Aunque todos tenemos claro que la práctica de ejercicio físico es fundamental en la infancia y adolescencia, lo cierto es que deberíamos continuar practicando deporte a lo largo de de toda la vida, pues son incontables los beneficios que aporta a la salud, a cualquier edad.
Los padres debemos fomentar la práctica de ejercicio en los niños desde el ejemplo, los juegos al aire libre y el deporte en familia. Porque hacer deporte junto a nuestros hijos no solo es una actividad muy divertida, sino que aporta un sinfín de propiedades para todos. ¿Quieres conocerlas?
Mantiene los huesos fuertes y sanos
Los estudios han determinado que la actividad física practicada desde la infancia es una excelente forma de prevenir posibles fracturas y reducir el riesgo de sufrir osteoporosis en edades más avanzadas.
En la etapa adulta, la práctica de deporte nos ayuda a aumentar la densidad ósea, a reducir el riesgo de sufrir artrosis y a combatir los efectos de la menopausia en las mujeres.
Ayuda a prevenir ciertas enfermedades
Del mismo modo, la actividad física ha demostrado tener un papel importante en la prevención de un gran número de patologías de curso crónico, como la diabetes tipo 2 (que está empezando a aumentar entre la población infantil), el síndrome metabólico o enfermedades cardiovasculares.
Mejora nuestro estado de ánimo
El deporte es fuente de felicidad, pues genera un mayor número de endorfinas e incrementa la producción de serotonina (hormona de la felicidad) aumentando de este modo nuestras emociones positivas.
Además, el deporte ayuda a aliviar las tensiones y dejar de lado el estrés, lo que contribuye a tener un mejor estado anímico y combatir los posibles problemas emocionales que hayan podido surgir a lo largo de la jornada, tanto laboral, en el caso de los adultos, como escolar, en el caso de los niños.
Previene el sedentarismo y la obesidad
¿Cuántos de los planes que hacemos con nuestros hijos son sedentarios? Sin duda un gran número de ellos, por eso es importante compensarlo con la práctica de ejercicio físico que ayude a agudizar el tono y la fuerza muscular.
Esto repercutirá positivamente en nuestro peso corporal, combatiendo la obsesidad, que es uno de los problemas con mayor índice de prevalencia en España, especialmente entre los niños.
Mejora nuestras habilidades cognitivas
Es de sobra conocida la asociación del ejercicio físico con los beneficios mentales. De este modo, el deporte ayudaría a desarrollar nuestras habilidades cognitivas, influyendo positivamente en la capacidad de memoria, las funciones ejecutivas, la concentración y la capacidad de esfuerzo.
Según varios estudios realizados, la práctica de deporte en la infancia ayudaría al desarrollo cerebral del niño, repercutiendo positivamente en su rendimiento académico. Y es que las investigaciones demuestran que la capacidad cardiorrespiratoria y la habilidad motora aumentan las competencias escolares, la autoestima y la memoria.
Mejora nuestras habilidades motrices
El deporte practicado en la infancia ayuda a desarrollar las habilidades motrices y capacidades físicas del niño, como el equilibrio, la fuerza, la velocidad, la coordinación, la expresión corporal...
En la etapa adulta, todos estos aspectos se siguen trabajando con el ejercicio. Pero además, el deporte contribuye a potenciar nuestra resistencia, mejorando la felixibilidad de las articulaciones y reduciendo la sensación de fatiga.
Inculca valores positivos
El deporte tiene un sinfín de valores positivos a cualquier edad, entre los que podríamos destacar: el fomento del trabajo en equipo, el respeto a los compañeros y adversarios, el esfuerzo, la autoestima, la responsabilidad, la disciplina, la competitividad...
Además de todo ello, la práctica deportiva es una excelente herramienta para que el niño aprenda a gestionar sus emociones, tanto cuando gana (euforia, alegría...) como cuando pierde (decepción, rabia, tristeza...).
Aporta tiempo libre y de calidad
Son muchos los niños que compaginan su jornada laboral con actividades extraescolares. Y aunque estas son buenas para su formación y desarrollo, es recomendable equilibrarlo con la práctica de ejercicio al aire libre, y mejor si este es practicado junto a los padres.
Para los adultos, hacer deporte junto a nuestros hijos es una forma de romper con la vorágine del día a día, y conciliar la vida personal y familiar pasando tiempo de calidad con ellos.
Ayuda a fortalecer vínculos
Y ya por último, pero no por ello menos importante, recordemos que cualquier actividad que compartamos y disfrutemos con nuestros hijos servirá para fortalecer nuestro vínculo con ellos, mejorar las relaciones y conocernos mejor a través de las emociones y sentimientos.
Practicar deporte en familia es divertido y relajante. Nos hace sentir bien, reírnos, disfrutar de un ambiente distendido y mejorar nuestro estado de ánimo.
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