Muere un bebé de 7 meses que recibía una dieta sin leche adaptada y pesaba 4 kg

Todos sabemos que lo mejor que puede recibir un bebé como alimento es la leche materna. Además, sabemos (o deberíamos saber), que en caso de que un bebé no pueda recibir leche materna, la mejor alternativa es la fórmula infantil a base de leche de vaca o de cabra, o en su defecto una fórmula infantil a base de soja o arroz (aunque la de arroz no está regulada por las leyes españolas).

Un bebé de 7 meses, hijo de una pareja de la ciudad belga de Beveren, murió precisamente por no ser alimentado con ninguna de estas. Al parecer, recibía más de un tipo de bebidas vegetales no adaptadas y otros alimentos sin gluten y sin proteínas de leche de vaca, y pesaba solo 4 kgs.

Creían que era alérgico

Según leemos en German Pulse, Sandrina y Peter, los padres, creían que su hijo Lucas tenía alergia a la proteína de la leche de vaca y que no podía tampoco comer gluten. Tras no lograr amamantarlo, le dieron un biberón de leche artificial que pareció no sentarle bien. Sin ir al médico, consideraron que tenía alergia.

La pareja trabaja en un establecimiento de alimentación natural, así que decidieron hacer uso de lo que ellos ofrecían a sus clientes para alimentar a su bebé: la bebida de quinoa era la principal en su dieta, y a esta le añadían otros alimentos, aunque por la edad aún comía poco. Convencidos de que esa dieta era perfecta para él, la mantuvieron hasta que su estado de salud fue ya demasiado frágil.

Fueron a un homeópata

Viendo que el niño no parecía estar muy bien decidieron viajar a un homeópata al otro lado del país para que lo visitara, aunque no consideraban que tuviera nada problemático. A menudo subía de peso y luego lo volvía a perder, pero ellos creían que era algo normal, consecuencia de sus problemas de alergia. El homeópata, al ver el estado de salud del pequeño les dijo que debían llevarlo al hospital.

Pero en el hospital de Hasselt nada pudieron hacer. El niño llegó sin vida, con un peso de 4,3 kg, así que se realizó una autopsia y se puso en conocimiento de las autoridades.

Las bebidas vegetales no pueden sustituir a la leche materna ni a la de vaca a nivel nutricional

Todo esto sucedió en 2014, y es ahora cuando, con motivo del juicio, se ha dado a conocer lo sucedido. La acusación, por cierto, pide una pena de cárcel de 18 meses para cada uno de los progenitores.

Nunca fueron a ningún médico

Al recabar información sobre el caso, se descubrió que el niño no había sido visitado nunca por ningún médico, a pesar de que algunos amigos de la pareja les habían mencionado que no veían que Lucas tuviera un buen estado de salud. Además, el diagnóstico de alergia e intolerancia lo hicieron ellos mismos, así como fueron ellos quienes idearon la dieta que le darían en sustitución de una fórmula para bebés.

Según leemos en DailyMail, la madre explica que pensaban que todo iba bien, porque aunque perdía peso, a veces subía un poco. Y entre lágrimas, aún explica que su intención nunca fue hacerle daño a su hijo, y mucho menos que muriera. Ellos creían que estaban haciendo lo mejor para él.

El 14 de junio se emitirá el veredicto del caso, aunque sinceramente, no veo en qué puede cambiar la situación actual. Nada devolverá la vida al pequeño y los padres ya han sufrido el peor castigo posible, sean o no considerados culpables.

¿Y cuándo pueden beber los niños bebidas vegetales?

Las bebidas vegetales, como las que tomaba este bebé, no pueden sustituir a la leche materna ni a la de vaca a nivel nutricional. Los niños las pueden empezar a consumir a los 12 meses de edad, pero solo como bebida puntual (cuanto más tarde, mejor). Es cierto que a partir del año de vida la leche (materna o de vaca) es un alimento más dentro de una dieta que consta de muchos otros alimentos, pero para retirar la leche animal se debe tener especial cuidado a la hora de ofrecer el resto de alimentos.

Es decir, un niño de un año de vida puede vivir perfectamente sin ingerir ningún tipo de leche, pero entonces hay que asegurarse de que el resto de su dieta sea equilibrada y variada, para que no tenga ninguna carencia. El hecho de darle bebidas vegetales no solo no será mejor, sino que puede ser incluso peor, por estar saciando el hambre con una bebida muy pobre nutricionalmente hablando.

Si acaso, se puede ofrecer algún tipo de bebida enriquecida, como la de soja que tiene añadidas vitaminas y calcio, que es la que las personas con alergia a la leche de vaca suelen utilizar como sustituto. Pero nada más, por lo dicho: aportan muy poco en un momento de la vida en que se requiere mucho.

¿Y el gluten?

Lo mismo pasa con el gluten. No debería retirarse sin un diagnóstico, precisamente porque si un niño no come alimentos con gluten el diagnóstico es imposible.

En este sentido, lo recomendable es que a partir de los 6 meses los bebés empiecen a comer alimentos con gluten, independientemente de si están siendo amamantados o no. La única indicación es no dar mucho de golpe: si se ofrecen cereales en papilla, que el bebé no coma una papilla de mucha cantidad para empezar. En cualquier caso, el hecho de no tomarlo a partir de los seis meses tampoco supondría mayor problema. El gluten no fue determinante en este caso, de hecho, hace una década lo habitual era no darlo hasta los 8-10 meses (mi primer hijo no probó el gluten hasta los 8 meses, sin ir más lejos).

Vía | Het Nieuwsblad
Foto | iStock
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