimentación a biberón. * No alimentes a tu hijo mientras está acostado. * Inmediatamente después de cada toma, coloca al bebé en una posición vertical, por ejemplo, sentado en una sillita o en su coche, con su cabecita apoyada en tu hombro, etc. * No zarandees al bebé ni le propongas juegos vigorosos después de darle de comer. * Intenta alimentarlo antes de que esté muy hambriento. * Eleva un poco la cabecera de la cuna sin usar almohadas y coloca al bebé boca arriba para dormir. Así, tendrá la cabeza más alta que el estómago y no se podrá atragantar ni ahogar en caso de que regurgite mientras duerma.
Es importante conocer la diferencia entre regurgitar y vomitar. Cuando un bebé regurgita, apenas parece darse cuenta. Vomitar, sin embargo, implica expulsar de manera violenta el alimento ingerido y suele asociarse a malestar. En general, los vómitos ocurren poco después de las tomas y la cantidad de alimento expulsada es mayor que en una regurgitación. Si tu hijo vomita regularmente (una o más veces al día) consulta a tu pediatra de inmediato.
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