El deporte tiene múltiples beneficios para la salud de los niños, y especialmente ahora es más importante que nunca asegurar que nuestros hijos están activos.
Con la vuelta al cole muchos padres deciden apuntar a sus hijos a actividades extraescolares deportivas, y aunque el fútbol suele ganar por goleada, existen otros muchos deportes con grandes beneficios para los niños.
Un buen ejemplo de ello son los deportes de raqueta. El tenis, pádel, squash, bádminton y ping-pong son algunos de los deportes de raqueta que además de divertidos, resultan perfectos para el desarrollo de los niños y aportan muchas ventajas.
Gustan a todos los niños
Al igual que nos ocurre a los adultos, son muchos los niños a los que les cuesta encontrar un deporte que les guste. Esto hace que algunos acaben haciendo deporte por obligación y sin ninguna motivación, o incluso decidan no hacer nada.
Pero los deportes de raqueta suelen tener un "imán" especial, y es raro no sentirse atraído por alguno de ellos. Y es que hay tantos donde elegir, que seguro que el niño acaba encontrando la actividad que mejor se adapta a sus cualidades y preferencias.
Ofrecen referentes femeninos
Según los expertos, algunos de los motivos por los que las chicas practican menos deporte que los chicos al llegar a la adolescencia son los estereotipos y prejuicios de género y la falta de referentes femeninos en comparación con los masculinos.
Pero si echamos un vistazo a un deporte como el tenis, veremos que los referentes femeninos son bastante superiores a los de otras disciplinas. Así, tenistas en activo como Ashleigh Barty, Naomi Osaka o Serena Williams, o ya retiradas como María Sharápova o Stteffi Graf, son una buena fuente de inspiración para las adolescentes que se animen a practicar este deporte.
También gracias a la española Carolina Marín, el bádminton está ganando cada vez más adeptos entre las chicas.
Son deportes perfectos para practicar en familia
Los deportes de raqueta son una de las mejores alternativas para practicar ejercicio ´´físico en familia.
A partir de los cinco o seis años los niños ya empiezan a estar preparados a nivel psicomotriz para practicar deportes de raqueta como el tenis, el pádel, el bádminton o el ping-pong, y los partidos de dobles en familia son una alternativa de ocio especialmente divertida.
Implican la movilidad de todo el cuerpo
Cualquier deporte practicado en la infancia ayuda a desarrollar las habilidades motrices y capacidades físicas del niño, como la fuerza, el equilibrio, la coordinación, la resistencia, la expresión corporal...
Pero quizá sean los deportes de raqueta con los que más se trabaje el cuerpo en su conjunto, desde la fuerza en los brazos y espalda que se necesita para el saque en tenis, por ejemplo, hasta la velocidad que requiere el bádminton o la coordinación de movimientos que exige el ping-pong.
En todos ellos se suma, además, la resistencia física, la flexibilidad de las articulaciones y el ejercicio aeróbico, que mejora la función cardiovascular y a la larga previene enfermedades relacionadas con ella.
Ayudan a mejorar la coordinación ojo-mano y la agudeza visual
La coordinación óculo-manual es aquella que nos permite hacer diversas actividades utilizando de forma coordinada y simultánea nuestros ojos y nuestras manos.
Esta habilidad cognitiva comienza a desarrollarse poco a poco en los bebés, y resulta fundamental para la vida, tanto para realizar actividades cotidianas, como para iniciarse en la lectoescritura.
Son muchas las actividades y juegos que podemos hacer con los niños para desarrollar esta habilidad, pero sin duda los deportes de raqueta constituyen una de las mejores opciones, pues no solo favorecen la agudeza visual, sino que requieren de la máxima concentración para coordinar el estímulo visual que recibe el cerebro (la pelota) con el movimiento preciso de la mano (golpearla con la raqueta).
Favorecen el desarrollo de la psicomotricidad fina
La psicomotricidad fina hace referencia a aquellos movimientos del cuerpo que requieren una mayor destreza y habilidad, y un mayor dominio de los movimientos, especialmente de manos y brazos.
Los deportes de raqueta son una de las actividades por excelencia para mejorar el desarrollo de la motricidad fina, pues requieren de fuerza en los dedos para agarrar la raqueta y golpear la pelota, giros de muñeca y precisión en las manos.
Favorecen la concentración
Estar pendiente de una pelota pequeña, hacer un seguimiento visual de su rumbo, no perderla de vista en ningún momento y adecuar tus movimientos, velocidad y fuerza del golpe a la trayectoria que esa pelota lleve, es un complejo ejercicio visual que requiere de la máxima concentración y atención.
Mejoran la orientación espacial
La orientación espacial es una habilidad natural en los seres vivos que nos permite ser conscientes de nosotros mismos y del espacio que nos rodea, y conocer dónde estamos y cuál es nuestra posición con respecto a otros seres u objetos. Esta habilidad básica en el desarrollo de los niños juega también un papel fundamental a la hora de adquirir conocimientos como la escritura y la lectura.
Los padres podemos fomentar la orientación espacial desde que nuestros hijos son bebés con actividades sencillas y cotidianas, e ir aportando mayor complejidad a los juegos y actividades a medida que vayan creciendo. En este sentido, los deportes de raqueta resultan perfectos para mejorar esta habilidad, aunque generalmente no es hasta los seis años cuando comienzan a estar preparados motrizmente para practicarlos.
Son deportes seguros en tiempos de COVID
Y ya por último, en estos momentos de pandemia no podemos dejar de destacar un último beneficio de algunos deportes de raqueta, como el tenis o el pádel, y es que no solo permiten jugar guardando la distancia de seguridad, sino ser practicados en exteriores e incluso emplear tu propio material si así lo deseas.
En definitiva, resulta una de las actividades deportivas más seguras de practicar en tiempos de COVID.
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